Niños hiperactivos requieren tratamiento para evitar conductas antisociales en el futuro

Nota de prensa

20 de febrero de 2006 - 12:00 a. m.

Todo niño extremadamente inquieto y travieso que altera el ambiente o medio en que se encuentra, es decir, que tiene problemas de hiperactividad y déficit de atención, debe recibir tratamiento interdisciplinario para evitar conductas antisociales en la adolescencia.

Así lo dio a conocer Myriam Velarde, médico del Departamento de Neurología de la Conducta del Instituto Especializado de Ciencias Neurológicas del Ministerio de Salud (Minsa), tras indicar que estos niños por lo general tienen baja autoestima, debido a que constantemente son castigados por alterar el orden y no prestar atención en un determinado momento.

A consecuencia de los castigos que reciben los niños con trastorno de hiperactividad y déficit de atención, crecen con la idea de que las personas de su entorno son malas y por ello en la adolescencia en protesta ante un mundo castigador adquieren conductas antisociales como por ejemplo, volverse alcohólicos, drogadictos o abandonar el colegio, sino reciben tratamiento oportuno y adecuado.

Destacó que el tratamiento de estos pacientes es interdisciplinario y el 80% de ellos lo requieren hasta los 12 años de edad, el 15% hasta los 18 años y la cifra restante queda con trastorno residual, es decir, con déficit de atención de por vida.

Según datos estadísticos entre el 3% y 7% de la población mundial en edad escolar tiene este trastorno. En el caso de nuestro país, un estudio realizado entre los pacientes que acuden al Instituto Especializado de Ciencias Neurológicas, reveló que este trastorno está presente en el 4,2% de los niños en edad escolar.

El trastorno puede deberse en algunos casos a causas de carga genética, es decir, al hecho de contar con familiares que tuvieron problemas de conducta y aprendizaje, así como problemas depresivos. Pero también hay factores como los partos prematuros, el consumo de alcohol, drogas y tabaco, antes o durante el embarazo, que ayudan a la manifestación del problema.

La principal característica de los niños con este trastorno es ser muy inquietos en todo momento (hiperactivos), también no prestar atención sostenida a situaciones que le competen (déficit de atención) y hacer las cosas que desean sin medir los riesgos (impulsivos).