“En esta coyuntura sanitaria la pandemia nos enfrentó a nuevos retos y empezamos a diagnosticar y secuenciar genómicamente al virus

Con el surgimiento de la pandemia de la COVID-19, la biología molecular ha tomado relevancia por ser la ciencia encargada en estudiar el comportamiento del virus que ha afectado a mundo entero.

Al respecto, conversamos con el Blgo. Víctor Jiménez Vásquez del Equipo de vigilancia genómica de SARS-CoV-2 y del Laboratorio de Metaxénicas Bacterianas del Instituto Nacional de Salud. Integra también el Laboratorio de Sistemática Molecular y Filogeografía de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Desde muy pequeño, mi padre, Ingeniero Pesquero de profesión, acostumbraba comentarnos sobre temas de ciencia básica (energía nuclear, astronomía, biología y química) generalmente los domingos de almuerzo familiar. Por las noches, ya acompañado de papá y mamá, acostumbraba ver los documentales científicos (que lamentablemente la televisión peruana ya no difunde). Luego, a los 9 años, recibí como regalo navideño de mi madrina Dalila, allá por mediados de los 90, un “microscopio de juguete” y quedé fascinado con el mundo que observaba. Ya en la secundaria, y yo pensaba dedicarme a la Biología, no había otra opción para mí, me gustaba la idea de trabajar en el campo o en el laboratorio; por esos tiempos se oía muy activamente de clonación humana, clonación de especies extintas y del genoma humano. Eran inicios de los 2000; fue así que decidí estudiar Ciencias Biológicas en la UNMSM, mi experiencia como practicante y tesista estuvo en el campo de la Biología Molecular, iniciaba la segunda década de los 2000; y ya como egresado tuve oportunidad de desempeñarme en diversos aspectos como el pesquero, el botánico, ambiental, la fertilidad, y por supuesto, la Biología Molecular; también empezaron mis viajes internacionales de capacitación mientras cursaba mis estudios de Maestría en la UNMSM desde 2013. Ya en el año 2015 ingresé a laborar en el INS, de manera que llevo 7 años dedicados al estudio de la Biodiversidad Molecular de ciertos agentes infecciosos de carácter viral y bacteriano.

Las experiencias de vida son a veces irónicas. A inicios de 2020 recibí un incentivo de FONDECYT-CONCYTEC para realizar una pasantía Bioinformática en el Instituto Sanger de Reino Unido (WSI), un centro de investigación pionero en genómica a nivel mundial, acaso el más importante. Algunas semanas después de haber iniciado mis lecciones, se declaró la cuarentena en el Perú y una semana después, en Reino Unido. Tuve que culminar mi capacitación de manera virtual. La oficialización de “Pandemia” por parte de la OMS fue algo muy serio para todos los sistemas de salud del mundo; sin embargo, a nivel de investigación básica, los biólogos inmersos en esta disciplina molecular, esperábamos que el virus “evolucione”: que cambie gradualmente y en “algún momento” se hiciera cada vez menos letal y más parecido a un virus de gripe estacional, esto, por cierto, en el mejor de los casos. En el Perú, no contábamos con equipamiento para una respuesta inmediata, pero como es sabido, capacidades y sentido de compromiso, son características de nosotros los biólogos, y poco después de llegados los equipos y reactivos necesarios, empezamos a diagnosticar y secuenciar genómicamente al virus (incluso desarrollando métodos propios), esta es una tarea que no debe olvidarse, porque ambas se realizaron de manera masiva por primera vez. Al inicio, los colegas Biólogos Moleculares del INS generaron más de 1000 genomas, todo un logro para la genómica del Perú. A mi regreso, cuatro meses después, retomé mis labores en el INS y empecé un proyecto de investigación en la “Enfermedad de Carrión”; fue en 2021 que integré el Equipo de Vigilancia Genómica y me uní a aquel ejército de colegas de alto nivel que habían generado aquellos valiosísimos primeros genomas.

A fines de 2022 el Perú cuenta con casi 38 mil genomas de SARS-CoV-2, 90% de los cuales han sido generados por el INS. Fue en aquellos genomas generados en 2020 e inicios de 2021, que un investigador extranjero identificó un nuevo linaje al que se le denominó C.37 y al que semanas posteriores la OMS lo declaró como la variante de interés (VOI) “Lambda”, conocido mediáticamente como “la variante andina”, que fue protagonista de la segunda ola en nuestro país junto con la variante “gamma”. La obtención de genomas es el producto de la correcta selección de muestras, extracción de material genético, secuenciamiento genómico y análisis bioinformáticos; trabajamos de la mano de técnicos especializados, biólogos moleculares y bioinformáticos; especialmente esta última es la disciplina que se encarga de la aplicación y desarrollo de métodos analítico-computacionales para el estudio de la información biológica de carácter molecular, que en nuestro caso se trata de información genómica.

En la actualidad estoy vinculado a tres proyectos de investigación científica, dos de ellos para el desarrollo de métodos de diagnóstico serológico y molecular sensibles y específicos para la Enfermedad de Carrión (una enfermedad desatendida que ataca a población vulnerable y de escasos recursos en los andes peruanos, y es causada por la bacteria Bartonella bacilliformis); precisamente, acabamos de realizar, a mediados de noviembre, la décima reunión científica internacional de Bartonella por primera vez en nuestro país, el evento fue organizado por el equipo de biólogos liderado por Giovanna Mendoza Mujica, del cual formo parte también; ella es investigadora del INS especialista en Bartonella, con más de 25 años de experiencia en la materia. El tercer proyecto en el que participo, tiene por objetivo el desarrollo de un panel molecular de detección de virus respiratorios, para los que nos debemos mantener vigilantes puesto que podrían generar epidemias o pandemias. Todos estos últimos proyectos financiados por FONDECYT-CONCYTEC se basan en información molecular y genómica que compila información generada por investigadores peruanos y extranjeros (estos últimos bajo la forma de “datos abiertos”). En nuestro país existen muchas preguntas por contestar, la reducción de ambientes naturales, deforestación, polución y cambio climático pueden ser los factores para la emergencia de nuevas enfermedades zoonóticas en cada uno de los “bolsillos naturales” del Perú, y una de las formas de combatirlas es comprender sus mecanismos de dispersión, infección e ingreso a las células humanas; esto se puede estudiar conociendo los genomas completos, en principio, de los agentes causales de estas enfermedades infecciosas (hongos, protozoarios, bacterias y virus). Podemos abordar el tema de la genética del hombre peruano al estudiar, en la composición genómica, mutaciones y variantes génicas que puedan explicar por qué los peruanos somos propensos a enfermar de ciertas condiciones metabólicas o infecciosas, por ejemplo. En el campo de la contaminación ambiental podemos identificar enzimas degradadoras de compuestos tóxicos y perjudiciales en aguas y suelos. Por fortuna, hombres y mujeres de ciencia en todos esos campos se encuentran en el Perú, ciertamente me gustaría trabajar con todos ellos y si esto no sucediera, por lo menos me gustaría promocionar sus trabajos científicos, porque en el Perú, calidad no falta y como fuera dicho por un peruano de oro hace casi un siglo “… hay, hermanos, muchísimo que hacer…”.