Recomiendan no enterrar alimentos en la arena de las playas

Nota de prensa

29 de diciembre de 2006 - 12:00 a. m.

Las personas que llevan fiambres o comidas a las playas no deben enterrarlas bajo la arena, ya que en lugar de conservarse se descomponen y pueden afectar la salud de las personas provocándoles cuadros diarreicos y hasta intoxicaciones.

Así lo señalaron expertos del Ministerio de Salud (Minsa) quienes descartaron la idea de que la arena conserve los alimentos.

Recomendaron no exponer los alimentos al calor, pues las altas temperaturas contribuyen a que se descompongan de manera rápida. Se debe evitar llevar refrigerios que contengan grasas o mayonesas. Además no debe ingerirse alimentos crudos y sin lavar

Hay que tener presente que los productos que ya están en descomposición tienen un olor diferente.

En cuanto a los líquidos exhortaron a consumir sólo agua hervida, embotellada o desinfectada.

En caso de acudir a restaurantes o lugares donde se venden alimentos preparados, el consumidor debe observar la forma cómo se sirven y manipulan los mismos, poner atención en la limpieza del personal y de su vestuario y la de los utensilios e ingredientes.

La Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) recordó que todos los restaurantes y cevicherías que funcionan en las playas están obligados a tener la licencia de funcionamiento municipal respectiva, de acuerdo a los requisitos sanitarios establecidos en el Reglamento sobre Vigilancia y Control Sanitario de Alimentos (D. S. 007-98-SA), en el capítulo II referido a la Elaboración y Expendio.

Cuidado con la venta callejera

Asimismo, señalaron que la venta de alimentos y refrescos en las playas de nuestro litoral, si no se hace observando las normas de salubridad vigentes, puede contribuir al contagio de enfermedades estomacales, ya que las elevadas temperaturas facilitan la descomposición de alimentos que no están debidamente conservados.

Para prevenir estas enfermedades, especialistas de la Digesa aconsejaron a la población tener mucho cuidado antes de comprar un alimento en la playa y exigir que el vendedor cuente con un certificado de salud y cumpla con medidas sanitarias para la conservación de alimentos.

Asimismo antes de comprar refrescos, cremoladas, chupetes y raspadillas, el consumidor debe preguntar si estos productos han sido preparados con agua hervida y además debe verificar que en la envoltura del mismo figure el Registro Sanitario emitido por la Digesa.

Aunque en lo posible hay que observar la recomendación de evitar la compra de productos de dudosa procedencia.

Finalmente se exhorta a la población a practicar comportamientos saludables en las playas, como no orinar ni defecar en el agua y llevar consigo o depositar en basureros públicos los desperdicios generados por su estadía en los lugares públicos de esparcimiento.