Comunicación familiar es clave para evitar juegos en redes sociales que ponen en riesgo la vida
Nota de prensa
12 de mayo de 2017 - 12:00 a. m.
Los padres de familia deben impulsar entornos que propicien una mayor comunicación con los hijos para evitar riesgos de los juegos de las redes sociales que inducen a acciones autodestructivas. El reto de la ‘ballena azul’ pretende aprovechar algunos vacíos en las relaciones familiares que hacen que los adolescentes sean los más vulnerables al juego por encontrarse en una etapa de búsqueda de respuestas en un mundo lleno de dudas e inseguridades propias y del entorno, afirman especialistas en salud mental del Ministerio de Salud (Minsa).
“Este juego representa la anomia, que es el caos y la desorganización que puede encontrarse a nivel de un país, de un pueblo o de una familia. Esto causa el aislamiento de las personas, la sensación de soledad y abandono, y las hace vulnerables. Lo que debe ser un grupo cuyos componentes forman una red de protección, se atomiza, se fracciona y genera aislamiento que conlleva a la sensación de desolación, y ese medio es propicio para estragos que pueden ser causados por juegos como el de la ‘ballena azul’”, explica el doctor Yuri Cutipé, director de Salud Mental del Minsa. “La gente que crea este tipo de juegos probablemente no siente remordimiento y hasta sienta satisfacción al ver que otras personas sufren o se complican la vida”, añade.
El especialista precisa que el problema no es solo que existan estos ‘juegos’, sino fundamentalmente la soledad, el apartamiento de la persona, la falta de redes sociales fuertes, especialmente de la propia familia en el caso de los adolescentes que necesitan del soporte básico de su entorno familiar para enfrentar los retos propios de su edad. “El acompañamiento de los padres frente a los juegos digitales debe ser el mismo como cuando se enseña a los hijos a patear la pelota o manejar bicicleta, porque estos momentos son de diálogo que serán valorados por los hijos para siempre y pueden continuar en el tiempo”, subrayó.
ESPECIALISTAS PREPARADOS
Frente a esta situación, los centros de salud mental comunitarios del Minsa y sus redes de salud cuentan con servicios para niños, niñas y adolescentes, orientados a dar atención, con énfasis a los problemas de relaciones entre los miembros de una familia y con la comunidad. “No necesariamente hay que llevar al adolescente al servicio. Es preferible que la búsqueda de ayuda sea voluntaria, pero los padres sí pueden acudir a consultar sus dudas, pedir orientación o ideas para manejar estas circunstancias. Nuestros especialistas están preparados”, resalta Cutipé.