Salud mental materna: clave para una maternidad segura, saludable y con bienestar emocional
Nota de prensaEn la Semana de la Maternidad Saludable, Segura y Voluntaria, el instituto recomienda acciones concretas para proteger la salud mental de gestantes y puérperas y fomentar su bienestar integral.

16 de mayo de 2025 - 1:43 p. m.
En el marco de la Semana de la Maternidad Saludable, Segura y Voluntaria, el Instituto Nacional de Salud Mental hace un llamado urgente a priorizar la salud mental de las mujeres gestantes y puérperas, como parte esencial de una maternidad integral. La salud emocional, a menudo invisibilizada, es determinante para el bienestar tanto de la madre como del bebé.
Una maternidad saludable y segura implica mucho más que controles médicos. Supone también el acompañamiento emocional desde el inicio del embarazo, durante el parto y en el posparto. Cambios hormonales, desafíos sociales y presiones laborales pueden desencadenar trastornos como ansiedad o depresión, si no se detectan y atienden a tiempo.
El embarazo y el posparto representan momentos de gran transformación. Si bien pueden ser vivencias gratificantes, también conllevan vulnerabilidad emocional. Por eso, la detección temprana de alteraciones del estado de ánimo y el apoyo familiar son esenciales.
Entre los signos de alerta a los que se debe prestar atención están la fatiga extrema, pérdida de interés por actividades cotidianas, tristeza persistente, trastornos del sueño, rechazo hacia el embarazo o pensamientos negativos recurrentes. En estos casos, buscar atención profesional no solo es recomendable, sino prioritario.
El Instituto aconseja crear entornos empáticos y comprensivos en el hogar y el trabajo. La familia debe brindar contención emocional, compartir responsabilidades del hogar y permitir a la madre expresar libremente sus emociones sin ser juzgada. Este acompañamiento favorece la estabilidad psicológica y refuerza el vínculo con el bebé.
Además, mantener una red de apoyo —ya sea mediante amistades, grupos de madres o plataformas virtuales— ayuda a reducir el aislamiento y compartir experiencias similares. La conexión emocional con el entorno mejora significativamente el estado anímico de la madre y su capacidad para afrontar la nueva etapa.
En cuanto a la intervención profesional, el Instituto recomienda integrar servicios de salud mental en los controles prenatales y posnatales. Psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales pueden acompañar a las madres en este proceso, brindando orientación, terapia o contención, según el caso.
Desde el punto de vista preventivo, el autocuidado debe formar parte de la rutina diaria. Dormir adecuadamente, alimentarse bien, practicar ejercicios suaves y técnicas de relajación como el mindfulness, son prácticas recomendadas para fortalecer la salud mental durante el embarazo y el puerperio.
El Instituto también recuerda que muchas mujeres ocultan su malestar por temor o desconocimiento. Por ello, promueve campañas de sensibilización y educación sobre salud mental materna, para que la sociedad entera comprenda que sentirse vulnerable en esta etapa no es debilidad, sino una oportunidad para pedir apoyo.
Cualquier persona que afronta situaciones difíciles de superar y que necesita ayuda puede acceder a los servicios de salud mental, muy cerca a sus domicilios acudiendo a un centro de salud mental comunitario que forma parte de la Red Nacional de Centros de Salud Mental Comunitarios perteneciente al Ministerio de Salud. Además, se tiene la línea gratuita del MINSA 113 opción 5, donde se brinda orientación en temas de salud emocional.
La salud mental en la maternidad no es un lujo, es una necesidad. Protegerla es cuidar la vida. En esta Semana de la Maternidad Saludable y Segura, el llamado es claro: acompañemos a cada madre no solo con atención médica, sino con comprensión, apoyo emocional y respeto por sus tiempos y emociones.
Una maternidad saludable y segura implica mucho más que controles médicos. Supone también el acompañamiento emocional desde el inicio del embarazo, durante el parto y en el posparto. Cambios hormonales, desafíos sociales y presiones laborales pueden desencadenar trastornos como ansiedad o depresión, si no se detectan y atienden a tiempo.
El embarazo y el posparto representan momentos de gran transformación. Si bien pueden ser vivencias gratificantes, también conllevan vulnerabilidad emocional. Por eso, la detección temprana de alteraciones del estado de ánimo y el apoyo familiar son esenciales.
Entre los signos de alerta a los que se debe prestar atención están la fatiga extrema, pérdida de interés por actividades cotidianas, tristeza persistente, trastornos del sueño, rechazo hacia el embarazo o pensamientos negativos recurrentes. En estos casos, buscar atención profesional no solo es recomendable, sino prioritario.
El Instituto aconseja crear entornos empáticos y comprensivos en el hogar y el trabajo. La familia debe brindar contención emocional, compartir responsabilidades del hogar y permitir a la madre expresar libremente sus emociones sin ser juzgada. Este acompañamiento favorece la estabilidad psicológica y refuerza el vínculo con el bebé.
Además, mantener una red de apoyo —ya sea mediante amistades, grupos de madres o plataformas virtuales— ayuda a reducir el aislamiento y compartir experiencias similares. La conexión emocional con el entorno mejora significativamente el estado anímico de la madre y su capacidad para afrontar la nueva etapa.
En cuanto a la intervención profesional, el Instituto recomienda integrar servicios de salud mental en los controles prenatales y posnatales. Psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales pueden acompañar a las madres en este proceso, brindando orientación, terapia o contención, según el caso.
Desde el punto de vista preventivo, el autocuidado debe formar parte de la rutina diaria. Dormir adecuadamente, alimentarse bien, practicar ejercicios suaves y técnicas de relajación como el mindfulness, son prácticas recomendadas para fortalecer la salud mental durante el embarazo y el puerperio.
El Instituto también recuerda que muchas mujeres ocultan su malestar por temor o desconocimiento. Por ello, promueve campañas de sensibilización y educación sobre salud mental materna, para que la sociedad entera comprenda que sentirse vulnerable en esta etapa no es debilidad, sino una oportunidad para pedir apoyo.
Cualquier persona que afronta situaciones difíciles de superar y que necesita ayuda puede acceder a los servicios de salud mental, muy cerca a sus domicilios acudiendo a un centro de salud mental comunitario que forma parte de la Red Nacional de Centros de Salud Mental Comunitarios perteneciente al Ministerio de Salud. Además, se tiene la línea gratuita del MINSA 113 opción 5, donde se brinda orientación en temas de salud emocional.
La salud mental en la maternidad no es un lujo, es una necesidad. Protegerla es cuidar la vida. En esta Semana de la Maternidad Saludable y Segura, el llamado es claro: acompañemos a cada madre no solo con atención médica, sino con comprensión, apoyo emocional y respeto por sus tiempos y emociones.