Anemia en gestantes incrementa el riesgo de bajo peso al nacer y los riesgos de infecciones en los niños

Nota de prensa

1 de abril de 2007 - 12:00 a. m.

La anemia de la madre durante la gestación incrementa en el niño por nacer el riesgo de prematuridad y el de un bajo peso al nacer, así como de infecciones. Se ha demostrado además que la mortalidad durante el primer año de vida es de 3 a 4 veces mayor en los que nace con el peso por debajo del promedio normal, precisó el Dr. Luis López Vargas, Jefe del Departamento de Neonatología de Instituto Nacional Materno Perinatal (INMP).

En los niños prematuros y de bajo peso (por debajo de 2.500 Kg.) que acuden a Consultorios Externos, se ha visto que presentan con más frecuencias infecciones respiratorias agudas (IRAS), enfermedades diarreicas agudas (EDAS) infecciones urinarias, entre otras, según detalló el experto.

Explicó que los recién nacidos que nacen con estas condiciones, debido a la anemia que presentaron sus madres, desarrollan en forma compensatoria una mayor masa de glóbulos rojos (Policitemia), lo que conlleva a riesgos de trastornos metabólicos, entre ellos una circulación sanguínea lenta que se traduce en una cianosis, dificultad respiratoria y sobre carga cardiaca, entre otros problemas.

En el INMP se atienden unos 120 bebés prematuros por mes, lo cual representa alrededor del 8 por ciento de los nacimientos que en total se atienden en la institución. El costo de atención de estos pequeños es muy alto, pues demanda períodos de hospitalización prolongados de hasta 60 días en promedio, lo cual representa gastos entre 5 a 8 mil soles, al momento del alta del paciente que nació con peso menor a los 1500 gramos, según destacó.

Cuidados
Los niños prematuros, así como los de bajo peso al nacer, requieren un control en su crecimiento más riguroso que los niños nacidos a termino y de peso normal, pues en los primeros meses es necesario controlarlos semanal o quincenalmente según cada caso, hasta cuando alcanzan el peso que corresponde a su edad corregida.

La anemia que se detecta en todo recién nacido prematuro y en el lactante se corrige con suplementos de hierro por el tiempo necesario hasta la corrección del nivel de la hemoglobina a valores normales, precisó López Vargas.

Un niño con bajo peso al nacer puede crecer en forma normal con la debida asesoría de profesionales en medicina, enfermería y nutrición, por lo que es necesario el control del crecimiento y desarrollo en el centro de salud más cercano a su domicilio.

Para prevenir estos cuadros, es necesario que las gestantes lleven un control prenatal para detectar y controlar cuadros de anemia o cualquier complicación propia del embarazo.

La anemia en las gestantes se produce porque el requerimiento de hierro durante el embarazo aumenta considerablemente, resultando insuficiente el aporte que proporciona la alimentación, por eso es necesaria una suplementación, la cual debe ser indicada por un especialista.

Se debe tener en cuenta que las madres adolescentes tienen más riesgo de sufrir anemia durante la gestación debido a que se encuentran todavía en etapa de crecimiento y el embarazo va ha condicionar en la mayor demanda de hierro en la dieta.

Recomendaciones:
- Acudir a la atención prenatal desde el primer mes del embarazo.
- Solicitar la entrega de tabletas de sulfato ferroso a partir del cuarto mes de embarazo, las que deberán tomarse hasta el final de la gestación e inclusive durante el puerperio.
- Tomar los suplementos alejado de las comidas para lograr una mayor absorción.
- Tomar las tabletas con jugos ricos en vitamina C, tales como limonada, jugo de papaya, naranja, etc. y alejar el uso de infusiones como té o café porque disminuyen la absorción del hierro.
- Evitar el consumo de alcohol, cigarro y drogas.

Alimentación:
- Consumir una ración adicional de comida al día, además de las tres comidas acostumbradas.
- Comer diariamente alimentos de origen animal fuentes de hierro como una porción de hígado, bazo, bofe, sangrecita o pescado.
- También frijoles, lentejas, arvejas o habas.
- Consumir diariamente frutas y verduras de color anaranjado, amarillo y verde oscuro como la papaya, naranja, mango, mandarina, zanahoria, limón, zapallo, acelga, espinaca o brócoli.
- Lavarse las manos antes de preparar y comer los alimentos.