SIS: Por las rutas de la salud
CrónicaEl Seguro Integral de Salud continúa recorriendo


26 de julio de 2025 - 10:26 a. m.
La primera vez que María escuchó hablar del SIS fue en su comunidad, en medio de un campo abierto. No fue en una establecimiento de salud ni en una oficina. Fue en una feria. Una feria que, como ella misma dice, “vino caminando”.
Aquel día, como en tantos otros en tantos rincones del Perú, las brigadas del Seguro Integral de Salud (SIS) llegaron antes del amanecer. Habían cruzado trochas barrosas, ríos crecidos y cerros infinitos. Llevaban mochilas, toldos, folletos y –sobre todo– tiempo para escuchar.
Hacer patria también es caminar largo. Bajo el sol ardiente de la selva o el frío cortante de los Andes, los profesionales del SIS recorren el país paso a paso, con la misión de llegar hasta donde otros no llegan. Porque allá, en lo alto de los Andes o en lo profundo de la Amazonía, también hay peruanas y peruanos que tienen derecho a saber que están protegidos.
Así son las ferias itinerantes “Rutas de la Salud”: espacios que no solo ofrecen servicios médicos, sino también un mensaje claro y necesario: no importa cuán lejos vivas, tu derecho a la salud está asegurado.
Estas ferias itinerantes son posibles gracias a un esfuerzo articulado con el Ministerio de Salud (Minsa), cuyos profesionales brindan atenciones en medicina general, enfermería, obstetricia, odontología, psicología, laboratorio y más. Así, el sector Salud, liderado por el ministro César Vásquez Sánchez, trabaja codo a codo para llevar no solo cobertura, sino también atención efectiva y oportuna a las poblaciones más alejadas.
Durante el año 2025, estas rutas han recorrido más de 1700 comunidades nativas amazónicas y altoandinas de todo el país, llevando orientación, afiliación y atención médica integral a quienes más lo necesitan. En total, se realizaron más de 271 ferias, brindando 442 124 atenciones en favor de 244 400 personas, casi la mitad de ellas mujeres.
Sin embargo, más allá de las cifras, hay historias como la de María. Madres que descubren que tienen un seguro. Adultos mayores que se toman la presión por primera vez. Niños que aprenden a cepillarse los dientes con una sonrisa tímida y curiosa. Y hay también servidoras y servidores públicos que no miran el reloj, sino los ojos de quienes los reciben con gratitud, como si esa visita hubiese sido esperada durante años.
Porque estas ferias no solo llevan salud. Llevan esperanza. Llevan Estado.
Y en cada paso que se da, en cada rincón que se alcanza, el Perú se vuelve más justo, más cercano, más nuestro. Porque hacer patria también es llegar… y proteger.