Aprendiendo a ser papás: cómo manejar los conflictos sin perder la calma
Nota de prensaEl Minsa comparte tres claves para resolver los conflictos con tus hijos y fortalecer el vínculo familiar desde el amor y la compresión
Fotos: Minsa
13 de noviembre de 2025 - 11:40 a. m.
Los conflictos y desacuerdos son parte natural del crecimiento de los niños. El objetivo no es evitarlos, sino enseñarles a manejar sus emociones mientras los padres mantienen los límites con amor y firmeza. Sigue los siguientes tips para resolverlos de forma asertiva y empática.
La médica psiquiatra de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud, Natalia Ascurra, recomienda que en primer lugar se debe nombrar la emoción, no el comportamiento. Indica que antes de reaccionar, es importante tomarse un respiro y conectar con lo que el niño siente. Por ejemplo: “Veo que estás muy enojado porque no podemos ir al parque ahora”. Reconocer sus sentimientos demuestra empatía y genera conexión en lugar de confrontación.
Como segunda recomendación, señala que hay que mantener los límites con empatía, calma y respeto. Se puede decir: “Entiendo que estás molestos, yo también lo estaría, pero hoy no podemos ir al parque porque debemos ir al médico primero”. Así, el niño aprende que sus sentimientos son válidos, pero las normas familiares se respetan.
Y como tercer tips, la especialista expresa que se debe ofrecer una alternativa constructiva, en lugar de quedarse en él “no”, se puede guiar al niño hacia una opción positiva. “Podemos ir al parque cuando salgamos del médico. ¿Qué te parece si mientras tanto cantamos tu canción favorita?”. Esto le enseña a buscar soluciones y a encontrar la calma ante la frustración.
Acompañar las emociones de los hijos con empatía y firmeza fortalece la relación familiar y promueve el desarrollo emocional saludable, construyendo vínculos basados en el respeto, la comprensión y el amor.
La médica psiquiatra de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud, Natalia Ascurra, recomienda que en primer lugar se debe nombrar la emoción, no el comportamiento. Indica que antes de reaccionar, es importante tomarse un respiro y conectar con lo que el niño siente. Por ejemplo: “Veo que estás muy enojado porque no podemos ir al parque ahora”. Reconocer sus sentimientos demuestra empatía y genera conexión en lugar de confrontación.
Como segunda recomendación, señala que hay que mantener los límites con empatía, calma y respeto. Se puede decir: “Entiendo que estás molestos, yo también lo estaría, pero hoy no podemos ir al parque porque debemos ir al médico primero”. Así, el niño aprende que sus sentimientos son válidos, pero las normas familiares se respetan.
Y como tercer tips, la especialista expresa que se debe ofrecer una alternativa constructiva, en lugar de quedarse en él “no”, se puede guiar al niño hacia una opción positiva. “Podemos ir al parque cuando salgamos del médico. ¿Qué te parece si mientras tanto cantamos tu canción favorita?”. Esto le enseña a buscar soluciones y a encontrar la calma ante la frustración.
Acompañar las emociones de los hijos con empatía y firmeza fortalece la relación familiar y promueve el desarrollo emocional saludable, construyendo vínculos basados en el respeto, la comprensión y el amor.