Minsa promueve estrategias de crianza respetuosa para fortalecer la salud mental de niñas, niños y sus familias
Nota de prensaExpresiones simples como ¿quieres contarme qué pasa?” pueden favorecer una comunicación más tranquila entre padre e hijo

Fotos: Minsa
19 de noviembre de 2025 - 6:48 p. m.
El Ministerio de Salud (Minsa) recuerda la importancia de promover prácticas de crianza respetuosa como parte fundamental del bienestar mentar de las niñas, niños y adolescentes del país.
La médico psiquiatra de la Dirección de Salud Mental del Minsa, Natalia Ascurra, señala que muchos padres y madres aún consideran que si no imponen autoridad mediante gritos o castigos pierden control sobre la conducta de sus hijos. Sin embargo, la evidencia demuestra que el respeto no se exige, se construye, y se fortalece a través de la conexión emocional.
Además, la especialista indica que una de las claves para una convivencia saludable es priorizar la conexión antes de hablar. Tomarse unos segundos para ponerse a la altura del niño, mirarlo a los ojos y respirar antes de reaccionar permite bajar la tensión y abrir un espacio seguro para el diálogo. Expresiones simples como “te ves molesto, ¿quieres contarme qué pasa?” pueden transformar completamente la dinámica familiar al validar sus emociones y favorecer una comunicación más tranquila.
Asimismo, se enfatizó que ser firme no significa ser duro. En situaciones cotidianas, los adultos pueden mostrar comprensión mientras mantienen los límites con respeto. Por ejemplo, al pedir que se apague un dispositivo electrónico a la hora de cenar, frases como “sé que es difícil dejar algo que te gusta, pero ahora es momento de cenar” permiten ejercer autoridad sin humillar ni invalidar los sentimientos del niño.
El Minsa también resalta el valor de la reparación emocional. Los adultos, al igual que los niños, pueden equivocarse, y reconocerlo no debilita la autoridad, sino que la fortalece. Decir “me enojé y grité, lo siento, estoy aprendiendo a manejar mis emociones” enseña humildad, empatía y responsabilidad afectiva, habilidades esenciales para el desarrollo integral de niñas y niños.
Estas prácticas contribuyen a hogares más saludables, fortalecen los vínculos familiares y promueven un entorno emocionalmente seguro que protege la salud mental de toda la familia.
La médico psiquiatra de la Dirección de Salud Mental del Minsa, Natalia Ascurra, señala que muchos padres y madres aún consideran que si no imponen autoridad mediante gritos o castigos pierden control sobre la conducta de sus hijos. Sin embargo, la evidencia demuestra que el respeto no se exige, se construye, y se fortalece a través de la conexión emocional.
Además, la especialista indica que una de las claves para una convivencia saludable es priorizar la conexión antes de hablar. Tomarse unos segundos para ponerse a la altura del niño, mirarlo a los ojos y respirar antes de reaccionar permite bajar la tensión y abrir un espacio seguro para el diálogo. Expresiones simples como “te ves molesto, ¿quieres contarme qué pasa?” pueden transformar completamente la dinámica familiar al validar sus emociones y favorecer una comunicación más tranquila.
Asimismo, se enfatizó que ser firme no significa ser duro. En situaciones cotidianas, los adultos pueden mostrar comprensión mientras mantienen los límites con respeto. Por ejemplo, al pedir que se apague un dispositivo electrónico a la hora de cenar, frases como “sé que es difícil dejar algo que te gusta, pero ahora es momento de cenar” permiten ejercer autoridad sin humillar ni invalidar los sentimientos del niño.
El Minsa también resalta el valor de la reparación emocional. Los adultos, al igual que los niños, pueden equivocarse, y reconocerlo no debilita la autoridad, sino que la fortalece. Decir “me enojé y grité, lo siento, estoy aprendiendo a manejar mis emociones” enseña humildad, empatía y responsabilidad afectiva, habilidades esenciales para el desarrollo integral de niñas y niños.
Estas prácticas contribuyen a hogares más saludables, fortalecen los vínculos familiares y promueven un entorno emocionalmente seguro que protege la salud mental de toda la familia.