Hospital Nacional Cayetano Heredia reinicia las cirugías de trasplante de riñon

Tras varios meses de espera y preparación, Azucena Quispe Choque, de 27 años y natural de Mala - Cañete, recibió el trasplante de riñón que le permitirá una mejor calidad de vida. Su madre, Irma Choque Tomayro, de 62 años, en un acto de amor, fue quien le regaló esta segunda oportunidad para seguir sus sueños.

Con el caso de Azucena, el Hospital Nacional Cayetano Heredia, a través de la Unidad de Trasplante Renal, reinició oficialmente las operaciones de trasplante de riñón, especialidad que ha desarrollado con éxito en los últimos años y cuyo trabajo quedara interrumpido por priorizar la atención de los pacientes COVID durante el estado de emergencia sanitaria establecida por el gobierno a inicios del 2020.

El director general, Dr. Segundo Acho Mego, informó que tras coordinaciones con la Dirección de Donaciones, Trasplantes y Banco de Sangre del Ministerio de Salud (DIGDOT) y la renovación de nuestra acreditación como establecimiento de salud donador y trasplantador ante la Organización Nacional de Trasplante de Órganos y Tejidos (ONDT), se reactivó este servicio con un acceso garantizado a los insumos indispensables, tanto médicos como farmacológicos, para este tipo de procedimientos de alta complejidad.

La madre de Azucena indicó que su hija se encuentra muy emocionada por el futuro que le espera, lleno de esperanzas y olvidando un poco los difíciles momentos que le tocó vivir desde el 2016, cuando le diagnosticaron insuficiencia renal crónica. “Me siento feliz de darle una oportunidad a mi hija y mejorar su calidad de vida. Así podrá cumplir sus sueños de terminar sus estudios y trabajar”.

La joven estudiante de administración de negocios internacionales viajó a Lima a los 18 años a seguir sus estudios, pero cuando tuvo los primeros síntomas de la enfermedad fue atendida en el Hospital Rezola de Cañete, siendo luego referida a nuestra institución. Desde ese momento, Azucena siguió un riguroso control periódico en Consulta Externa y un tratamiento de hemodiálisis en los centros en convenio con el hospital.

Los pacientes que están en la lista de espera, así como el caso de Azucena y que suman unos 70 pacientes entre adultos y pediátricos, deben recibir varios tratamientos como diálisis y hemodiálisis, de por vida, ya que este tratamiento es indispensable para eliminar los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, que normalmente serían excretados por los riñones sanos. Este tratamiento es limitado y solo ayuda a ganar tiempo hasta que se consiga una donante de riñón.

En el hospital, desde que se creó la Unidad de Trasplante Renal en 2007 hasta la operación de Azucena, se han realizado 139 operaciones exitosas de trasplante de riñón, utilizando el órgano por donante cadavérico y por donante familiar. En ambos casos, tanto el receptor como el donador, deben pasar exhaustivos exámenes de compatibilidad para que el órgano trasplantado sea funcional con el tiempo. Todos los pacientes incluidos en el programa cuentan con el Seguro Integral del Salud (SIS) y gozan de los beneficios del Fondo Intangible Solidario de Salud (FISSAL).

Por su parte el Dr. Weymar Melgarejo Zeballos, jefe de la Unidad de Trasplante Renal, confirmó que para atender la demanda de operaciones futuras el hospital cuenta con un equipo multidisciplinario altamente calificado de especialistas en trasplantes de riñón, compuesto por nefrólogos, urólogos, cirujanos, anestesiólogos y enfermeros, todos dedicados a brindar una atención con calidad y calidez.

“Nuestras instalaciones están equipadas con tecnología adecuada y cumplen con los estándares más estrictos de calidad y bioseguridad. Una vez que los pacientes salen de cirugía pasan un tiempo de recuperación de 5 días en ambientes cómodos y debidamente implementados, siempre bajo el monitoreo constante del personal médico y de enfermería”, señaló el especialista tras indicar que se espera para noviembre próximo realizar otra operación de trasplante renal.

Durante este período, el equipo de gestión del hospital ha trabajado incansablemente para implementar protocolos de seguridad mejorados y procedimientos rigurosos, con el fin de garantizar la seguridad de los pacientes y el personal médico en la reanudación de estas cirugías, indispensables para la vida de los que aún esperan un riñón.