¿Qué es la hipertensión?
La hipertensión arterial es un trastorno caracterizado por una presión arterial alta y constante en las arterias. Esto puede causar daño arterial y requerir un esfuerzo adicional del corazón para bombear sangre. Se diagnostica hipertensión cuando la presión sistólica es ≥ 140 mm Hg y la diastólica es ≥ 90 mm Hg.
La presión arterial y sus valores normales
La presión arterial es la fuerza que la sangre ejerce contra las paredes de los vasos sanguíneos (arterias) mientras suministra oxígeno y nutrientes a los órganos. En adultos, se considera presión arterial normal cuando la presión sistólica es ≤ 120 mm Hg y la diastólica es < 80 mm Hg.
Recomendaciones ante valores elevados
Si tus valores de presión arterial están por encima de 120/80 mm Hg, se recomienda consultar a un médico y comenzar a realizar cambios en el estilo de vida, como adoptar una alimentación saludable y aumentar la actividad física.
Atención médica ante hipertensión confirmada
Si tu presión arterial es igual o mayor a 140/90 mm Hg en dos o más mediciones bajo condiciones adecuadas, se considera que tienes hipertensión. En este caso, es crucial buscar atención médica para evaluar y determinar el tratamiento necesario.
Factores de riesgo
Pueden presentarse a cualquier edad, pero los mayores de cuarenta años y los hombres tienen un mayor riesgo. Estos factores incluyen:
- Antecedentes familiares de hipertensión.
- Sobrepeso u obesidad.
- Falta de actividad física.
- Tabaquismo.
- Consumo excesivo de sal.
- Alcohol.
- Estrés.
- Enfermedades crónicas como:
- Enfermedad renal.
- Diabetes.
- Apnea del sueño.
Síntomas y signos
Inicialmente, la hipertensión no presenta síntomas. Sin embargo, cuando la presión arterial está excesivamente alta, pueden surgir:
- Dolores de cabeza.
- Mareos.
- Visión borrosa.
- Náuseas.
- Dificultad respiratoria.
- Vértigos.
- Dolor torácico.
- Palpitaciones del corazón.
- Hemorragias nasales.
Estos síntomas y signos no son específicos y, por lo general, no se presentan hasta que la hipertensión alcanza una etapa grave o potencialmente fatal.
Complicaciones
Cuando la hipertensión arterial ha avanzado lo suficiente, puede afectar varios órganos importantes del cuerpo, incluyendo el corazón, el cerebro, los riñones y la retina de los ojos, lo que puede resultar en:
- Infartos.
- Derrames cerebrales.
- Insuficiencia renal.
- Ceguera.
- Diabetes.
- Discapacidad o incluso la muerte.
Prevención y tratamiento
Un estilo de vida saludable desempeña un papel crucial en el control de la presión arterial alta. Sigue estas recomendaciones para evitar, retrasar o reducir el riesgo de padecer hipertensión:
- Realiza actividad física al menos 30 minutos al día y mantén un peso saludable.
- Reduce el consumo de sal, evitando agregarla a las comidas.
- Evita los productos procesados como embutidos, enlatados, precocidos, snacks y gaseosas.
- No fumes y limita el consumo de alcohol.
- Consume al menos 5 porciones de verduras y frutas al día.
- Disminuye la ingesta de harina y productos de pastelería.
- Mide tu presión arterial al menos cada 2 años a partir de los 18 años.
Si te han diagnosticado hipertensión:
- Toma tu medicación según lo indicado por el médico.
- Controla tu peso periódicamente.
- Mide tu presión arterial regularmente.
Si necesitas mayor información:
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