Ministerio de Salud concentra esfuerzos e implementa estrategias para evitar el consumo del tabaco
Nota de prensa
30 de mayo de 2003 - 12:00 a. m.
Los diversos trastornos que la nicotina y el alquitrán ocasionan en el organismo humano son graves para la salud y la vida de la personas. El daño es gradual y constante, y por lo general es causa de múltiples enfermedades. Por esta razón el Ministerio de Salud, en el marco del Día Mundial del No fumador y de lo que establece la estrategia nacional Perú Vida 2012, viene desarrollando una permanente campaña de sensibilización dirigida a la población en general a fin de que eviten este insano hábito y lograr la disminución de su consumo.
En ese sentido, cabe señalar que el Perú aprobó, junto a los otros 192 países que integran la Organización Mundial de la Salud (OMS), el texto del Convenio Marco de la Lucha contra el Tabaco, en la 56° Asamblea Mundial de la Salud realizada recientemente en Ginebra, convenio que busca establecer normas que sean adoptadas por todos los países para enfrentar el problema mundial de las consecuencias a la salud pública derivadas de los productos del tabaco.
Los especialistas del MINSA inciden en la importancia de que el fumador se de cuenta de los peligros que éste ocasiona tanto a su organismo como a las personas que lo rodean, hecho predominante para la toma de la decisión de abandonar el cigarrillo, logrando así beneficios en su salud.
La persona que deja el tabaco alrededor de los treinta años de edad evita casi todos los riesgos de muerte prematura por fumar aminorando las patologías coronarias, pulmonares y respiratorias y a la vez disminuye la incidencia del cáncer, además de las cardiopatías, y una notoria disminución de la posibilidad de un ataque al corazón.
Sin mencionar que esta mejora en la salud va acompañada de la recuperación del sabor en los alimentos, mejor sentido del olfato, mejora en la autoestima, aliento más fresco, y un ambiente sin contaminación. Después de una semanas aquellos que lo han conseguido perciben menos estrés. Quienes dejan de fumar son un buen ejemplo tiene bebés más sanos, no se preocupan por someter a los demás al humo de su tabaco y se liberan de la adicción.
El tabaco es una droga estimulante que genera adicción y produce un incremento del pulso cardiaco y de la tensión arterial debido a que contiene la nicotina, producto responsable de generar la dependencia. El tabaco junto con el alcohol es la sustancia adictiva que más se consume y más problemas sanitarios acarrean.
RIESGOS DEL FUMADOR
Los efectos del cigarrillo se reflejan en enfermedades, como cánceres de pulmón con un riesgo de desarrollarla de 5 a 20 veces mayor que las personas que no fuman, de esófago, de vejiga, y otros tipos de cáncer, como de boca, páncreas, estómago y cuello del útero.
Asimismo enfermedades coronarias, que suponen una obstrucción de los vasos sanguíneos del corazón y se traduce en problemas serios como la angina de pecho o infarto. El fumador presenta doble posibilidad de sufrir un accidente cerebro vascular; así como una predisposición a sufrir de enfermedad oclusiva arterial periférica, que consiste en la oclusión progresiva de un vaso sanguíneo con mayor
frecuencia en las piernas, que puede llevar a la suspensión del flujo circulatorio a esa zona y la pérdida de la extremidad.
De otro lado, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica que se manifiesta en dos formas principales, como la bronquitis crónica que produce tos y expectoración en forma persistente y el enfisema pulmonar que genera destrucción del pulmón y dificultad respiratoria en forma progresiva.
TIPOS DE FUMADORES
Existen dos clases de fumadores. Los activos, que realizan el acto físico de aspirar nicotina y, alquitrán; y los pasivos, aquellas personas que aspiran indirectamente estos componentes químicos. Es así que si una persona fuma en un ambiente cerrado, las personas que están en el mismo ambiente aspirarán el 30 por ciento del humo.
RECOMEDACIONES PARA DEJAR DE FUMAR
Las personas que deseen abandonar esta adicción, deben seguir estas recomendaciones:
1. Es necesario tomar una decisión personal;
2. Fijarse una fecha para dejar el cigarrillo;
3. Identificar qué los induce a fumar;
4. Realizar ejercicios;
5. Beber mucha agua (3 litros agua al día);
6. Bañarse varias veces al día, frotándose la piel (incluso hasta que esta se ponga roja, para que se pueda eliminar la nicotina);
7. Comer alimentos ricos en fibra, tales como frutas y verduras; y
8. Evitar las comidas pesadas, ya que provoca fumar sobre todo durante la primera semana después de dejar el cigarro.
Finalmente debe tornar en cuenta que el cigarrillo produce una adicción fisiológica, que hace que el organismo se altere al no recibir nicotina, para lo que se recomienda ingerir abundante líquido. En cuanto al área psicológica: hay situaciones que hacen que la persona incida en este mortal hábito, como por ejemplo, tomar café o asistir a juegos, por lo que en la primera etapa es necesario evitar sitios donde la gente fume.