El premio menor
Nota de prensa
1 de febrero de 2013 - 12:00 a. m.
Facebook y Twitter nos hacen perder tiempo de una manera eficaz. No solo nos entretienen con información, videos y chismes, sino que poseen un elemento extra: la recompensa. El número rojo sobre el color azul indica que alguien leyó lo que escribiste o que quiere ser tu amigo. Se siente bien. La esfera iluminada bajo la arroba del Twitter es señal de que una frase tuya llegó a alguna parte. Eso es chévere. Una señal sonora te avisa que tu estrella de TV favorita compartió lo que pensaste. Es rico, es súper. Me gusta. Pero ese componente, la recompensa, puede ser nuestra ruina. Porque ese premio puntual, casi inmediato, altera nuestra química interior. No es una especulación, es un hecho científico.