Día del Padre: Trabajadores que con amor y vocación velan por el bienestar de los más pequeños

Nota de prensa
La historia de tres padres que inspiran al ponerse con orgullo la camiseta del INSN
Día del Padre: Trabajadores que con amor y vocación velan por el bienestar de los más pequeños
Día del Padre: Trabajadores que con amor y vocación velan por el bienestar de los más pequeños
Día del Padre: Trabajadores que con amor y vocación velan por el bienestar de los más pequeños
Día del Padre: Trabajadores que con amor y vocación velan por el bienestar de los más pequeños

Fotos: Instituto Nacional de Salud del Niño

12 de junio de 2025 - 10:18 a. m.

Breña, 12/6/25. La vocación de servicio, pasión por el trabajo y cariño hacia la institución les permite entregar de su tiempo y profesionalismo para salvar la vida de niños y adolescentes de todo el país que acuden diariamente al Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN).

Se trata de tres padres que dividen su tiempo entre velar por los pequeños pacientes y sus labores propias en la familia. En el Día del Padre, reconocemos a cada uno de nuestros trabajadores que son guías, héroes y desempeñan un papel fundamental regalando fortaleza y esperanza de vida.

El médico asistente del Servicio de Medicina A, Martín Márquez Rodríguez, tiene 35 años en la institución y es padre de cuatro hijos. Los dos primeros heredaron su pasión por la medicina, estudiando odontología y gastroenterología; el tercero pertenece a la Marina de Guerra del Perú y la última llevó sus conocimientos a Europa.

“Estoy muy orgulloso de mis cuatro hijos, son excelentes profesionales, pero sobre todo son excelentes personas”, expresó con una sonrisa. Márquez Rodríguez también cuenta que tuvo el privilegio de atender el nacimiento de todos ellos, además de ser el pediatra de sus cuatro nietos.

Hoy, con mucha alegría, narra que en cada uno de sus pequeños pacientes veía a sus hijos, convirtiendo su dedicación profesional en dedicación emocional. “Mi mayor satisfacción como pediatra es recuperar y salvar la vida de un niño en peligro, así como el agradecimiento de los padres. Eso no me lo quita nadie”, agregó.

Para el jefe de enfermería del Servicio de Gastroenterología, Richard Laopa Ureta, es un privilegio compartir sus jornadas con niños que le recuerdan lo valiosa que es la vida y lo mucho que podemos dar como seres humanos.

El licenciado en enfermería tiene 13 años de servicio en el INSN, es padre de un pequeño de seis años y asegura sentir la preocupación y tristeza de los familiares que acuden al servicio.

“Tener la responsabilidad de velar por un ser tan pequeño te hace reflexionar, por eso me pongo en el lugar de los familiares, siento el sufrimiento, su preocupación o tristeza. Nos ponemos la camiseta por nuestros pacientes, porque nosotros también tenemos hijos y sentimos el peso de contribuir en su recuperación”, contó.

El profesional de la salud recuerda con mucho cariño participar del primer corte de cabello de un pequeño que ingresó con desnutrición marcada y ahora, gracias al tratamiento y cuidado de los especialistas, se encuentra recuperado.

“El contacto con los pequeños pacientes es permanente. Buscamos que se sientan mejor, asumimos el rol de padres y muchos de ellos llegan a ser parte de nuestra vida. Cuando les pregunto qué quieren ser de grandes, a veces me responden que quieren ser como yo: enfermero”, agregó.

Así como ellos, el técnico en infraestructura de Servicios Generales, Jhon Luza Quispe, tiene 25 años en el INSN velando para que los pacientes cuenten con servicios básicos de calidad y asegurando así una buena estancia durante su hospitalización.

Él tiene una historia digna de admirar. Su esposa, técnica en enfermería, falleció durante la pandemia Covid-19 en el 2021, desde entonces se dedica al cuidado de sus dos hijas. La mayor de ellas estudia enfermería y aspira a trabajar en el INSN como sus padres, y la menor apostó por diseño arquitectónico.

“Entiendo muy bien cómo funciona el instituto, no puede estar sin agua y sin luz, la entrega de mi persona y la de mis compañeros es al 100 % con la institución y, sobre todo, por los pacientes. Si bien no trabajamos directamente con ellos, buscamos que tengan una adecuada infraestructura para su estancia y recuperación”, explicó.

Luza Quizpe cuenta que sus hijas fueron el motor que lo inspiró a afrontar con fortaleza la pérdida de su esposa: “yo no podía caer por mis hijas”, contó. Actualmente tienen una buena relación, superaron todo tipo de dificultades y se consideran sobrevivientes de una pandemia.

OFICINA DE COMUNICACIONES