Minsa recuerda a la población denunciar mordeduras de perros para evitar rabia
Nota de prensa
7 de mayo de 2005 - 12:00 a. m.
Como parte de las actividades de vigilancia del virus rábico, o búsqueda de perros y gatos callejeros muertos para su posterior análisis en el Centro Antirrábico de Lima, el Ministerio de Salud (Minsa) ha detectado un caso de rabia canina. Frente a este riesgo, se recuerda a la población la importancia de denunciar cualquier accidente por mordeduras de canes para evitar la aparición de esta enfermedad en humanos.
Así lo dieron a conocer los especialistas del Minsa miembros del Comité de emergencia por rabia, que encabeza la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa).
Explicaron que toda persona que haya sufrido mordeduras debe identificar al animal agresor y comunicarlo al personal de los centros de salud del Minsa, a fin que realicen un seguimiento del comportamiento del animal durante diez días y determinar si presenta o no los síntomas de la rabia.
En caso que el animal cambie de conducta, de manera inmediata se inicia la aplicación del tratamiento antirrábico a la persona mordida. Similar medida se adopta si el can muere en el período de observación; además se toma una muestra que es enviada al laboratorio para su análisis y comprobar la circulación del virus rábico.
La observación del animal mordedor sólo se realiza cuando se trata de una mascota cuya procedencia es conocida, es decir se conoce dónde vive y quién es su amo. Pero cuando el perro o gato es callejero o vago, o se trata de un animal silvestre (como murciélagos o monos), debe ser inmediata la aplicación del tratamiento antirrábico.
Lavar y vacunar
Antes de esta acción lo primero que debe hacer toda persona cuando sufre la mordedura de un animal casero es lavar la herida con abundante agua y jabón, ya que de esta manera se remueve y elimina el virus rábico.
Otra medida para prevenir la rabia es acudir al centro de salud más cercano para la aplicación del tratamiento antirrábico y cumplir con todo el esquema de vacunación.
Una persona mordida debe recibir siete dosis de vacuna antirrábica. Se aplica una dosis diaria, más tres de refuerzo que se dosifican de la siguiente manera; a los 10 días de la última dosis, luego a los 20 días y posteriormente a los 90 días de la última dosis. Las inyecciones se colocan alrededor del ombligo.