Salud que llega a casa: Minsa amplía el acceso en la atención a adultos mayores desde la Diris Lima Norte
Nota de prensaEste programa busca garantizar atención integral a una población en riesgo, ofreciendo servicios médicos y apoyo a sus cuidadores




Fotos: Minsa
28 de setiembre de 2024 - 11:28 a. m.
Un equipo multidisciplinario de salud se prepara para salir a las calles. Su misión: llevar atención médica integral a los hogares de adultos mayores que, por diversas razones, no pueden acudir a los establecimientos de salud. Esta iniciativa es impulsada por el Ministerio de Salud (Minsa), a través de la Dirección de Redes Integradas de Salud (Diris) Lima Norte.
La atención se enfoca en la prestación de Atención Domiciliaria al Adulto Mayor Dependiente, como parte de la oferta móvil en salud. Con esta acción, se busca beneficiar a las personas adultas mayores en condición de vulnerabilidad en esa jurisdicción.
El día comienza temprano en el Centro de Salud El Progreso. El personal de salud, conformado por un médico, una enfermera, técnico de enfermería, especialista en laboratorio, nutrición, odontología, inmunizaciones y psicología, se reúne para coordinar las visitas del día. “Brindar una atención humanizada con calidad y calidez a nuestros adultos mayores frágiles y geriátricos complejos es nuestra prioridad”, explica la Dra. Lorena Villagómez Santiago, responsable de la Etapa de Vida Adulto Mayor de la Diris Lima Norte.
El equipo se dirige a su primer destino: la casa de doña Eulalia, una adulta mayor de 72 años que no ha podido salir de su hogar en meses debido a problemas de movilidad. Al llegar, son recibidos por su hijo, quien funge como cuidador principal. “Llegar a nuestra población altamente vulnerable que por dependencia no puede acudir a nuestros establecimientos de salud es uno de nuestros principales objetivos”, señala la Dra. Villagómez.
Durante la visita, cada miembro del equipo cumple su rol. El médico realiza una evaluación general, la enfermera toma los signos vitales, el técnico de laboratorio extrae muestras para análisis, mientras que los especialistas en nutrición, psicología y odontología brindan atención en sus respectivas áreas. Todo queda registrado en el Formato Único de Atención (FUA), garantizando un seguimiento adecuado.
“Es fundamental detectar factores de riesgo para prevenir complicaciones futuras”, explica la Dra. Lorena mientras observa cómo el equipo trabaja en perfecta sincronía. “Nuestro servicio está dirigido a pacientes de alta vulnerabilidad o fragilidad que no pueden acudir al establecimiento de salud, ya sea por distancia o porque no tienen quien los acompañe”, acota.
El programa no solo se limita a la atención médica. También se brinda orientación a los cuidadores. “El cuidador es la persona quien recibe toda la orientación del equipo multidisciplinario para poder continuar con el cuidado, la medicación y la atención adecuada del adulto mayor”, enfatiza.
A medida que avanza el día, el equipo visita más hogares en diferentes puntos de Lima Norte y también se atienden casos de abandono referidos por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, demostrando la articulación intersectorial del programa.
“Los desafíos son múltiples”, reconoce la Dra. y menciona que las necesidades de la población, la accesibilidad y las distancias son solo algunos de los retos que enfrentan diariamente”. Sin embargo, el impacto positivo del programa es evidente. “Vemos un cambio en la actitud de los pacientes hacia el cuidado de su salud”, añade con satisfacción.
De cara al futuro, se tiene grandes planes. “Tenemos el proyecto de llegar a todos nuestros establecimientos de salud en Lima norte. Poco a poco estamos avanzando en este trabajo”, afirma. Con el envejecimiento progresivo de la población peruana, iniciativas como esta se vuelven cada vez más cruciales. “Se estima que para el 2050, el 40 % de la población será adulta mayor. Todos tenemos que prepararnos para esa etapa de vida”, concluye.
