Mamás con manos muy bien lavadas previenen hasta en 44 % diarreas en sus bebés
Nota de prensa
18 de setiembre de 2013 - 12:00 a. m.
Las madres que practican el lavado adecuado de manos con agua y jabón pueden evitar hasta en un 44 por ciento que sus bebés padezcan de alguna infección diarreica aguda, cólicos, infección intestinal y diarreas, informaron epidemiólogos del Hospital Nacional “Dos de Mayo”.
“Las mujeres que practican un lavado de manos correcto evitan la propagación de los diversos microrganismos, bacterias, virus o parásitos que pueden provocar alguna infección diarreica aguda en sus hijos (as) recién nacidos. Los bebés suelen llevarse las cosas a la boca, como pañales, toallitas, juguetes, entre otros objetos, que antes han sido manipulados por la madre”, señaló el Jefe de la Oficina de Epidemiología y Salud Ambiental del nosocomio Dr. José Luis Bolarte Espinoza.
Como parte de las acciones para fortalecer el control de infecciones intrahospitalarias y al celebrarse la Semana de la Epidemiología Peruana, el “Dos de Mayo” organiza el concurso al mejor “Lavado de manos clínico” este miércoles 18 y jueves 19, en el que participará personal médico, asistencial y técnico de al menos seis servicios.
“El lavado adecuado de manos con jabón y agua puede reducir hasta un 50 por ciento infecciones intrahospitalarias entre los pacientes, como neumonía, infección del torrente sanguíneo, infecciones de heridas operatorias, infecciones a partir de catéteres venosos, entre otros”, advirtió el especialista.
El experto explicó que una técnica adecuada de lavado de manos comprende realizarlo con jabón, antes y después de preparar alimentos, de ir al baño, de atender a los bebés y al retorno de alguna salida a lugares de amplia concurrencia o con muestras de contaminación ambiental (polvo, tierra).
Diarreas en bebés es peligrosa
Un cuadro de diarrea en los recién nacidos y bebés es perjudicial para su organismo, porque puede ocasionar una deshidratación acelerada y una malnutrición, que haría que sus defensas disminuyan y hacerlos más propensos a contraer otras infecciones.
Además, su crecimiento se ve afectado y puede provocar la demora en el desarrollo óptimo de sus sistemas: digestivo, respiratorio, circulatorio, nervioso, endocrino, óseo.
“Constituye un problema de salud pública en los países en desarrollo, por su alta carga de morbilidad y mortalidad. Los episodios diarreicos se encuentran entre las dos primeras causas de consulta, hospitalización y emergencia, y persiste como principal causa de muerte en la población infantil y niños”, dijo el vocero.
Explicó que si las heces del recién nacido tienen consistencia líquida, son recurrentes, mayor cantidad y presentan manchas de sangre; si vomita, tiene fiebre o resequedad en los labios, es que padece de diarrea; por ello la madre debe llevarlo de inmediato al centro de salud más cercano.
“Si las infecciones diarreicas no se tratan de manera adecuada, pueden derivar en muy graves y requerir hospitalización del bebé por semanas”, enfatizó.