Ministerio de Salud elabora cartilla de recomendaciones para acompañar el duelo de afectados

Nota de prensa

11 de enero de 2003 - 12:00 a. m.

Con el objetivo de brindar recomendaciones que permitan disminuir las secuelas emocionales en las personas que experimentan situaciones de desastres, los especialistas de la Dirección General de Promoción de la Salud del Ministerio de Salud, han elaborado una cartilla de recomendaciones para acompañar el dolor de los familiares afectados por el trágico accidente aéreo de la compañía TANS.

Ante situaciones como las que hoy deben enfrentar muchas familias peruanas y algunas extranjeras, el MINSA pone a consideración de los afectados, recomendaciones que deben ser tomadas en cuenta en el trato con niños, adolescentes y adultos.

Respecto a las relaciones con los niños, se propone un mayor acercamiento con ellos, a fin de rodearlos de afecto, tranquilidad y también confort físico. Es necesario por ejemplo permitirles dormir en compañía de alguien en su habitación hasta que pueda retornar a su propia habitación sin el miedo ocasionado por el desastre y hablar sobre sus sentimientos ante el hecho. De igual forma, pasar más tiempo juntos en actividades familiares para comenzar a reemplazar los miedos con recuerdos placenteros.

Cuando el desastre ha ocasionado un daño emocional en el niño se puede observar estrés en ellos, exteriorizado en los cambios de conducta y la regresión, mostrando una conducta no típica. Por ejemplo un niño sociable y extrovertido puede volverse muy tímido y aislado. La regresión se puede percibir cuando una conducta del pasado vuelve al presente, tales como chuparse el dedo pulgar o hablar como bebes. Cabe señalar que en el caso de los ancianos, generalmente por su condición, no se movilizan y tienden a presentar signos de mayor angustia.

Finalmente, en el caso de los adolescentes se recomienda a los padres de familia que deben alentarlos verbalmente, estimular su participación en trabajos de su comunidad. Asimismo con los adultos permitirse sentirse mal, deprimido o indiferente conocer que los pensamientos recurrentes son normales y deben ser compartidos, alentar la discusión de los miedos y temores en el seno familiar.