Tres madres del INSN que cuidan de sus hijos y sus miles de pacientes

Nota de prensa
Una doctora, una enfermera y una técnica del Instituto de Salud del Niño - Breña entregan valiosas horas de su tiempo al cuidado de los más vulnerables.
Tres madres del INSN que cuidan de sus hijos y miles de pacientes
Tres madres del INSN que cuidan de sus hijos y miles de pacientes
Tres madres del INSN que cuidan de sus hijos y sus miles de pacientes
Tres madres del INSN que cuidan de sus hijos y sus miles de pacientes

Fotos: Instituto Nacional de Salud del Niño

Oficina de Comunicaciones del INSN

8 de mayo de 2025 - 7:00 a. m.

Breña, 08/4/25.- El compromiso de atender a los pequeños pacientes de todo el país es lo que tienen en común tres profesionales del Instituto Nacional de Salud del Niño - Breña. Se trata de una doctora, una enfermera y una técnica que, con gran sacrificio, nos enseñan, en este Día de la Madre, el compromiso de su misión de salvar vidas de sus llamados cariñosamente “hijos”.

“Mi afinidad por los niños motivó que me atraiga la pediatría”

La doctora Eliana Chávez Tejada tiene 25 años ejerciendo como médico asistente del Servicio de Endocrinología del Instituto Nacional de Salud del Niño – Breña, lugar que le trae grandes satisfacciones porque es allí donde cuida la salud de sus pequeños pacientes. La pediatra, natural de Arequipa, fue la primera residente de la citada área y continúa su camino de apostar por la institución.

Su formación como pediatra en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y su especialización de endocrinología pediátrica en la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV), consolidaron su deseo de niña: ser doctora. “Siempre ha existido en mí el amor por la Medicina y ayudar a los demás. Mi afinidad por los pequeñitos, ha motivado que me atraiga la pediatría”, dijo.

En todos estos años en el INSN Breña, la Dra. Chávez asegura que sus niños con diabetes y otros problemas endocrinos le causan ternura y aprecio y aún, cuando se han vuelto mayores, siguen siendo sus “pacientitos” al pasar el tiempo. “Uno no puede romper el lazo o vínculo de confianza y cariño”, dijo. Comentó que algunos siendo mayores de edad todavía la contactan a través de consultas o llevan a sus hijos para que ella los atienda.

Asimismo, la doctora Eliana cuenta que la experiencia más importante de su vida fue ser madre de sus trillizos Diego, Marco y Adriana de 14 años. Calificó de insólita aventura su periodo gestacional y como un reto los primeros meses y su retorno al trabajo para seguir cuidando a sus pacientes.

“Mi caso es singular, pero una madre aprende a organizarse para conllevar la vida familiar, el trabajo y hacer varias cosas a la vez. Fue bastante duro y agotador, pero a la vez maravilloso. La experiencia de ser madre te sensibiliza más y te hace entender mucho mejor las necesidades de otras madres que buscan ayuda y aliento cuando sus pequeños están enfermos, y por otro lado ejercemos la maternidad con cada niño enfermo que espera un trato símil al de su madre. Todas las pediatras, incluso las que no son biológicamente madres, ejercen esta relación maternal, de allí que también se les debe reconocer en este día”.

Otra faceta de la doctora es su afición por el canto. Ella es conocida por agradarnos con su dulce voz en varios eventos del INSN Breña, y ahora señala orgullosa que comparte este don artístico con sus hijos. “Ellos tocan guitarra, batería y cantan. Es una gran satisfacción compartir la magia de la música con ellos y verlos crecer también en el arte”, remarcó.

“La única herencia que me dejó mi madre fue mi carrera”

Existen personas que definen nuestra personalidad a futuro. Este es el caso de Luz Chávez Romero, jefa de enfermeras del Servicio de Cirugía General. Para ella, la figura más importante en su vida es su madre Amelia, quien la ayudó a cumplir su meta de tener una profesión.