Cada vez más adultos mayores se ven beneficiados y la expectativa de seguir creciendo está intacta, el programa de atención domiciliaria se perfila como un modelo a seguir en la humanización de la salud pública. Un ejemplo claro de cómo el sistema de salud llega a quienes más lo necesitan, llevando esperanza y cuidado integral directamente a los hogares de Lima norte.
La atención se enfoca en la prestación de Atención Domiciliaria al Adulto Mayor Dependiente, como parte de la oferta móvil en salud. Con esta acción, se busca beneficiar a las personas adultas mayores en condición de vulnerabilidad en esa jurisdicción.
El día comienza temprano en el Centro de Salud El Progreso. El personal de salud, conformado por un médico, una enfermera, técnico de enfermería, especialista en laboratorio, nutrición, odontología, inmunizaciones y psicología, se reúne para coordinar las visitas del día. “Brindar una atención humanizada con calidad y calidez a nuestros adultos mayores frágiles y geriátricos complejos es nuestra prioridad”, explica la Dra. Lorena Villagómez Santiago, responsable de la Etapa de Vida Adulto Mayor de la Diris Lima Norte.
El equipo se dirige a su primer destino: la casa de doña Eulalia, una adulta mayor de 72 años que no ha podido salir de su hogar en meses debido a problemas de movilidad. Al llegar, son recibidos por su hijo, quien funge como cuidador principal. “Llegar a nuestra población altamente vulnerable que por dependencia no puede acudir a nuestros establecimientos de salud es uno de nuestros principales objetivos”, señala la Dra. Villagómez.
Durante la visita, cada miembro del equipo cumple su rol. El médico realiza una evaluación general, la enfermera toma los signos vitales, el técnico de laboratorio extrae muestras para análisis, mientras que los especialistas en nutrición, psicología y odontología brindan atención en sus respectivas áreas. Todo queda registrado en el Formato Único de Atención (FUA), garantizando un seguimiento adecuado.
“Es fundamental detectar factores de riesgo para prevenir complicaciones futuras”, explica la Dra. Lorena mientras observa cómo el equipo trabaja en perfecta sincronía. “Nuestro servicio está dirigido a pacientes de alta vulnerabilidad o fragilidad que no pueden acudir al establecimiento de salud, ya sea por distancia o porque no tienen quien los acompañe”, acota.
El programa no solo se limita a la atención médica. También se brinda orientación a los cuidadores. “El cuidador es la persona quien recibe toda la orientación del equipo multidisciplinario para poder continuar con el cuidado, la medicación y la atención adecuada del adulto mayor”, enfatiza.
A medida que avanza el día, el equipo visita más hogares en diferentes puntos de Lima Norte y también se atienden casos de abandono referidos por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, demostrando la articulación intersectorial del programa.
“Los desafíos son múltiples”, reconoce la Dra. y menciona que las necesidades de la población, la accesibilidad y las distancias son solo algunos de los retos que enfrentan diariamente”. Sin embargo, el impacto positivo del programa es evidente. “Vemos un cambio en la actitud de los pacientes hacia el cuidado de su salud”, añade con satisfacción.
De cara al futuro, se tiene grandes planes. “Tenemos el proyecto de llegar a todos nuestros establecimientos de salud en Lima norte. Poco a poco estamos avanzando en este trabajo”, afirma. Con el envejecimiento progresivo de la población peruana, iniciativas como esta se vuelven cada vez más cruciales. “Se estima que para el 2050, el 40 % de la población será adulta mayor. Todos tenemos que prepararnos para esa etapa de vida”, concluye.
Cada vez más adultos mayores se ven beneficiados y la expectativa de seguir creciendo está intacta, el programa de atención domiciliaria se perfila como un modelo a seguir en la humanización de la salud pública. Un ejemplo claro de cómo el sistema de salud llega a quienes más lo necesitan, llevando esperanza y cuidado integral directamente a los hogares de Lima norte.