Urge acción colectiva: Bullying afecta al 40 % de escuelas pese a leve reducción. "La prevención es la clave", afirma
Nota de prensaLa violencia escolar solo se reducirá con una comunidad educativa activa. El ciberacoso y la IA emergen como nuevas amenazas.

6 de noviembre de 2025 - 5:00 p. m.
En el marco del Día Internacional Contra la Violencia y el Acoso en la Escuela, Mercedes Arévalo Guzmán, jefa del Departamento de Promoción de la Salud Mental de la DEIDAE de Salud Colectiva, ofreció una entrevista donde analizó la persistente problemática del bullying en el país.
La especialista resaltó la crucial importancia de visibilizar la prevención de la violencia en los medios de comunicación. Al ser consultada sobre la situación actual, Arévalo confirmó que, si bien las últimas estadísticas reflejan una ligera reducción del 5 % al 6 %, las cifras siguen siendo alarmantes. "Más del 40 % de las instituciones educativas tienen personas que están sufriendo de bullying", declaró con preocupación. Este dato evidencia que, pese a los esfuerzos, el acoso escolar mantiene una alta prevalencia en el sistema educativo peruano.
La experta hizo especial hincapié en la evolución del acoso hacia el ámbito digital, señalando el ciberacoso como el uso de redes sociales para la humillación. Además, alertó sobre el uso emergente de la inteligencia artificial como una nueva herramienta para infligir daño, lo que complejiza aún más el panorama.
Arévalo fue contundente al señalar que la violencia no surge de manera espontánea. "No se da de un momento a otro. Eso se viene aprendiendo desde la casa", afirmó. Subrayó que los niños y niñas que son agredidos o presencian violencia en sus hogares tienden a replicar esas conductas aprendidas en el entorno escolar, buscando generalmente a compañeros más tímidos o con dificultades para integrarse. Frente a este escenario, la especialista hizo un llamado a la acción corresponsable: "Todos los diversos actores sociales, tanto los padres, las madres, el mismo equipo directivo, los profesores... tenemos que estar activos para prevenirla". Recalcó que solo con una comunidad unida y vigilante se podrá proteger el bienestar de los menores. Para las familias que sospechan que un menor puede estar sufriendo acoso, Arévalo recomendó fortalecer la autoestima desde el hogar. "El primer espacio de socialización siempre es la casa", recordó, e instó a los cuidadores a tratar a los niños como personas con derechos, evitar apodos humillantes y reforzar constantemente su valía y seguridad personal.
La especialista también abordó la figura del agresor, a quien identificó como otra víctima del ciclo de la violencia. "El agresor también tiene muy baja autoestima, también son personas inseguras, también son maltratados en casa". Destacó la importancia de abordar estos casos con sensibilidad y no solo con castigos. Ante un caso de un niño agresor, Arévalo recomendó a la comunidad educativa ser "muy educativos y contundentes al mismo tiempo" con los padres. Advirtió sobre las graves consecuencias de no intervenir a tiempo: "Estamos teniendo cuantos problemas de violencia ya social, violencia callejera, el sicariato. Esos son los riesgos".
Señaló que existen recursos disponibles para atender estos casos, como los Centros de Salud Mental Comunitaria y el creciente número de psicólogos en las escuelas. "Ahora no podemos decir que ya no tenemos servicios. Sí tenemos servicios", afirmó, animando a las familias a buscar ayuda profesional. Sobre la justificación de métodos de crianza violentos por parte de algunos adultos, Arévalo fue clara: "Eso es lo que se llama justamente la crianza positiva". Explicó que la disciplina, basada en reglas claras y consensuadas, no es sinónimo de castigo físico o psicológico. Finalmente, la especialista dirigió un mensaje a toda la comunidad educativa: "Esa comunidad tiene que ser un espacio de protección, no un espacio de riesgo".
Hizo un llamado a crear una cultura de armonía, paz y respeto mutuo. "Si vamos creando una cultura de armonía, de paz, de cumplimiento de reglas, vamos a bajar la violencia", concluyó, enfatizando que el objetivo común debe ser proteger a lo más valioso de la sociedad: la niñez y la adolescencia.
La especialista resaltó la crucial importancia de visibilizar la prevención de la violencia en los medios de comunicación. Al ser consultada sobre la situación actual, Arévalo confirmó que, si bien las últimas estadísticas reflejan una ligera reducción del 5 % al 6 %, las cifras siguen siendo alarmantes. "Más del 40 % de las instituciones educativas tienen personas que están sufriendo de bullying", declaró con preocupación. Este dato evidencia que, pese a los esfuerzos, el acoso escolar mantiene una alta prevalencia en el sistema educativo peruano.
La experta hizo especial hincapié en la evolución del acoso hacia el ámbito digital, señalando el ciberacoso como el uso de redes sociales para la humillación. Además, alertó sobre el uso emergente de la inteligencia artificial como una nueva herramienta para infligir daño, lo que complejiza aún más el panorama.
Arévalo fue contundente al señalar que la violencia no surge de manera espontánea. "No se da de un momento a otro. Eso se viene aprendiendo desde la casa", afirmó. Subrayó que los niños y niñas que son agredidos o presencian violencia en sus hogares tienden a replicar esas conductas aprendidas en el entorno escolar, buscando generalmente a compañeros más tímidos o con dificultades para integrarse. Frente a este escenario, la especialista hizo un llamado a la acción corresponsable: "Todos los diversos actores sociales, tanto los padres, las madres, el mismo equipo directivo, los profesores... tenemos que estar activos para prevenirla". Recalcó que solo con una comunidad unida y vigilante se podrá proteger el bienestar de los menores. Para las familias que sospechan que un menor puede estar sufriendo acoso, Arévalo recomendó fortalecer la autoestima desde el hogar. "El primer espacio de socialización siempre es la casa", recordó, e instó a los cuidadores a tratar a los niños como personas con derechos, evitar apodos humillantes y reforzar constantemente su valía y seguridad personal.
La especialista también abordó la figura del agresor, a quien identificó como otra víctima del ciclo de la violencia. "El agresor también tiene muy baja autoestima, también son personas inseguras, también son maltratados en casa". Destacó la importancia de abordar estos casos con sensibilidad y no solo con castigos. Ante un caso de un niño agresor, Arévalo recomendó a la comunidad educativa ser "muy educativos y contundentes al mismo tiempo" con los padres. Advirtió sobre las graves consecuencias de no intervenir a tiempo: "Estamos teniendo cuantos problemas de violencia ya social, violencia callejera, el sicariato. Esos son los riesgos".
Señaló que existen recursos disponibles para atender estos casos, como los Centros de Salud Mental Comunitaria y el creciente número de psicólogos en las escuelas. "Ahora no podemos decir que ya no tenemos servicios. Sí tenemos servicios", afirmó, animando a las familias a buscar ayuda profesional. Sobre la justificación de métodos de crianza violentos por parte de algunos adultos, Arévalo fue clara: "Eso es lo que se llama justamente la crianza positiva". Explicó que la disciplina, basada en reglas claras y consensuadas, no es sinónimo de castigo físico o psicológico. Finalmente, la especialista dirigió un mensaje a toda la comunidad educativa: "Esa comunidad tiene que ser un espacio de protección, no un espacio de riesgo".
Hizo un llamado a crear una cultura de armonía, paz y respeto mutuo. "Si vamos creando una cultura de armonía, de paz, de cumplimiento de reglas, vamos a bajar la violencia", concluyó, enfatizando que el objetivo común debe ser proteger a lo más valioso de la sociedad: la niñez y la adolescencia.