Estuvo más de tres años hospitalizada Ángeles: Una historia de fe, lucha y amor
Nota de prensa



24 de junio de 2025 - 4:38 p. m.
En uno de los pabellones del Hospital de Emergencias Pediátricas, entre pasillos iluminados por la esperanza y el esfuerzo diario del personal médico, enfermería y técnicos asistenciales, se escribe la historia de Ángeles, una niña que ha aprendido a sonreír incluso en los días más difíciles.
Ángeles llegó a Lima desde Cajamarca a los tres años, acompañada por un diagnóstico que marcaría su niñez: luxación de caderas. Las terapias y operaciones se volvieron parte de su rutina, pero su vida dio un giro inesperado a los siete años cuando fue diagnosticada con distrofia muscular. A partir de ese momento, el HEP se convirtió en una extensión de su hogar.
El 2 de febrero de 2021 ingresó por emergencia. Su estado de salud se había complicado tras el confinamiento por la pandemia, que impidió continuar con sus terapias. Su madre, sin perder la fe, enfrentó este nuevo capítulo con sacrificio: jornadas laborales de sol a sol, desplazamientos constantes y una batalla emocional desgastante por no poder tener a su hija en casa.
“Lo más difícil ha sido no tenerla en casa, dedicarle sólo 20 minutos, media hora por día”, confesó con la voz entrecortada. Sin embargo, también reconoce cuánto ha crecido como madre. “Angelita me ha enseñado a ser valiente. Ella es una guerrera, y si ella es valiente, yo también”.
Durante su estadía, Ángeles vivió momentos profundamente significativos: una relación cercana con médicos y licenciadas, entre ellos el Dr. Víctor Toulier, jefe del Servicio de Medicina y Especialidades Pediátricas y la Lic. Abigail Castro Cardenas, quienes fueron padrinos de su cumpleaños número 15, celebrado con amor y dedicación dentro del hospital. Un acto de humanidad que dejó huella no solo en Ángeles, sino también en todos quienes la acompañaron.
Gracias, al trabajo articulado entre el equipo de gestión liderado por el Dr. Jorge Jáuregui Miranda, director del Hospital de Emergencias Pediátricas (HEP); el Dr. Luis Napoleón Quiroz Avilés, jefe del Seguro Integral de Salud (SIS); y el Fondo Intangible Solidario de Salud (FISSAL), fue posible hacer realidad el retorno de Ángeles a casa, un anhelo compartido por muchos niños que, como ella, sueñan con volver al calor de su hogar.
Ahora, el anhelo es palpable: la familia se organizó, su madre ha ahorrado aproximadamente un año para adaptar un cuarto especialmente para ella. “Yo vivo en un cerrito, no tengo grandezas, pero mi corazón es grande”, dice con una sonrisa que resume tanto amor como coraje.
Agradecida con todos los que cuidaron de ella aproximadamente 3 años (médicos, enfermeras, técnicos, etc) y a quienes hicieron posible este sueño. La madre de Ángeles tiene un mensaje claro para otras familias que atraviesan procesos similares: “Que no pierdan la esperanza ni la fe. Todo es posible si uno lo lucha de la mano de los médicos y con el corazón de madre”.
Esta es la historia de una madre y una hija que, a pesar de todo, siguen subiendo juntas ese cerrito llamado vida, con paso firme y una esperanza que no se quiebra.
Asimismo, el Dr. Jorge Jáuregui señaló que todo niño merece regresar a casa, como el caso de Ángeles quien ahora tiene esta oportunidad.
Ángeles llegó a Lima desde Cajamarca a los tres años, acompañada por un diagnóstico que marcaría su niñez: luxación de caderas. Las terapias y operaciones se volvieron parte de su rutina, pero su vida dio un giro inesperado a los siete años cuando fue diagnosticada con distrofia muscular. A partir de ese momento, el HEP se convirtió en una extensión de su hogar.
El 2 de febrero de 2021 ingresó por emergencia. Su estado de salud se había complicado tras el confinamiento por la pandemia, que impidió continuar con sus terapias. Su madre, sin perder la fe, enfrentó este nuevo capítulo con sacrificio: jornadas laborales de sol a sol, desplazamientos constantes y una batalla emocional desgastante por no poder tener a su hija en casa.
“Lo más difícil ha sido no tenerla en casa, dedicarle sólo 20 minutos, media hora por día”, confesó con la voz entrecortada. Sin embargo, también reconoce cuánto ha crecido como madre. “Angelita me ha enseñado a ser valiente. Ella es una guerrera, y si ella es valiente, yo también”.
Durante su estadía, Ángeles vivió momentos profundamente significativos: una relación cercana con médicos y licenciadas, entre ellos el Dr. Víctor Toulier, jefe del Servicio de Medicina y Especialidades Pediátricas y la Lic. Abigail Castro Cardenas, quienes fueron padrinos de su cumpleaños número 15, celebrado con amor y dedicación dentro del hospital. Un acto de humanidad que dejó huella no solo en Ángeles, sino también en todos quienes la acompañaron.
Gracias, al trabajo articulado entre el equipo de gestión liderado por el Dr. Jorge Jáuregui Miranda, director del Hospital de Emergencias Pediátricas (HEP); el Dr. Luis Napoleón Quiroz Avilés, jefe del Seguro Integral de Salud (SIS); y el Fondo Intangible Solidario de Salud (FISSAL), fue posible hacer realidad el retorno de Ángeles a casa, un anhelo compartido por muchos niños que, como ella, sueñan con volver al calor de su hogar.
Ahora, el anhelo es palpable: la familia se organizó, su madre ha ahorrado aproximadamente un año para adaptar un cuarto especialmente para ella. “Yo vivo en un cerrito, no tengo grandezas, pero mi corazón es grande”, dice con una sonrisa que resume tanto amor como coraje.
Agradecida con todos los que cuidaron de ella aproximadamente 3 años (médicos, enfermeras, técnicos, etc) y a quienes hicieron posible este sueño. La madre de Ángeles tiene un mensaje claro para otras familias que atraviesan procesos similares: “Que no pierdan la esperanza ni la fe. Todo es posible si uno lo lucha de la mano de los médicos y con el corazón de madre”.
Esta es la historia de una madre y una hija que, a pesar de todo, siguen subiendo juntas ese cerrito llamado vida, con paso firme y una esperanza que no se quiebra.
Asimismo, el Dr. Jorge Jáuregui señaló que todo niño merece regresar a casa, como el caso de Ángeles quien ahora tiene esta oportunidad.