Historia de la Marina de Guerra del Perú
El Perú virreinal
Durante la época virreinal, le correspondió al Callao, como primer puerto del Virreinato del Perú y asentamiento hispano más importante de la costa del Pacífico sudamericano, jugar un papel preponderante. En el virreinato peruano se estableció el control de las rutas marítimas en el Pacífico, y para ello fue creada en 1570 la Armada de la Mar del Sur, destinada a ejercer el dominio efectivo sobre aquel vasto espacio marítimo.
Posteriormente, en la segunda mitad del siglo XVIII, se dio una nueva organización para las fuerzas navales presentes en el Perú, tomando como lugar de establecimiento el Callao, donde se creó una Capitanía de Puerto, entidad que pasó a ejercer el control marítimo y naval del área. Al mismo tiempo también se estableció la Real Academia de Náutica de Lima; el Departamento Marítimo del Callao, con capitanías de puerto subordinadas en Valparaíso, Concepción y Guayaquil; el Hospital Naval de Bellavista y varios otros establecimientos.
Todo este proceso sentaría las bases materiales y humanas sobre las cuales surgiría la institución naval peruana, como elemento necesario para hacer respetar el incipiente Estado que comenzó a formarse a partir de julio de 1821.
La Academia Náutica de Lima
La creación de un centro de formación de pilotos fue idea del virrey Luis Enríquez de Guzmán, Conde de Alba de Liste y comenzó a funcionar en 1657 bajo la dirección del cosmógrafo mayor, Francisco Ruiz Lozano. En 1791, el virrey Francisco Gil de Taboada, dio la Real Órden creando la Academia Real Náutica de Lima con los objetivos de: “preparar alumnos para convertirlos en pilotines, y, adicionalmente, graduar pilotos con el suficiente bagaje profesional para garantizar sus futuros desempeños en buques que los requiriesen”.
También se mandaron construir en España los bergantines Peruano y Limeño (1794) primeras naves permanentes de la Real Armada. Tanto el virrey Taboada Gil como su antecesor Manuel de Guirior (1776-80), fueron los impulsores de estos cambios, dada su condición originaria de oficiales navales.
La Armada del Mar del Sur
Con la finalidad de controlar y regular el comercio que se desarrollaba entre España y el Nuevo Mundo, así como para poder rechazar a los ataques de piratas y corsarios, a mediados del siglo XVI, se creó un sistema de flotas y convoyes anuales. Este enlace primario entre España y sus colonias americanas, a pesar del ataque de sus rivales europeos, se mantuvo exitosamente por más de 150 años.
Una de estas flotas, viajaba desde España hacia el virreinato de Nueva España, que incluía México, Centroamérica y el Caribe, y la otra era la que se dirigía al virreinato del Perú. La flota destinada a este último, zarpaba hacia Nombre de Dios (posteriormente Portobelo) en Panamá, en donde existía una feria en donde se realizaba un gran intercambio comercial.
En un principio, la navegación hacia Panamá era efectuada por este sistema de flotas, hasta que a raíz de la inesperada incursión de Drake sobre las costas del Mar del Sur, se creó aproximadamente hacia 1570, la primera agrupación naval organizada en el virreinato del Perú.
La Armada del Mar del Sur, nombre con el que se le conoció a esta organización naval, tuvo como misión principal brindar protección a los convoyes destinados a Panamá y que transportaban como carga más importante la plata proveniente de las minas del Alto Perú. En segundo lugar, tenia la misión de defender el litoral Pacífico de todo el virreinato. Resulta interesante ver como ambas misiones de la armada eran distintas y contrapuestas, puesto que la escasez de naves y recursos, lógicamente harían de la protección de las naves que transportaban los caudales hacia Panamá, como la misión de mayor importancia.
Tráfico comercial en el Pacífico
El comercio colonial tuvo gran influencia en el desarrollo de la sociedad hispanoamericana. Este comercio se realizó a través de flotas que partían de Sevilla hasta las Antillas, para de allí dividirse en dos grupos, uno de los cuales se dirigía a Nueva España (México) y el otro hacia Panamá desde donde partían al Perú. Para esto se contó con la labor de varias instituciones coloniales, una de ellas fue la Casa de Contratación de Sevilla.
Esta era una institución que regulaba el intercambio comercial y mercantil. Entre sus atribuciones estaba el almacenar pertrechos y accesorios navales requeridos para el tráfico en ultramar, llevar un registro de las naves que salieren y regresaren de las indias con escala final en Sevilla, verificar celosamente la capacidad técnica de los pilotos y capitanes de las naves que realizasen el comercio con los territorios ultramarinos, llevar el control de las adquisiciones de artillería, municiones y pertrechos navales de toda índole, entre otros.
También existió un activo intercambio comercial entre los puertos del Callao y Acapulco en México aunque solo para productos oriundos de ambos virreinatos.
En un inicio, los productos eran comerciados desde la península hacia las colonias, mediante el empleo de galeones y para el comercio de cabotaje en los puertos del Pacífico se utilizaban buques de menor porte. La feria de Portobelo en Panamá era la que atraía gran cantidad de comerciantes de todo el nuevo mundo.
Con los años y debido a la actividad corsaria, España tuvo que cambiar su política monopólica y abrir los puertos al libre comercio en las colonias, lo que ocurrió en 1778, beneficiando esta medida a los puertos de Buenos Aires y Valparaíso en desmedro del Callao.
