Jornadas INSM 2025: Dra. Martha Rondón revela impacto de la violencia en Perú y exige acción urgente para proteger la salud mental
Nota de prensaEn la ponencia inaugural, la psiquiatra alertó sobre la alta prevalencia de los trastornos mentales en el país y el impacto económico de la violencia de género
9 de junio de 2025 - 2:40 p. m.
En el marco del 43.° aniversario del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi” (INSM “HD-HN”), se inauguraron las Jornadas Científicas Institucionales 2025 con la conferencia magistral de la Dra. Martha Rondón, quien destacó la violencia como la principal amenaza psicosocial que enfrenta el país.
Durante su intervención, la especialista recordó que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es la base para que las personas puedan desarrollar su potencial, afrontar las adversidades y contribuir activamente a sus comunidades. Sin ella, advirtió, se deteriora el tejido social y aumentan la pobreza, la frustración y la exclusión.
Rondón subrayó que la forma de violencia más extendida en el Perú es la ejercida por razones de género, que afecta principalmente a mujeres, niñas y adolescentes. “Más de la mitad de las mujeres ha sufrido algún tipo de violencia, y la violencia sexual impacta especialmente a menores de edad”, puntualizó.
Asimismo, explicó que este fenómeno es sostenido por un entramado de factores estructurales —como la pobreza, la inseguridad alimentaria y el privilegio patriarcal— que se retroalimentan con factores individuales, como antecedentes de victimización, discapacidad y consumo de sustancias. “Es un círculo vicioso que debe romperse con acciones concretas desde el sector salud”, afirmó.
La especialista enfatizó que la violencia deja una huella profunda en el sistema nervioso central, altera la impulsividad y agrava trastornos mentales, dificultando la respuesta a tratamientos convencionales. Por ello, llamó a desechar mitos, reconocer el impacto del trauma y garantizar servicios de salud mental accesibles y de calidad.
Desde una perspectiva de salud pública, Rondón abogó por la integración de la salud mental en la atención primaria, el fortalecimiento de redes comunitarias de rehabilitación y el acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva.
Asimismo, propuso que el tratamiento oportuno de los trastornos mentales y del uso de sustancias en adultos podría reducir hasta el 12 % de los casos de violencia. Además, señaló que atender adecuadamente los problemas de salud mental de las madres mejora su bienestar y la supervivencia infantil, mientras que abordar los trastornos del neurodesarrollo en la infancia reduce su exposición futura a la violencia.
En línea con las recomendaciones de la Comisión The Lancet Psychiatry (2022), la conferencista propuso diseñar intervenciones informadas por el trauma, coproducidas con personas sobrevivientes y con un enfoque que abarque todo el ciclo vital.
Al concluir, la Dra. Rondón instó a los asistentes a “mapear los riesgos a lo largo de la vida y articular políticas públicas intersectoriales que rompan con el ciclo de la violencia”, e invitó a continuar el diálogo en los siguientes ejes de las jornadas, centrados en la evidencia clínica y el bienestar sostenible.
Durante su intervención, la especialista recordó que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es la base para que las personas puedan desarrollar su potencial, afrontar las adversidades y contribuir activamente a sus comunidades. Sin ella, advirtió, se deteriora el tejido social y aumentan la pobreza, la frustración y la exclusión.
Rondón subrayó que la forma de violencia más extendida en el Perú es la ejercida por razones de género, que afecta principalmente a mujeres, niñas y adolescentes. “Más de la mitad de las mujeres ha sufrido algún tipo de violencia, y la violencia sexual impacta especialmente a menores de edad”, puntualizó.
Asimismo, explicó que este fenómeno es sostenido por un entramado de factores estructurales —como la pobreza, la inseguridad alimentaria y el privilegio patriarcal— que se retroalimentan con factores individuales, como antecedentes de victimización, discapacidad y consumo de sustancias. “Es un círculo vicioso que debe romperse con acciones concretas desde el sector salud”, afirmó.
La especialista enfatizó que la violencia deja una huella profunda en el sistema nervioso central, altera la impulsividad y agrava trastornos mentales, dificultando la respuesta a tratamientos convencionales. Por ello, llamó a desechar mitos, reconocer el impacto del trauma y garantizar servicios de salud mental accesibles y de calidad.
Desde una perspectiva de salud pública, Rondón abogó por la integración de la salud mental en la atención primaria, el fortalecimiento de redes comunitarias de rehabilitación y el acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva.
Asimismo, propuso que el tratamiento oportuno de los trastornos mentales y del uso de sustancias en adultos podría reducir hasta el 12 % de los casos de violencia. Además, señaló que atender adecuadamente los problemas de salud mental de las madres mejora su bienestar y la supervivencia infantil, mientras que abordar los trastornos del neurodesarrollo en la infancia reduce su exposición futura a la violencia.
En línea con las recomendaciones de la Comisión The Lancet Psychiatry (2022), la conferencista propuso diseñar intervenciones informadas por el trauma, coproducidas con personas sobrevivientes y con un enfoque que abarque todo el ciclo vital.
Al concluir, la Dra. Rondón instó a los asistentes a “mapear los riesgos a lo largo de la vida y articular políticas públicas intersectoriales que rompan con el ciclo de la violencia”, e invitó a continuar el diálogo en los siguientes ejes de las jornadas, centrados en la evidencia clínica y el bienestar sostenible.