PACIENTE AGRADECE AL HOSPITAL LOAYZA POR SALVARLE LA VIDA AL REALIZARLE TRES CIRUGÍAS DE ALTA COMPLEJIDAD
Nota de prensa


3 de diciembre de 2016 - 12:00 a. m.
• Médicos neurocirujanos le retiraron una bala de la cabeza y operaron un aneurisma cerebral gigante realizando un ‘By pass’ por primera vez en el Hospital Lima, 03/12/2016.- Diego Miguel Salvador Figueroa (41) natural de Huacho, fue sometido a tres cirugías de alta complejidad para salvar su vida, pues recibió 5 impactos de bala, dos de ellos en su cabeza. Después de 2 años Diego se encuentra recuperado e hizo llegar su agradecimiento al equipo multidisciplinario del Servicio de Neurocirugía que estuvo a cargo de su tratamiento.“Estoy muy agradecido con los profesionales de calidad que tiene el Hospital Loayza y por el buen trato que me brindaron desde que llegué. Hoy en día me siento muy bien, no tengo ninguna secuela por la operación y poco a poco voy recuperando mis actividades con normalidad. Tengo una muy buena experiencia porque me trataron como familia y me hicieron sentir como en casa”, señaló Diego Salvador. La historia de Diego El 26 de octubre del 2014, Diego ingresó a la emergencia del Hospital Loayza referido der un establecimiento de salud de Huacho, debido a las serias complicaciones en su salud como consecuencia de las heridas sufridas por el impacto de cinco balas, dos de las cuales se alojaron en su cabeza. Tras su ingreso permaneció en la Unidad de Cuidados Intensivos – UCI, en estado de coma durante 8 días. Una vez estable, los médicos del Servicio de Neurocirugía procedieron a extraer una de las balas de la cabeza, ya que la otra estaba alojada en un lugar de difícil acceso, explicó el doctor Luis Muñoz Chumbes, jefe de esta área, quien agregó que el paciente se recuperó satisfactoriamente y fue dado de alta. La historia de Diego no termina ahí. “El 1 de enero del 2015 estornudé y es ahí cuando sufro mi primer episodio de sangrado por la nariz, fui de emergencia a un hospital en Huacho y me derivaron a Otorrinolaringología del Loayza donde me mandaron diferentes pruebas y cuando solicitaron la opinión de Neurocirugía, que ya sabían de mi caso, indicaron que me tenía que quedar internado”, recuerda el paciente. Al respecto, el doctor Muñoz explicó que Diego presentaba frecuentes sangrados nasales, por lo que fue necesario hospitalizarlo, luego de los exámenes de diagnóstico respectivos, se comprobó que presentaba un aneurisma en la arteria carótida, ubicado en el piso medio de la base del cráneo, como consecuencia de los impactos de bala que sufrió. Era necesaria una segunda cirugía. “Al ser esta arteria, una de las principales en transportar la sangre en la mitad del cerebro y por estar el aneurisma en el piso del cráneo, zona poco accesible, se realizó un primer tratamiento endovascular: la embolización, en la cual se cubren las paredes internas de la artería con una serie de "resortes" o coils para compactar y reforzar el aneurisma, luego de la cual fue dado de alta, precisó el doctor Muñoz Chumbes. En mayo del 2015, el paciente sufre otro episodio de sangrado por la nariz y es trasladado de emergencia a un establecimiento de salud de Chancay, luego de 6 días internado y por la complejidad del caso fue trasladado nuevamente al Hospital Loayza. El 31 de agosto, luego de una serie de evaluaciones, el paciente fue sometido a una cirugía de abordaje sumamente minucioso (al tratarse de una zona compleja y con estructuras nerviosas altamente sensibles) que se realizaba por primera vez en este establecimiento de salud. Los médicos cerraron los extremos de la arteria que contenía el aneurisma, para luego realizar un bypass empleando una porción de la arteria temporal superficial del cuero cabelludo, ubicada a la altura de la sien izquierda. La operación duró en promedio 15 horas. “Con esta intervención microquirúrgica se logró crear un nuevo camino para que la sangre siga circulando hacia el cerebro. Caso contrario, la falta de irrigación sanguínea en el hemisferio izquierdo del cerebro hubiera generado serias secuelas en la movilidad del lado derecho del paciente, en sus funciones cognitivas, capacidad sensitiva, comprensión y habla. De otro lado, existía una amenaza latente de hemorragia severa y muerte subsecuente. Ha pasado poco más de un año desde la cirugía y Diego no presenta secuelas”, explicó el doctor Muñoz.