Sentí miedo, pero no me rendí”: la historia de Elizabeth y su pequeña al llegar al Hospital de Emergencias Pediátricas

“Cuando mi hija empezó a toser sin parar y se le cerraba el pecho, sentí miedo. No dormimos en toda la noche”, recuerda Elizabeth Quispe, una madre de Manchay que llegó al Hospital de Emergencias Pediátricas buscando ayuda para su pequeña de cinco años identificada como C.P.

Lo que parecía una simple tos se convirtió en una crisis asmática que comprometió su respiración y la obligó a acudir de emergencia. “El viernes la llevé a un centro de salud, le dieron tratamiento, pero el sábado seguía igual. El domingo ya tuve que traerla al hospital”, contó con la voz entrecortada.

Su hija fue atendida de inmediato por el equipo multidisciplinario y recibió el tratamiento necesario para estabilizar su cuadro. “Gracias a Dios la atendieron rápido. Yo estaba sola, mi esposo trabaja lejos, y no sabía qué hacer. Pero aquí me ayudaron, la vieron y la trataron bien”, relató.

Elizabeth reconoce que la angustia la acompañó durante todo el proceso. “Cuando una mamá ve que su hija no mejora, siente desesperación. No sabes qué hacer, solo piensas en que respire mejor.”

Tras varios días de atención, con la voz más tranquila, envía un mensaje a otras madres: “Que no esperen. Si sus hijos tienen tos fuerte o se agitan, que los lleven de inmediato al centro de salud más cercano. El tiempo es muy importante.”

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