Automedicación durante la lactancia puede alterar crecimiento, sistema nervioso y provocar anemia en bebés

Nota de prensa
Madres solo deben utilizar fármacos si son recetados por un médico

25 de agosto de 2012 - 12:00 a. m.

Por ningún motivo las madres lactantes deben utilizar medicamentos que no le hayan sido prescritos previamente por un médico porque podrían poner en riesgo la salud y provocar alteraciones en su crecimiento, sistema nervioso y hasta generarles anemia, informó la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) del Minsa (Minsa).

“La lactancia materna proporciona beneficios afectivos, nutritivos e inmunitarios al bebé pero, si la madre consume algún tipo de medicamento durante el periodo de lactancia, algunos de ellos podrían ser absorbidos por la sangre y llegar en mayor o menor proporción a la leche y, a través de ella, al lactante, lo que podría afectar su salud, crecimiento y desarrollo”, expresó el especialista de la farmacia de la Digemid, Aldo Álvarez Risco.

En tal sentido, Álvarez recomendó a las madres a no automedicarse y, en lugar de ello, recurrir a un médico que pueda analizar su estado de salud y determinar si es conveniente ingerir o no un medicamento, y si se debe continuar o no con la lactancia materna durante el tratamiento.

“Es importante considerar que no existe suficiente información sobre cómo actúan el 50% de los medicamentos existentes al pasar al organismo de un bebé, por lo que es preferible evitar su uso; las madres tampoco deben automedicarse porque exponen a sus hijos lactantes a la toxicidad de los fármacos, los que podrían afectar el sistema nervioso, alterar el crecimiento de los huesos, generar anemia severa, además de producirles irritabilidad y decoloración de los dientes”, explicó.

El especialista detalló que existen fármacos que definitivamente están contraindicados con la lactancia porque se ha comprobado que registran efectos secundarios en el lactante; otros que deben utilizarse con precaución, valorando si las ventajas de la lactancia compensan los riesgos para el niño y los que pueden considerarse seguros y compatibles con ella pues se administran a la madre por vía tópica u oral y no se absorben ni pasan a la leche o lo hacen en cantidades mínimas.

Álvarez añadió que los efectos del uso de fármacos durante la lactancia también afecta a la madre, disminuyendo su producción de leche, lo que también perjudica al bebé.

“Por ello es fundamental que mientras un bebé se alimente con leche materna, su madre consulte a su médico en lugar de automedicarse, pues de esta manera podrá proteger su organismo y el de su bebé, contribuyendo a fortalecer sus defensas y a que logre un crecimiento y desarrollo adecuados”; concluyó.