Calor excesivo genera estreñimiento e infecciones urinarias en las gestantes

Nota de prensa

20 de enero de 2009 - 12:00 a. m.

Las prácticas de natación deben ser en piscinas y no en playas por cambios de temperatura
La importancia y la necesidad que tiene el organismo por consumir líquido se incrementa en las gestantes quienes gracias a una buena hidratación, pueden evitar estreñimiento, infecciones urinarias, hinchazón de pantorrillas entre otros malestares producto de los cambios hormonales que suceden durante el embarazo, más aun durante la época del verano informó el Ministerio de Salud (Minsa).
Entre otros malestares, la disminución de la secreción de la saliva es una situación propia de la gestante, lo que puede dar lugar a la sensación de tener la boca seca, mal sabor de boca y halitosis.
Según el Dr. Ernesto Rodríguez, Medico Jefe del Centro Materno Infantil El Porvenir de la Disa V Lima Ciudad - Minsa, el hecho de tener las piernas hinchadas y cansadas es otra situación molesta e incómoda que deben padecer las embarazadas ya que el organismo retiene líquidos al no recibir la cantidad suficiente.
Para ello se recomienda beber abundantes líquidos, a fin de corregir la función de los riñones, favorecer la circulación de la sangre, de los líquidos y eliminar toxinas y demás productos de deshecho del organismo.
Según el especialista, el hecho de que la gestante orine más ayuda a depurar el cuerpo de toxinas, reduce la posibilidad de que se produzcan cálculos renales, y en consecuencia infecciones de orina o cistitis, un problema relativamente frecuente entre las mujeres embarazadas.
Entre otros beneficios de la buena hidratación durante el verano, es que mediante la evaporación de agua por la piel se regula mejor la temperatura corporal, ya que si el embarazo está muy avanzado, el sobrepeso hace que sea más incómodo sobrellevar el calor.

Natación importante

Durante esta época la natación resulta ser un deporte muy recomendable para las embarazadas, a no ser que la práctica resulte extenuante y se realice en zonas peligrosas o sucias. Estar en el agua permite que la mujer embarazada esté más ligera, puede estirar con comodidad los músculos y mover las articulaciones. Además que este ejercicio previene las varices y favorece un buen parto.

En el caso de nadar en playa, la gestante no debe sumergirse a profundidad, ya que los cambios de presión pueden perjudicar los órganos del feto, aún inmaduros.