1 de cada 5 consumidores de alcohol tiene un patrón de consumo excesivo, revela experto del INSM “HD-HN”
Nota de prensaDr. Alfredo Saavedra, director del INSM “HD-HN”, señala que solo el 23.9% de personas con trastornos por su uso accede a tratamiento, destacando una brecha de atención alarmante.



25 de setiembre de 2025 - 6:31 p. m.
En el marco de la III Conferencia Anual “Prevención y Tratamiento: Un Enfoque Integral”, organizada por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) a través de ISSUP los días 25 y 26 de septiembre, el Dr. Alfredo Saavedra Castillo, director general del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi” (INSM “HD-HN”), presentó una exhaustiva radiografía del consumo de alcohol en el Perú, revelando cifras que demandan acción inmediata.
La conferencia, organizada desde la Facultad de Psicología de la PUCP e inaugurada por el Dr. Carlos Iberico, Decano de la Facultad de Psicología de la PUCP, congregó a los principales expertos nacionales e internacionales. El Dr. Saavedra participó en la mesa “El consumo de alcohol en el Perú”, junto a la Mag. Nancy Valdez y la Dra. Cecilia Chau de la PUCP, con la moderación de la Mag. Azucena Avalos. El Dr. Saavedra contextualizó el problema a nivel global. “A nivel mundial, existen 2.3 billones de consumidores actuales de alcohol, lo que representa aproximadamente el 50% de la población en edad de consumo. En la región de las Américas, esta cifra se eleva al 54%”, señaló.
Un dato crucial expuesto por Saavedra es la diferencia entre la prevalencia general y el consumo en la población que realmente bebe. Mientras que el 18% de la población mayor de 15 años en las Américas reporta consumo excesivo episódico, este porcentaje se dispara al 52% en los hombres consumidores y al 29% en las mujeres consumidoras. “Este es el dato clave: casi la mitad de los hombres y un tercio de las mujeres que beben alcohol lo hacen de manera excesiva”, enfatizó. El Dr. Saavedra destacó que el principal reto de salud pública es la “no conciencia” del problema. Citando datos, indicó que más del 96% de las personas con un cuadro clínico detectable no perciben que estén enfermas. “¿Qué hacemos con las personas que no quieren tratarse? Esto genera una gran dificultad para los servicios de atención”, cuestionó.
Respecto al Perú, el director del INSM “HD-HN” se basó en la Encuesta Nacional de Salud Mental 2022. Los resultados son contundentes: la prevalencia de vida de consumo de alcohol es del 85%, mientras que la prevalencia anual (consumo en el último año) es del 50%. Uno de los indicadores más importantes, el consumo excesivo episódico (más de 5 tragos en una sola ocasión), afecta al 10.3% de la población general. Sin embargo, al analizar solo a los consumidores actuales, esta cifra se duplica, alcanzando al 20%. “Esto significa que una de cada cinco personas que bebe alcohol en el Perú tiene un patrón de consumo de riesgo”, precisó.
El perfil de este consumo es revelador: es significativamente mayor en hombres (26%) que en mujeres (11%), una relación de casi 3 a 1. La edad de mayor prevalencia se encuentra entre los 30 y 44 años (19.4%), desmitificando que sea un problema exclusivo de la juventud. Un hallazgo crucial de la investigación presentada es que el estudio no demostró una relación directa entre pobreza y consumo problemático de alcohol. Sin embargo, sí se encontraron fuertes vínculos con otros factores psicosociales. “El 37% de las personas con consumo problemático ha sufrido violencia psicológica de pareja, el 10% violencia física y alrededor del 34% tuvo antecedentes de maltrato infantil”, detalló Saavedra, subrayando la alta comorbilidad con trastornos mentales. La prevalencia de cualquier trastorno afectivo es del 17% y de ansiedad del 10% en este grupo. La brecha de atención es, quizás, el dato más alarmante. Solo el 23.9% de las personas que necesitan tratamiento por trastornos relacionados con el alcohol acceden a él. “Apenas el 12% recibe atención especializada. Un 41% cree que no tiene ningún problema”, explicó, lo que evidencia la necesidad de estrategias que aborden la falta de percepción del riesgo.
Frente a este panorama, el Dr. Saavedra recalcó la urgencia de priorizar la intervención temprana en la etapa “prepatogénica” del consumo, es decir, antes de que se desarrolle una dependencia. “En esta fase, aún hay posibilidad de intervenir para bajar el deseo y el consumo. Estos consumos excesivos son los que más problemas traen: accidentes, violencia e intoxicaciones severas”. El experto concluyó que la inclusión sistemática de indicadores de consumo problemático y episódico en las políticas públicas es esencial. “La magnitud es clara: estamos hablando de que este problema afecta entre 1.5 y 2 millones de adultos en el Perú. La colaboración intersectorial, incluyendo al Ministerio del Interior por el vínculo con la violencia doméstica, es fundamental para maximizar el acceso a la salud y cerrar esta amplia brecha de atención”.