Recomiendan no tratar a los perros como si fueran personas
Nota de prensa
2 de junio de 2005 - 12:00 a. m.
Los perros pueden ser los mejores amigos del hombre, sin embargo éstos pueden morder a una persona como respuesta a una agresión o a un juego. El hecho más preocupante es que la mayoría de víctimas por accidentes de mordeduras caninas, aproximadamente el 70%, son niños que luego de la agresión requieren atención medica especializada.
Según el Dr. Henry Hernández Isla, del Instituto de Salud del Niño, a fin de prevenir una mordedura tanto los padres como los demás miembros de la familia deben tener muy en cuenta al relacionarse con los perros que no están con otro humano y que, por lo tanto, un can no se comportará como una persona.
Dio a conocer que de acuerdo a un estudio que ha realizado, los investigadores señalan que el lobo es el antepasado de todos los perros domésticos y que si bien las apariencias externas varían en cada raza y se distinguen de lobo, cada perro siente y se comporta como un lobo.
De esta manera, sostuvo, el instinto del perro es convivir bajo una jerarquía vertical, en grupos o jaurías y defendiendo su territorio y comida. Se comunican y reafirman su rango por medio de posturas y lenguaje corporal.
Aunque por tratarse de animales domesticados actualmente la vida del perro en jaurías es completamente rara. La especie vive interrelacionada o próxima al hombre y muy a menudo en su intimidad doméstica como mascotas. “Los perros consideran como su manada a la familia humana con la que viven y juntos constituyen una ´familia-jauría´”, subrayó el especialista.
Situaciones de riesgo
Sin embargo, estos animales defienden su territorio y su comida, la cual es la principal razón por la que ocurren las mordeduras. Así por ejemplo un niño, sobre todo el bebé que gatea o empieza a caminar, invade su espacio y le quita su comida. Por ello los adultos deben conocer y trasmitir a los niños estas característica del can para comprender la conducta social de los perros y prevenir los accidentes por mordeduras.
Una segunda situación de riesgo se produce por la defensa maternal canina. Por ello hay que evitar que los niños se acerquen a una perra parida porque pueden agredir al niño por su instinto de protección de sus crías.
Asimismo indicó que el exceso de mimo y la “humanización” constituyen la tercera causa de accidentes. Los perros no responden como una persona al trato humano porque son animales con otras características; por lo tanto educar a un can no significa darle muchos besos y permitirle caprichos sin exigir nada a cambio.
Autoridad y jerarquía
El especialista dijo que en una familia debe haber una jerarquía claramente establecida, ya que si nadie domina al perro éste empezará a ocupar el puesto del líder, no porque así lo quiera sino debido a que así lo determina su instinto.
Entonces, intentará arreglarlo todo a su manera y estará atento a todo; defenderá su territorio y no obedecerá. Según su carácter llegará a corregir mordiendo a los sumisos que según él “se comporten mal”.
Aunque también el perro espera que su dueño y la familia se comporte como los dominantes de su “familia – jauría”.
Así el animal se sentirá muy a gusto sabiendo que no tiene que preocuparse de nada porque sus superiores se encargan de todo. Tendrá una vida clara y sabrá perfectamente lo que puede y no debe hacer; por ello se debe establecer algunas normas básicas para demostrarle que está dominado, exigiendo que obedezca, recomendó el especialista.