MÉDICOS DEL HOSPITAL LOAYZA SALVAN PIES DE PACIENTE DIABÉTICOS CON ORDEN DE AMPUTACIÓN MAYOR
Nota de prensa



9 de abril de 2015 - 12:00 a. m.
Especialista recomienda buscar otras alternativas antes de tomar una decisión de amputación y pide cumplir estrictamente con las indicaciones médicas. Lima, 09/04/15.- Pacientes diabéticos con orden de amputación son sometidos a un efectivo tratamiento médico en el Servicio de Endocrinología del Hospital Nacional Arzobispo Loayza, el cual tiene como principal ventaja conservar sus extremidades inferiores y tener la posibilidad de una vida casi normal. Uno de los beneficiarios con este tratamiento fue Luis Alberto Valverde Cruz (46), natural de Piura. Todo esto empezó el año pasado con una herida al intentar retirarse un callo en el pie derecho y eso lo llevó al hospital para realizar su tratamiento. Al ver recuperado su pie de forma superficial, decidió no completar el tratamiento indicado por el doctor Luis Neyra Arizmendiz, médico endocrinólogo del Hospital Loayza. “Así decidí regresar a trabajar en la mina (Cusco) y de un momento a otro, se me empezó a hinchar la pierna y me trasladaron al seguro del Cusco donde estuve 6 días internado. Me tuve que retirar de manera voluntaria porque la orden era amputarme el pie”, cuenta Valverde mientras es sometido a una curación de rutina. Detalló que fue en busca de diferentes opiniones médicas y todas coincidían que la única solución era amputarle la pierna desde la cadera. Durante ese tiempo, la infección en la pierna empezó a generalizarse hasta la altura de la cintura, se le hinchó el rostro y los testículos llegaron a tener 10 veces su tamaño normal. Fue entonces que el paciente acudió nuevamente al doctor Neyra quien, con apoyo de su equipo multidisciplinario, le realizo limpiezas quirúrgicas de emergencia, eliminando la infección en la pierna de manera notable. A partir de ello, le dio un tratamiento a base de antibióticos y otros medicamentos, además de las curaciones en la zona afectada. “Después de 5 meses de tratamiento mi pierna pudo salvarse. Tengo una pequeña herida en el pie y solo fue amputado un dedo. Aún sigo el tratamiento y por ahora puedo asentar el pie. Después de mis terapias de rehabilitación voy a poder caminar”, contó emocionado. Agregó que, después de todo lo que paso por un simple callo, aprendió que es muy importante completar y terminar el tratamiento, sobre todo en un paciente diabético. Por eso quiere que su caso se conozca para que otros no cometan el mismo error. Corriendo por la vida “Tuve un accidente laboral y me di un golpe en el pie derecho. Como era de esperarse, se hinchó de manera constante y al inicio no le di la importancia necesaria porque pensé que solo se iba a curar. Al ver que no había recuperación decidí ir al Hospital Loayza, en donde me entero que era diabético”, relató el paciente Gilmer Murrugarra Rodríguez (65), quien desconocía de qué manera podía afectar la diabetes en la recuperación del pie. El paciente contó que primero fue visto por un especialista en emergencia, quien le indicó amputación desde la rodilla. Una segunda opinión médica fue realizada por el doctor Neyra, recomendando que solo se ampute la parte gangrenada (medio pie derecho). Y así se hizo. Gracias a la buena intervención del médico endocrinólogo, Murrugarra pudo conservar gran parte de su pie y con un tratamiento a base de inyecciones, pastillas, cremas, y limpiezas, lleva una vida -dentro de lo posible- normal. “Desde hace 10 años puedo hacer mi vida normal, trabajar -para mí lo más importante-, caminar y hasta realizar actividad física. Para un buen control de mi salud, corro 4 km diarios y mi dieta no contiene azúcar, pan blanco, harinas, arroz, ni fideos”, confiesa mientras está siendo atendido. El doctor Luis Neyra Arizmendiz, médico asistente de este establecimiento de salud, precisó que en promedio se atienden 300 casos mensuales en el ‘Programa de Pie Diabético’ y 10 casos a la semana con indicación de amputación. Estos casos son salvados en su mayoría por el tratamiento adecuado que brindan en el programa. “Las personas diabéticas deben tener especial cuidado en sus pies, porque están propensos a sufrir laceraciones y posteriores úlceras, infecciones, destrucción del tejido y, en casos extremos, amputación de las extremidades inferiores”, señala el especialista. Además explica que esta situación se debe, por un lado, porque la diabetes genera disfunción de las glándulas sudoríparas por neuropatía autonómica (daño a los nervios que afecta también a los pies) y una mala circulación en las extremidades inferiores. “Los pacientes con diabetes pueden desarrollar diferentes complicaciones, entre ellos ‘pie de riesgo’ o ‘pie diabético sin ulcera’, el cual se caracteriza por presentar la neuropatía, es decir, sensibilidad extrema en los pies (sensación de ardor, “punzadas”, adormecimiento y hormigueo); o al contrario, la sensibilidad en dicha zona está disminuida o ausente. Cuando en el ‘pie de riesgo’ se generan úlceras, se dice entonces que el paciente tiene pie diabético o pie diabético ulcerado”, explica. Así mismo, sostiene que la isquemia (falta de circulación en los miembros inferiores) también predispone a ulceras y complica la salud del paciente, al grado de llegar a una amputación. “Todas estas lesiones iniciales, a pesar de ser pequeñas, pueden infectarse fácilmente y ocasionar mayores complicaciones, como úlceras e incluso gangrena, porque además el sistema inmunológico en este tipo de pacientes es deficiente”, asegura. ¿Qué cuidados debe tener en cuenta una persona diabética en sus pies? El doctor Neyra sostiene que lo primero es tener un buen control metabólico del azúcar en sangre, colesterol, presión arterial, peso y para prevenir algún tipo de lesión en los pies, es evitar caminar descalzo y en vez de ello, adquirir un calzado que sea confortable, terapéutico, holgado y, de preferencia, cerrado para una mayor protección. Las medias, precisa, deben ser de algodón para mantener los pies frescos y del mismo modo, se debe evitar todo tipo de material sintético sobre dicha zona. Así mismo, recomienda para el aseo diario de los pies, el empleo de jabón – de preferencia de glicerina-, agua tibia y toallas limpias para evitar la aparición de hongos y otros microorganismos. En lo posible acudir al podólogo para que realice el corte de uñas y el tratamiento de callos u otros inconvenientes que se pudieran presentar (siempre indicar que es paciente diabético). “Las personas con pie diabético deben procurar además de un buen lavado, dejar la zona completamente limpia, aplicar cuidadosamente los medicamentos indicados por el especialista y finalmente, cubrir la herida con una gasa, apósito o venda para proteger la herida”, finaliza.