Redes sociales y salud mental: Yadira Salas alerta sobre hiperconectividad e insta a prevenir tecnoadicciones en adolescentes y adultos

Nota de prensa
La experta mostró que los trastornos mentales crecieron 30 % y que la población pasa 8 h diarias conectados; pide políticas, educación y autocuidado para frenar la crisis.
Redes sociales y salud mental: Yadira Salas alerta sobre hiperconectividad e insta a prevenir tecnoadicciones en adolescentes y adultos
Redes sociales y salud mental: Yadira Salas alerta sobre hiperconectividad e insta a prevenir tecnoadicciones en adolescentes y adultos

10 de junio de 2025 - 4:00 p. m.

Como parte de las conferencias magistrales que organiza el Instituto Nacional de Salud Mental "Honorio Delgado-Hideyo Noguchi" (INSM “HD-HN”) por su 43 aniversario, la magíster Yadira J. Salas Gonzales disertó sobre “Impacto de las redes sociales y la hiperconectividad en la salud mental: desafíos psicosociales en la era digital”.

La comunicadora especializada en Tecnopedagogía advirtió que los trastornos de salud mental han aumentado 30 % en la región andina desde la popularización de los teléfonos inteligentes, afectando hoy a más de 264 millones de personas.

Citando investigaciones recientes, precisó que los peruanos permanecen conectados en promedio ocho horas diarias y que los brasileños superan las nueve, consumiendo hasta 40 % de su tiempo despiertos frente a pantallas.

Salas explicó que la combinación de gratificación instantánea y notificaciones constantes fomenta el FOMO ―miedo a perderse algo― y puede evolucionar hacia el PUI (uso problemático de Internet), ya reconocido por la CIE‑11 como “tecnoenfermedad”.

“No es solo una cuestión de voluntad; existe un circuito neurobiológico de recompensa que libera dopamina tras cada ‘me gusta’", señaló, aludiendo a estudios de resonancia funcional que muestran hiperactividad en la amígdala y la corteza prefrontal.

Subrayó la vulnerabilidad de niños y adolescentes: la corteza prefrontal aún en desarrollo dificulta la autorregulación de impulsos y los expone a ansiedad, depresión y alteraciones del sueño. Otros riesgos incluyen fatiga visual, trastornos músculo‑esqueléticos —cervicalgia, síndrome del túnel carpiano— y baja interacción social presencial, con impacto directo en el rendimiento escolar.

Respaldada por la Academia Americana de Pediatría (AAP), recordó los límites diarios de pantalla: 0‑2 años = 0 minutos; 2‑5 años = 30 min; 5‑12 años = 60 min; mayores de 12 años = 120 min como máximo. Recomendó a pediatras y psicólogos evaluar el uso de pantallas en cada consulta rutinaria y ofrecer consejos personalizados según la realidad cultural y tecnológica de cada familia. Propuso técnicas de cambio de comportamiento, como fijar metas claras y medibles, registrar progresos y recompensar los logros, estrategia que ha demostrado reducir hasta 25 % el tiempo de pantalla en seis semanas.

Llamó a sensibilizar sobre los riesgos de la exposición excesiva y a promover hábitos saludables: pausas activas, deportes, lectura impresa y “horarios sin dispositivos” durante comidas y antes de dormir. Entre los riesgos destacó ansiedad, depresión, trastornos del sueño, fatiga visual y afecciones músculo‑esqueléticas como cervicalgia y síndrome del túnel carpiano, cada vez más comunes entre usuarios adolescentes.

Para detectar tempranamente la adicción digital recomendó instrumentos validados como ERA‑RSI, ARS, SAS y SMAS‑SF, útiles en escuelas y centros de salud para estratificar niveles de riesgo. Frente a estos hallazgos, propuso un abordaje escalonado: Terapia Cognitivo‑Conductual, Mindfulness, programas de desintoxicación digital y software de control de tiempo, complementados con intervenciones familiares y psicoeducación.

“Se requiere alfabetización digital crítica desde primaria y un sistema de referencia rápido que involucre a pediatras, psicólogos y psiquiatras”, subrayó, recordando que la detección oportuna reduce recaídas en 40 %. La Mg. Salas anunció la elaboración, por parte del ORAS‑CONHU, de una Guía Andina de Uso Responsable de Pantallas que incorporará buenas prácticas escolares, líneas de ayuda 24/7 y campañas de “JOMO” (Joy of Missing Out) para promover el autocuidado digital.
“La tecnología es una aliada cuando prioriza el bienestar humano; desconectarse a tiempo también es salud”, concluyó Salas, invitando a universidades, medios y gobiernos a co‑crear políticas que equilibren innovación y salud mental.