La cena navideña puede dañar el estómago y el hígado sin avisar
Nota de prensa
22 de diciembre de 2025 - 6:35 p. m.
El hígado graso se ha convertido en una de las enfermedades más frecuentes en el país y su mayor riesgo es pasar desapercibido
Las celebraciones navideñas llegan acompañadas de mesas abundantes y excesos que muchos consideran normales. Panetón, chocolate, alcohol y cenas copiosas se repiten durante varios días sin medir el impacto en la salud. El médico gastroenterólogo, Ismael García Lévano, del Hospital María Auxiliadora (HMA), advirtió que estos hábitos afectan directamente al sistema digestivo y al hígado, generando enfermedades que avanzan en silencio y suelen detectarse cuando el daño ya está instalado.
El especialista explicó que el consumo repetido de azúcares y grasas concentra una carga excesiva para el organismo. Estos alimentos alteran el funcionamiento normal del estómago y favorecen una mayor producción de ácido gástrico. En muchos casos, las molestias aparecen de manera progresiva y se confunden con simples indigestiones, cuando en realidad ya existe una alteración digestiva en desarrollo.
“El hígado graso se ha convertido en una de las enfermedades más frecuentes en el país y su mayor riesgo es pasar desapercibido. En las etapas iniciales no genera dolor ni síntomas evidentes. Muchos pacientes descubren esta condición durante una ecografía abdominal realizada por otros motivos, cuando la acumulación de grasa ya compromete la función hepática”, señaló García Lévano.
Asimismo, precisó que las grasas, el azúcar y el alcohol enlentecen la digestión y generan una sensación constante de pesadez. Este proceso incrementa la acidez del estómago y favorece el reflujo gastroesofágico. “El cuerpo no está preparado para procesar grandes cantidades de comida concentradas en pocas horas y menos durante la noche”, indicó.
Detalló que dentro del organismo existe un mecanismo natural que evita el paso del ácido del estómago hacia el esófago. El exceso de alcohol y alimentos grasos provoca la relajación de esta barrera. Como consecuencia, el ácido asciende y produce ardor, dolor en el pecho y molestias persistentes que afectan la calidad de vida.
Durante las cenas festivas, el especialista recomendó optar por alimentos que reduzcan el impacto digestivo. Carnes magras como pollo o pavo sin piel representan alternativas más saludables con porciones moderadas de carbohidratos y el uso de grasas saludables contribuyen a disminuir la sobrecarga del estómago y del hígado.
E hizo hincapié que las cenas tardías representan un riesgo frecuente que suele subestimarse. Comer en exceso antes de dormir incrementa las molestias digestivas y agrava el reflujo. Los ayunos prolongados no compensan los excesos y pueden alterar aún más el funcionamiento normal del sistema digestivo.
Finalmente, apuntó que la gastritis continúa siendo una de las patologías más comunes en estas fechas. El abuso de condimentos, grasas y dulces irrita la mucosa gástrica y puede desencadenar cuadros severos como dolor intenso en la boca del estómago, dificultad para tragar, sangrado digestivo o pérdida de peso. Señales de alerta que requieren atención médica inmediata para evitar complicaciones mayores.