Navidad sin soledad: incluir a los adultos mayores es clave para su salud mental, según especialista

Nota de prensa
Integrar con respeto a los adultos mayores en actividades significativas durante las fiestas mejora su salud mental y reduce la soledad, señalan desde el INSM “HD-HN”.
Navidad sin soledad: incluir a los adultos mayores es clave para su salud mental, según especialista

24 de diciembre de 2025 - 4:34 p. m.

Las celebraciones de Navidad y Año Nuevo suelen pintarse como épocas de alegría y reunión. Sin embargo, para muchos adultos mayores estas fechas acentúan sentimientos de tristeza, aislamiento y soledad. Esta situación no es solo anímica: constituye un factor de riesgo comprobado para el desarrollo de episodios depresivos y puede acelerar el deterioro cognitivo.

Así lo advierte la Dra. Sonia Zevallos, psiquiatra directora de la Dirección Ejecutiva de Adultos y Adultos Mayores del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi” (INSM “HD-HN”). La especialista subraya que la melancolía se intensifica en esta época, aun cuando el adulto mayor viva en la misma casa que su familia, debido a una sensación profunda de desconexión y pérdida.

Un contexto trágico agrava este escenario: según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cerca del 70% de las víctimas mortales por COVID-19 en Perú correspondió a personas mayores de 60 años. “Muchas personas se quedaron solas, viudas”, recuerda la Dra. Zevallos. Esta realidad ha dejado a un número significativo de ancianos en una situación de vulnerabilidad emocional extrema.

Además de la pérdida de seres queridos, en Navidad resurgen memorias de épocas pasadas donde el adulto mayor solía tener un rol protagónico y una autonomía que quizá ya no posee. “El abuelito o abuelita estaba acostumbrado/a a estar rodeado de todos sus hijos y tener poder en la familia. Ahora ve un panorama distinto”, precisa la especialista.

Frente a esto, el rol de la familia es fundamental. El mejor regalo que se les puede dar, según la experta, no es material, sino emocional y social: la integración plena y consciente. No se trata de un acto de caridad, sino de un acto de justicia, respeto y reconocimiento a su lugar en la historia familiar.

La compañía de calidad es la clave. Esto significa ir más allá de simplemente “tenerlos allí”. La Dra. Zevallos recomienda integrarlos activamente en los preparativos: decorar la casa juntos, pedirles que compartan recetas tradicionales, o involucrarlos en los rituales familiares. La participación restaura un sentido de propósito y utilidad. La escucha activa y paciente es otro pilar fundamental. Dejar que narren sus recuerdos, anécdotas navideñas de su juventud, o incluso que expresen sus preocupaciones, valida su experiencia y les hace sentirse valorados. Es crucial crear un ambiente donde su voz sea escuchada y su presencia, celebrada.

La tolerancia y la consideración son esenciales. Puede que sus ritmos sean más pausados o que algunas costumbres hayan cambiado. Adaptar un espacio cómodo, asegurar que participen en las conversaciones y respetar sus horarios son gestos concretos de inclusión y cariño.

“No es solo poner un cuidador o ubicarlos en un lugar en la mesa”, enfatiza la Dra. Zevallos. “Es incorporarlos y darles ese calor familiar, soporte emocional; es decir: ‘Estoy aquí para pasar Navidad contigo, no estás solo’”. Este mensaje explícito de acompañamiento es un bálsamo para su salud mental.

En un país donde, según el INEI, el 39.6% de los hogares tiene al menos una persona mayor de 60 años, y donde la OMS reporta que el 5.7% de este grupo padece depresión, la invitación es clara. Esta Navidad, el acto más festivo y humano que podemos realizar es tejer nuevamente los lazos, honrando con acciones concretas de respeto, inclusión y amor a quienes nos dieron tanto. Su bienestar emocional es, en definitiva, el regalo más valioso para toda la familia.