La anemia en niños y adolescentes suelen pasar desapercibidos
Nota de prensa
25 de marzo de 2007 - 12:00 a. m.
La anemia por deficiencia de hierro es un problema nutricional frecuente entre los niños y adolescentes debido a que el período de crecimiento en este grupo poblacional es muy acelerado y la alimentación que reciben no aporta la cantidad de hierro que necesitan, por ello es importante no descuidar los controles de crecimiento y desarrollo periódicos que brindan los establecimientos, pues los síntomas de la anemia pueden pasar desapercibidos.
La Dra. Rosa Vilca, responsable de la Etapa Niño de la Dirección General de Salud de las Persona del Ministerio de Salud, remarcó que la anemia en los niños pequeños aumenta la susceptibilidad a las enfermedades prevalentes en esta etapa de vida, las que pueden originar retardo en el crecimiento, problemas en el aprendizaje y en el desarrollo psicomotor.
La deficiencia de hierro en los adolescentes se manifiesta con palidez, inapetencia, disminución de la actividad física, somnolencia, apatía, todo lo cual va a influir negativamente en su rendimiento escolar.
Señaló que comúnmente la anemia no presenta síntomas evidentes, razón por la que los padres de familia deben estar atentos a si los menores presentan, entre las evidencias más frecuentes, fatiga y sueño excesivo, falta de concentración, palidez de la piel y mucosas, bajo rendimiento en la escuela.
Advirtió, además, que los cuadros patológicos severos pueden ocasionar problemas cardiovasculares y neurológicos, así como cambios en la conducta.
¿Qué es la anemia?
Es la disminución de los niveles de hemoglobina y del número de glóbulos rojos por debajo de los niveles considerados normales. Generalmente es ocasionada por el bajo consumo de hierro en la dieta, por la pérdida de sangre intestinal por parasitismo, o por el incremento no satisfecho de las demandas asociadas al crecimiento infantil, adolescencia o a la gestación.
La mejor manera de detectar la anemia es midiendo la hemoglobina a través de un análisis de sangre, el cual se realiza en cualquier establecimiento de salud a un costo accesible y en forma gratuita para los afiliados al Seguro Integral de Salud.
Prevención
La mejor manera de prevenir la anemia es mejorando las prácticas de alimentación, incluyendo en la dieta alimentos ricos en hierro de origen animal como el pescado, hígado, sangrecita, bazo y carnes rojas, así como menestras en combinación con alimentos que contengan vitamina C.
Se sugiere también restringir el consumo de mates o café con las comidas, para evitar la ingesta de inhibidores de la absorción del hierro, sobre todo los de origen vegetal.
Se recomienda la suplementación preventiva de hierro en las poblaciones vulnerables, medida temporal mientras se adopta una dieta que incluye alimentos fuentes de hierro de origen animal.
Es importante además mantener medidas de higiene personal como el lavado de manos antes de comer.
La experta recomendó:
Para los niños menores de 6 meses, la lactancia materna exclusiva y lactancia materna continua como mínimo hasta los dos años de edad, así como iniciar la alimentación complementaria a partir de los seis meses de edad.
Para los niños mayores de tres años:
• Ofrecer tres comidas principales además de un refrigerio.
• Consumir alimentos variados de valor nutritivo, de origen animal, por lo menos tres veces por semana, al igual que las menestras.
• Consumir alimentos ricos en calcio, verduras y frutas diariamente.
• Tomar jugos y refrescos de frutas naturales o agua hervida.
• Evitar enviar productos “chatarra” en las loncheras.
• Evitar la ingesta golosinas y gaseosas.
En el caso de los adolescentes se indicó que es frecuente observar que ellos dejan de comer alimentos que consideran no contribuye con su apariencia física e ingieren alimentos que no contribuyen con una dieta balanceada, variada y equilibrada, por ello los padres deben asegurarse que las prácticas alimentarias incluyan todos los grupos de alimentos y evitar consumir comida “chatarra”.