Recomiendan terapia de reemplazo hormonal para mujeres durante la menopausia
Nota de prensa
29 de octubre de 2004 - 12:00 a. m.
La Terapia de Reemplazo Hormonal en las mujeres menopáusicas sólo debe ser adoptada cuando el médico la recomienda, acompañada de una vida física activa, condiciones y estilos de vida sanos, además del consumo diario de calcio; manifestó el jefe de la Unidad de Climaterio del Instituto Especializado Materno Perinatal del Ministerio de Salud (MINSA}), Dr. Félix Ayala Peralta, indicando que se inicia generalmente entre los 45 y 52 años de edad.
Al respecto, reveló que esta institución del MINSA trabaja mediante pautas clínicas tanto hormonales y no hormonales, individualizando a cada paciente de acuerdo a un perfil pre establecido en una historia clínica climatérica de acuerdo a nuestra realidad.
El galeno precisó que la Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH) implica, por un lado beneficios, como son mejora de la calidad de vida y/o de menor riesgo de enfermedades crónicas. También evita que la osteoporosis progrese, permite un mejor manejo del síndrome climatérico y contribuye a la mejora de la calidad de vida.
Por otra parte, podría traer consigo un mayor riesgo de cáncer de mama y enfermedades tromboembólicas.
Es importante por ello que el médico determine en qué momento se debe usar la TRH, es decir cuando los beneficios superen a los riesgos. El médico tiene que evaluar adecuadamente los factores de riesgo y determinar si debe o no iniciar una terapia hormonal de sustitución, la que debe contar con la aprobación de la paciente.
“Cada decisión deberá ser individualizada y ser estricto en escoger qué hormona usar, cómo, la dosis, la vía y el tiempo. La paciente debe tener conocimiento sobre los diferentes beneficios y los factores de riesgo que se consideran en la terapia”, explicó el Dr. Ayala.
Al respecto, recomendó, la realización de un estudio clínico minucioso incidiendo en mamas y examen ginecológico. Los procedimientos rutinarios que se realizan son papanicolau, mamografía, colesterol, ecografía trasvaginal y densiometría ósea.
En cuanto a los síntomas, anotó que los más frecuentes son los psicológicos y físicos, predominando el nerviosismo o ansiedad (89%), dolor osteomuscular (89 %), depresión (83%) y cefalea (79%); seguido, de cambios en lo que respecta al deseo sexual (43%) y con menos frecuencia los síntomas vasomotores: bochornos(41% ) y transpiraciones nocturnas (38%).