Padres inmaduros maltratan más a sus hijos
Nota de prensa
3 de setiembre de 2004 - 12:00 a. m.
En un afán de obtener, a través en sus hijos, el reconocimiento que en su vida personal no consiguieron --algunos padres-- transforman sus frustraciones personales en agresiones, insultos y humillaciones, demostrando inmadurez y que aún no enfrentan su paternidad o maternidad como tal.
Así lo manifestó, el Dr. Juan Carlos Lengua Sánchez, jefe del Departamento de Salud Mental del Niño y Adolescente del Hospital “Hermilio Valdizán” del Ministerio de Salud, tras precisar que los progenitores con estas características son quienes maltratan más a sus hijos en nuestro país.
Según un estudio epidemiológico en Salud Mental, realizado en Lima Metropolitana y el Callao en el 2002, el 51.8% de la población adolescente ha sufrido algún tipo de abuso, siendo la agresión psicológica (41.7%) la más prevalente, seguida de la física (27,3 %), el abandono (11.9%) y abuso sexual (4.1%).
Por lo general, agregó, los niños maltratados se tornan agresivos, padecen de ansiedad y sufren de depresión, lo que se acompaña de una baja autoestima. Mientras que los adolescentes se ven inducidos al consumo de alcohol o drogas, tienen bajo rendimiento escolar, escapan de sus hogares y se insertan en pandillas en busca de afecto.
Reveló que en la mayoría de casos, estos actos de violencia se incrementan cuando en el entorno familiar existe el consumo de alcohol, drogas así como el desempleo en las cabeza de familia. Sin embargo, indicó, sólo se conocen las estadísticas entre la gente más pobre, pues en las familias con mayor poder adquisitivo suele ocultarse el abuso o es tratado con especialistas en forma privada.
El Dr. Lengua Sánchez, señaló que es necesario terminar con los actos de violencia dentro del núcleo familiar, pues la cadena de maltrato, violencia y abuso sexual es transgeneracional, es decir continuará generación tras generación si no modifica a tiempo dichas conductas negativas.
Aquel que ha sido abusado, es con frecuencia quien abusará o maltratará a algún miembro de su familia o entorno, alertó.
El especialista remarcó que los padres de familia deben tener muy en claro que el maltrato no sólo se basa en la agresión física. El abandono, los insultos, las humillaciones, los gritos sin motivo; también son maltratos de tipo psicológico.
Para la recuperación o modificación de estas conductas agresivas, es necesaria una terapia familiar o de orientación, de por lo menos un año, precisó el experto, indicando que cuando los menores no reciben tratamiento, las consecuencias son negativas.
Dependiendo del grado de daño, esta terapia, en algunos casos debe ir acompañada de medicación, debido a que los niños que son víctimas de agresión por largas temporadas padecen además de depresión y ansiedad. En casos severos también es necesaria la participación de los profesores del plantel al que asisten.