Los puertos más importantes en el virreinato peruano fueron el Callao, que era la puerta obligada de los productos que llegaban de Europa vía Panamá. Otro de los puertos que alcanzó gran importancia por el comercio de la plata proveniente de la zona de Potosí fue Arica. En el norte, Guayaquil se constituyó en uno de los principales astilleros del Pacífico.
El monopolio comercial impuesto por España a sus colonias así como la cantidad de riqueza extraída de éstas, provocó que las potencias europeas enviaran expediciones y corsarios destinados a atacar las embarcaciones españolas que realizaban el tráfico comercial sobre todo de las que transportaban metales preciosos.
Corsarios y expedicionarios en el Pacífico
Las potencias europeas enviaron expediciones y corsarios para arrebatar a España las riquezas que eran transportadas en los navíos y galeones hacia la Metrópoli, así como socavar el poderío español cuando se hallaron en guerra contra ella.
Algunos de los incursores no solo atacaron a los navíos, sino que también hicieron lo propio con los puertos americanos. Como se ha mencionado anteriormente, a mediados del siglo XVI, como parte de una nueva política defensiva se impuso el empleo de un sistema de convoyes y se fortificó los principales puertos en donde se realizaban las actividades comerciales.
Los corsarios y expedicionarios no sólo actuaban con intenciones hostiles, sino también por la búsqueda de vínculos comerciales e incluso proyectos políticos contra el dominio hispano. Entre los corsarios y expediciones importantes hacia nuestras costas, estuvieron la de los ingleses Francis Drake (1578-79), Thomas Cavendish (1587) y Richard Hawkins (1593-94). Asimismo, se hicieron presente en costas peruanas las expediciones holandesas de Joris van Spielbergen (1615) y Jacques Clerk L’Hermite (1624).
La expedición de Spilbergen y el Combate Naval de Cañete
Una de las acciones más importantes ocurridas durante la época virreinal como parte de las incursiones de los enemigos de España en costas americanas, se dio en el año 1615, cuando el holandés Joris Van Spilbergen arribó a costas americanas por el estrecho de Magallanes con seis naves.
El Virrey Príncipe de Esquilache, envió a una escuadra con siete pequeños barcos a combatirlo, produciéndose un combate naval frente a Cerro Azul el 7 de julio de aquel año, donde se hundió una nave española con 500 hombres, logrando vencer los holandeses.
Sin embargo, el corsario no atacó el Callao, fue luego a Huarmey, saqueando dicho puerto y después se dirigió a Paita pero no la atacó. Finalmente, dejó costas peruanas con rumbo a Acapulco, Islas Molucas y las Filipinas, en donde sus naves fueron prácticamente diezmadas por naves españolas.
En aquel combate, se dio un episodio entre una nave holandesa y una nave española. Spielbergen narró el hecho señalando cómo los españoles “prendieron muchas linternas y antorchas y, a gritos, gimiendo y llorando, finalmente se hundieron con nave y todo, en nuestra presencia”.
El rescate de los sobrevivientes fue penoso: “Algunos de nuestros marineros, en contra de las órdenes dadas, mataron a palos a algunos españoles”.
Expedición de L'Hermite
Otra expedición, de mayor envergadura fue la que llegó a costas del Perú en 1624, cuando el Almirante holandés Jacques Clerk, conocido también como L'Hermite, al mando de una flota de once naves bloqueó y atacó el Callao, teniendo como base a la Isla San Lorenzo.
El Virrey Diego Fernández de Córdova enfrentó con éxito aquel ataque, sumándose el hecho de la inesperada muerte de Clerk, lo que provocó el retiro final de los holandeses, luego de tres meses de asedio.
El Puerto del Callao
El origen de la palabra “Callao” no es muy clara, barajándose vínculos lingüísticos tanto españoles como nativos. A sus habitantes se les dice “chalacos”, derivado de “Challahaque”, es decir, ‘hombre de la costa’.
Durante los tiempos virreinales, el Callao significó para el poder español no sólo el centro del tráfico comercial como puerto más importante del virreinato del Perú, sino también como centro de operaciones de la Armada del Mar del Sur.
En 1687 y 1746, sufrió el embate de maremotos, que destruyeron la población e instalaciones defensivas y portuarias existentes. En la República mantuvo siempre un rol importante en hechos decisivos como el Combate del 2 de Mayo. En 1857, por decreto de Ramón Castilla, el puerto fue elevado al rango de “Provincia Constitucional”.
El Puerto de Paita
El puerto de Paita está ubicado en el departamento de Piura, y fue fundado por Pizarro en 1537 con el nombre de “San Francisco de la Buena Esperanza de Paita”. Era el punto obligado de recalada de toda nave que llegaba al litoral peruano, desembarcando pasajeros que luego seguirían por tierra a Lima.
Paita ostenta el honor de haber sido lugar de residencia de nuestro héroe máximo: el almirante Miguel Grau, quien pasó ahí algunos años de su niñez cuando su padre trabajaba en la aduana del puerto.
El Puerto de Arica
Fundado en 1570 con el nombre de San Marcos de Arica, en tiempos virreinales, fue el paso obligado para el tráfico comercial entre el actual sur peruano y Bolivia, en especial durante el apogeo del centro minero de Potosí, el mayor productor de plata del virreinato peruano.
En la República, mantuvo su preponderancia como salida comercial no sólo del Perú sino también de Bolivia. Luego de Guerra del Pacífico (1879-1883), quedaría en manos de Chile pasando bajo su soberanía formal en 1929.