UNA DE LAS CLAVES PARA DISMINUIR EL BULLYING ES ACABAR CON EL ‘CODIGO DEL SILENCIO’ DE LOS ESPECTADORES
Nota de prensa
21 de marzo de 2014 - 12:00 a. m.
Se estima que por lo menos existe 1 caso de bullying en cada aula de colegios públicos y privados. Lima, 21/03/14.- El bullying es el hostigamiento o acoso escolar que ocurre en los centros educativos, así como en sus alrededores (parques, espacios donde se realizan actividades culturales y deportivas, entre otros); teniendo como principales protagonistas a la víctima, el agresor y el espectador. Así lo señala la doctora Isabel Vásquez Suyo, médico psiquiatra del Servicio de Salud Mental del Hospital Nacional Arzobispo Loayza, quién además afirma que la influencia de la familia, la falta de comunicación, la sobreprotección de los hijos y la tolerancia hacia conductas agresivas son algunos factores que incrementan el riesgo de este fenómeno. Explica también que existe influencia negativa de los medios de comunicación cuando muestran contenidos de violencia, los cuales son festejados por los mismos televidentes y los emisores de dichos programas (risas grabadas), por lo cual los niños lo asumen como ‘correcto’ y lo reflejan en su comportamiento. “Si el menor presenta bajo rendimiento escolar, falta de apetito, autoestima baja, insomnio, entre otros, es recomendable el diálogo de padre a hijo para conocer lo que le viene ocurriendo y actuar de inmediato. De esa manera, el agresor recibirá un castigo o medida correctiva y esta situación no llegará a consecuencias fatales como el suicidio”, recalcó la especialista. No obstante, refiere que no basta con conocer lo que le sucede al niño, sino también es importante que los padres le aseguren que cuenta con su apoyo, incentivarlo a que no se quede callado y sobretodo hacerle entender que él no tiene la culpa de lo que viene ocurriendo. En ese sentido, la doctora Vásquez comenta también que una de las claves para disminuir el bullying es acabar con el ‘código del silencio’ de los espectadores, quienes por miedo, indiferencia o porque lo toman como algo ‘normal’ o ‘gracioso’, no informan de estos abusos. “El silencio que guardan las víctimas de bullying y los espectadores condiciona que los agresores tengan la seguridad de que sus actos gozan de aceptación, y con ello, aumentan sus conductas agresivas”, advirtió. Por ello, la psiquiatra asegura que una de las primeras acciones para prevenir estos casos es lograr la sensibilización y formación de los menores ante los derechos ajenos y deberes propios, con la finalidad de que ellos reconozcan cuándo se comenten abusos con sus compañeros de clase y contribuyan a identificar a los agresores e intervenir antes del momento del acoso escolar. De igual manera, añade, el niño agredido debe saber actuar ante estos casos, no mostrando inseguridad ante su agresor, no sentirse mal por hablar sobre los abusos que se están cometiendo, no responder a los agresores con acciones violentas y estimular a los lideres ‘sanos’ para que promuevan entre sus compañeros la no violencia y el respeto al derecho ajeno. “Estas acciones preventivas lograrán desalentar las prácticas de abuso y el agresor se dará cuenta que no puede actuar libremente para someter a su víctima”, concluye.