“Mi madre falleció en la pandemia. Me dijo que la única herencia que me dejaba era mi carrera. Ella me decía que mi profesión me ayudaría a hacer todo lo que quiera, y es verdad. Hasta la fecha trabajo y cuido a mis dos hijos Carlos Iván y Braulio Jesús”, dijo la licenciada en Enfermería, quien labora desde hace 25 años en el INSN Breña.

La enfermera afirma que, estar en su centro de labores es importante para ella y no lo cambiaría por nada en el mundo. Contó que ha pasado por diferentes áreas del centro pediátrico, pero que siempre le gustó el trajín de las áreas quirúrgicas. Sobre los pacientes, Luz nos comenta que siempre ha tratado de comprender el comportamiento de los pequeños para poder generar un vínculo.

“Dicen que tengo carisma para los niños y trato de adaptarme a ellos según sus edades. Por ejemplo, los pacientes adolescentes son difíciles. Cuando me tocaba atenderlos le daba a cada uno un papel para un juego de derribar naves marítimas y mientras los distraía les daba su tratamiento. Nosotros podemos ser profesionales, pero no quita que uno pueda ponerse a jugar con ellos para establecer confianza y comunicación”, relató.

Chávez también recuerda que un caso que la impactó a lo largo de su carrera es de una niña llamada Milina. “Ella venía del Cusco. Sufría de atresia esofágica y había sido sometida a una gastrostomía. Pesaba un poco más de tres kilos cuando llegó con nosotros con un año y nueve meses; es decir estaba desnutrida. La instalamos en la sala de neonatos porque era muy pequeña y delicada. Celebrábamos cada vez que subía de peso. Y cuando estuvo cerca de cumplir 3 años fue sometida a otra cirugía y le celebramos su cumpleaños. Fue adoptada por una congregación y luego supimos que falleció a los nueve años”, dijo.


“A los pacientes los cuido como si fueran mis hijos”

No tuvo un cariño maternal, pero eso no fue impedimento para querer velar por otros. Fue la enfermedad de cáncer que sufría su tío la que la llevó a cuidarlo y desear, a sus cortos 12 años, ser una profesional de la salud. Con 29 años laborando en el INSN Breña, Genara Aranda Llajaruna, es una técnica en Enfermería del Servicio de Nefrología, y quien a diario acompaña a pequeños pacientes con problemas renales en su tratamiento de diálisis y hemodiálisis.

Genara, cuya voz transmite paz, ha sabido ganarse la confianza de los niños y adolescente atendidos en el centro pediátrico. Uno de ellos es Jesús de 13 años, y quien viene al INSN Breña desde los seis años para someterse a hemodiálisis. “Cuando un paciente está hospitalizado ya no están en esta área y es difícil ir a visitarlo, pero siempre él quiere que vaya a verlo, que le dé su medicina y desayuno. A los pacientes los cuido como si fueran mis hijos”, contó.

También la técnica comentó que un día un expaciente la encontró en un bus y le dio las gracias por sus atenciones cuando él era un niño atendido en el INSN Breña. “En esa ocasión, me pasó la voz y al no hacerle caso se sentó a mi lado, y ahí lo reconocí y ya era un adulto. Me contó que ahora es escritor y me hizo bajar del carro para invitarme a almorzar”.

“Como en cualquier trabajo hay altibajos, pero durante estos años he tenido y tengo aún muchas alegrías sobre todo con mis pacientes. Les he celebrado cumpleaños y para Navidad les entregamos regalos”, agregó.

En paralelo, como madre de familia, Genara cuenta orgullosa que su matrimonio con su esposo Miguel Alberto le dio la dicha de tener como hijos a Miguel Alexander y Óscar Felipe, quienes son ingenieros civil y electrónico, respectivamente. “Ellos han entendido siempre que ambos teníamos que trabajar duro para que puedan ser profesionales. Los dos son muy cariñosos”, dijo, la profesional de la salud, cuyas actitudes de engreimiento van ahora hacia su único nieto Liam de cuatro meses de nacido.

OFICINA DE COMUNICACIONES