El consumo de alcohol es el tercer factor de riesgo de enfermedades y discapacidad en el Perú

Nota de prensa
Se sugiere evitar su consumo en feriados largos por las consecuencias que conlleva

1 de noviembre de 2012 - 12:00 a. m.

El consumo de alcohol es el tercer factor de riesgo de enfermedades y discapacidad en el Perú. Su ingestión nociva es un factor determinante de trastornos neuropsiquiátricos, como la epilepsia, así como problemas cardiovasculares, cirrosis hepática y diversos cánceres, advirtieron voceros del Ministerio de Salud (Minsa)

Bernardo Ostos, director general de la Dirección General de Promoción de la Salud (DGPS), resaltó que esta sustancia que altera y afecta al cerebro puede provocar más de 60 enfermedades incluyendo a la infección por VIH/Sida, cáncer, tuberculosis en otras.

Por ello, Ostos recomendó en este feriado largo se debe controlar el consumo de bebidas alcohólicas puesto que esta deteriora varias habilidades fundamentales que deben estar presentes en el momento de conducir un vehículo; como la capacidad de atención, la capacidad de visión y la que es más importante, la capacidad de reacción.

“Actualmente el Minsa se encuentra trabajando estrategias de políticas públicas, para promover acciones de intervención con los diferentes actores políticos y sociales para reducir el consumo de alcohol y por ende la carga global de enfermedades a nivel nacional”, informó el especialista.

Asimismo, dijo que las mujeres que ingieren bebidas alcohólicas experimentan más estigmas sociales que los hombres, porque beben con mayor frecuencia en lugares privados en contraposición con los hombres que toman en lugares públicos. Además, su consumo durante el embarazo puede causar el síndrome alcohólico fetal, aumentar el riego de aborto, parto prematuro y problemas de salud en el recién nacido.

Por otro lado, existe una fuerte relación entre el consumo de alcohol y el riesgo de que una persona sea perpetradora o víctima de violencia o maltratos, (con la pareja, maltrato infantil, violencia juvenil, violencia sexual, y abuso de ancianos). En consecuencia, los niños que presencian violencia familiar entre sus padres pueden desarrollar problemas emocionales y de comportamiento durante su infancia y en etapas posteriores de su vida.

Finalmente, la ingesta de alcohol está asociado a los problemas de salud mental, repercutiendo gravemente en el bienestar de la persona, afectando a la familia, comunidad y a la sociedad, contribuyendo a las desigualdades sociales.