Programa social de subsidio directo a pobres tendría una “etapa piloto”

Nota de prensa

10 de febrero de 2005 - 12:00 a. m.

El anunciado programa gubernamental de subsidio directo a la población en extrema pobreza, tendría una “etapa piloto” para determinar su implementación progresiva, y no sería sólo una ayuda económica sino buscaría mejorar las condiciones de vida de los niños y mujeres mediante vacunaciones y capacitación, indicó la ministra de Salud, Dra. Pilar Mazzetti Soler.

Dio a conocer que este programa social que viene diseñando el Ejecutivo, con la participación del Ministerio de Salud, es un trabajo que se viene realizando desde hace varios meses y que busca convertirse en un estímulo para mejorar la calidad de vida de las familias en situación de extrema pobreza.

Adelantó que se trata de un subsidio económico directo –cuyo monto aún no se ha establecido- que demandará, a cambio, a los beneficiados que demuestren que sus hijos han sido vacunados. Además, las mujeres en condiciones de extrema pobreza deberán acreditar su asistencia a charlas sobre crecimiento y desarrollo, nutrición y reconocimiento de signos de riesgo en sus niños, además de otros temas que permitirán mejorar la salud y la calidad de vida de estas familias.

En una entrevista a una radioemisora local puntualizó que, “sería ilógico que se dé dinero así nada más. Buscamos un cambio en la calidad de vida de las personas, el dinero no es más que un pretexto para realizar este cambio”.

Informó que programas sociales de esta naturaleza se desarrollan en la actualidad en países como México, Brasil, Honduras y Chile, y que equipos técnicos de los ministerios de Salud, Economía y Finanzas, y de la Mujer y Desarrollo Social, analizan las experiencias del trabajo desarrolladas en dichos países a fin de conocer aciertos y errores.

Asimismo, desestimó que este programa en elaboración beneficie inmediatamente a unos tres millones de familias.

Control social

De otro lado, propuso que para un mejor manejo de este programa social se recurra a la participación de la propia comunidad como un mecanismo de “control social”, ya que consideró que son los propios pobladores de los estratos menos favorecidos los que conocen a quiénes deben beneficiarse con este tipo de ayuda.

Dijo que el ingreso de las personas a este programa no será determinado por un funcionario público, sino que, muy por el contrario, su despacho ha propuesto que la Mesa de Lucha contra la Pobreza, la sociedad civil organizada, los representantes de diferentes comunidades y de los centros poblados, sean los que fiscalicen este programa.

“Quién conoce mejor la pobreza que los propios pobres, por qué vamos a ser nosotros los que tenemos que decir quién puede ingresar a este programa; la misma sociedad debe ser la que establezca sus parámetros de control. Una cosa es el financiamiento y otra es el control”, enfatizó.

La titular de Salud se mostró a favor de implementar un plan piloto que si funciona sea alternativa de cambio social y de participación ciudadana, que a su parecer daría buenos resultados en un país con tanta pobreza extrema. A la vez expresó su confianza en que este programa sea continuado por otros gobiernos, como ha ocurrido en México donde no sólo han mantenido este esquema sino que lo han hecho crecer.