Minsa aprueba la guía de práctica clínica para el diagnóstico y tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1 en niños adolescentes y adultos
Nota de prensaEl Estado busca proteger el estado de salud y calidad de vida de los pacientes con esta enfermedad
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Fotos: Minsa
25 de mayo de 2024 - 5:14 p. m.
El Ministerio de Salud (Minsa) aprobó la Guía de Práctica Clínica para el Diagnóstico y Tratamiento de la Diabetes Mellitus tipo 1 (DM-1) en Niños Adolescentes y Adultos, con la finalidad de contribuir a la protección del estado de salud de los pacientes con esta enfermedad en el Perú.
La guía técnica, aprobada mediante la Resolución Ministerial n.° 356-2024-MINSA publicada ayer en el diario oficial El Peruano, busca establecer y estandarizar los criterios para la prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la DM-1 en los establecimientos de salud del Minsa y de los gobiernos regionales, contribuyendo a la reducción de las complicaciones y mortalidad por este mal en todas las etapas de vida.
Históricamente se ha venido usando insulinas humanas, NPH y cristalina, que si bien logran controlar la enfermedad, presentan un mayor riesgo de hipoglucemia por el mismo medicamento. El documento busca migrar hacia las insulinas análogas que cuentan con un mejor perfil de seguridad y practicidad al requerir menos inyecciones al día, de una forma progresiva y responsable. Se va a priorizar en el corto y mediano plazo a la población más vulnerable como, por ejemplo, los niños en edad preescolar.
El control de la diabetes tipo 1 (más común en niños) es más complicado que en la diabetes tipo 2 (responsable del 95 % de los casos, común en adultos), por lo que con este documento se busca incorporar nuevas medidas, con un aumento progresivo de la cantidad de controles, la incorporación de nuevas tecnologías como el Monitoreo Continuo de Glucosa (MCG) e incluso la posibilidad de uso de dispositivos automatizados.
Si bien se espera que exista un periodo de adaptación y aprendizaje antes de poder hacer efectiva la entrega de las nuevas tecnologías, se sientan las recomendaciones base y el perfil de paciente que pueda beneficiarse de su uso.
Se espera a largo plazo una reducción significativa de los pacientes que lleguen a presentar complicaciones tardías, la mortalidad debido a hipoglucemia severa y los costos asociados a atenciones de alta complejidad como la insuficiencia renal crónica.
MEDIDAS PREVENTIVAS
La prevención de la enfermedad es actualmente materia de investigación, sin medidas específicas con efectividad comprobada aún.
Por esto la guía de práctica clínica se centra en la prevención secundaria, es decir, en diagnosticar a tiempo y en el tratamiento correcto oportuno. El primer paso para esto es la capacitación al personal de salud para reconocer los signos y síntomas, así como en el manejo inicial de urgencia. La derivación a centros con la capacidad de resolución para el manejo especializado es también un factor importante para mejorar el pronóstico de la enfermedad.
Asimismo, indica que un seguimiento adecuado, el cumplimiento de las metas terapéuticas, la educación del paciente y familiares, la atención por un equipo de salud capacitado, así́ como el uso oportuno de las herramientas, pueden retrasar o evitar la aparición de las complicaciones tardías y evitar secuelas de la DM-1.
“Se debe asegurar la continuidad del tratamiento en todos los pacientes, implementando un registro local en el establecimiento de salud de los casos prevalentes, nuevos casos y los requerimientos de medicamentos, asegurando el abastecimiento para, por lo menos, los próximos 3 meses para cada paciente, según el tipo de Insulina que se requiera para su manejo. Se recomienda implementar un sistema de monitoreo, seguimiento y programación de citas”, se lee en el documento.
La guía de práctica clínica es de alcance nacional y de aplicación obligatoria en los establecimientos de salud del Minsa, a cargo de las Diris, y de los gobiernos regionales mediante las Diresa y Geresa.