Recomiendan a familias realizar actividades en conjunto por vacaciones de medio año
Nota de prensa
27 de julio de 2010 - 12:00 a. m.
Los juegos son parte de la vida del niño y contribuyen al desarrollo de sus habilidades; sin embargo, durante Fiestas Patrias y las vacaciones de medio año es conveniente que padres e hijos interactúen como familia al compartir actividades recreacionales o actividades productivas, pues contribuyen a fortalecer lazos y vínculos entre ellos, recomendó la Estrategia Nacional de Salud Mental y Cultura de Paz del Ministerio de Salud.
Rita Uribe Obando miembro del Equipo Técnico de la Dirección de Salud Mental, señaló que inicialmente padres e hijos deben ponerse de acuerdo en las actividades a realizar, ya que cada miembro de la familia puede tener sus propios intereses. “Es rol de los padres conocer los intereses de sus hijos y según esto reorientarlos para tener actividades en común y permitir otras de tipo personal”, precisó.
Las actividades productivas permitirán la interacción de los miembros de la familia con roles y actividades especificas, lo cual estimula el respeto, la responsabilidad, afecto y colaboración entre los miembros. Entre estas mencionó arreglar la casa, preparar juntos las comidas, realizar ejercicios, caminatas, pasear en bicicleta, jugar un partido de futbol, vóley, visitar familiares y amigos, entre otras.
Como ejemplo señaló la participación familiar en un centro de recreacional donde haya juegos mecánicos, o en una visita al centro de Lima y sus lugares turísticos, ir a museos o parques temáticos, incluso salir fuera de la ciudad. Otra actividad importante puede ser la de visitar a los familiares y amigos. Dentro de la casa pueden preparar los alimentos, realizar juegos de mesa, ver una película y dialogar acerca de ella.
Beneficios
Inicialmente con este tipo de actividades toda la familia participa, el niño se observa acompañado por los padres y hermanos, y en consecuencia mejoran sus habilidades comunicacionales, y fortalece su carácter en la toma de decisiones, en el asumir responsabilidades, y ser solidario.
También desarrolla una actitud positiva ante la competencia con otros miembros de la familia. El niño también se integra a la sociedad, conoce mejor su ciudad y va reconociendo las normas y reglas sociales.
Todo lo contrario ocurre con un niño que se queda encerrado en casa “para que no les pase nada”. Esta equivocada visión de seguridad afectará el proceso de socialización del menor, que no disfrutará de actividades recreativas junto con sus padres o amigos. Sus habilidades sociales tendrán poco desarrollo y cuando sean mayores se podrían mostrar poco colaboradores, solidarios un tanto egoístas y temerosos de arriesgar. “Y lo más importante, no disfrutara de la vida”, advirtió.