Ayuno incorrecto en semana santa podría causar transtornos en el organismo
Nota de prensa
21 de abril de 2011 - 12:00 a. m.
La práctica del ayuno en Semana Santa podría causar, dolor de cabeza, boca pastosa, disminución de la fuerza, molestias gástricas, mareos, trastornos en la sensibilidad, insomnio, aumento de la frecuencia cardíaca e hipoglucemia que es la concentración de glucosa en la sangre anormalmente baja que se asocia con alteraciones o pérdida del conocimiento como desmayos, debido al aporte insuficiente de nutrientes y fuentes de energía.
La especialista del Instituto Nacional de Salud (INS) del Ministerio de Salud (Minsa), Rosa Salvatierra, destacó que el ayuno es saludable, ya que al no ingerir alimentos, los sistemas naturales de desintoxicación del organismo tienen la oportunidad de purgar al cuerpo de sustancias nocivas que se pudiesen haber acumulado pero aclara que su realización no consiste en dejar de comer y beber como muchos piensan.
La nutricionista aclaró que no se debe confundir un ayuno por determinado tiempo con la abstinencia, que consiste en dejar de comer cualquier tipo de carnes principalmente las rojas y blancas como res, carnero, pollo, cerdo, entre otros.
Salvatierra manifestó que las personas enfermas, niños, adolescentes, embarazadas y madres en lactancia deben de abstenerse de cumplir estas prácticas porque son metabólicamente frágiles y están expuestos a más riesgos de deshidratación y desordenes metabólicos.
Agregó que para efectuar este régimen es importante tener en cuenta el estado de salud de la persona y su edad. ”Ambos aspectos son relevantes y primordiales para la correcta realización de esta práctica, y si no se toman en cuenta, se pone en riesgo la salud del individuo”, dijo.
Por último, la experta aconsejó a las personas que si no están en condiciones de cumplir el ayuno, pueden realizar obras de caridad en las iglesias, evitar comer un alimento preferido ó dejar de lado actividades que nos gusten.
Importante:
Es adecuado haber comido bien el día anterior al ayuno para que el cuerpo logre guardar glicógeno (depósito de glucosa en el hígado y músculo). Después, se aconseja tener una comida adecuada, pero moderada, no hay que comerse todo lo que no se comió durante la penitencia.