Estudian situación actual de pueblos indígenas dentro de parques nacionales

Nota de prensa
El autor concluye que existe un mosaico de situaciones socioculturales de los pueblos indígenas cuya adecuada caracterización es relevante para comprender y orientar el trabajo con o sobre ellos.

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Oficina General de Imagen Institucional

1 de mayo de 2021 - 12:54 p. m.

A partir del análisis del caso del Parque Nacional del Manu (PNM), investigadores de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) buscan colocar en la agenda nacional la situación actual de los derechos de los pueblos indígenas dentro de los parques nacionales en el país, considerados la categoría más elevada de protección de diversidad biológica del conjunto de categorías del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas del Perú (SINANPE).

Declarado Patrimonio Natural de la Humanidad (1987) y Reserva de Biosfera (1997), el PNM fue creado el 29 de mayo de 1973 en las provincias de Manu y Paucartambo, en los departamentos de Madre de Dios y el Cusco, siendo el área natural protegida más emblemática del  país debido a los impresionantes records de diversidad biológica allí  documentados.  

De acuerdo con su Plan Maestro 2013-2018, contiene el 10% de las especies de aves del mundo, el 5% de los mamíferos, y una vasta cantidad de peces, reptiles, anfibios e invertebrados. Además, contiene al menos 50 especies animales  globalmente amenazadas, según la lista roja de la International Union for Conservation of Nature (IUCN).

El parque se estableció en territorios ocupados y habitados por varios pueblos indígenas amazónicos, incluyendo pueblos indígenas aislados, por lo que el estudio de Alfredo García Altamirano, examina aspectos como la situación actual de pueblos indígenas del PNM; la crisis de la relación parques-pueblos; planes antropológicos y provisiones de derechos indígenas; así como la autogestión, los derechos y  los  puntos  de  vista  indígenas;  y los  escenarios  futuros  y  la  gobernanza  del  PNM. 

Según informa el autor del artículo publicado en la Revista de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), el estudio se desarrolló en el marco del proyecto de investigación   impulsado por la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (FENAMAD) y el Centro de Investigaciones para América Latina y El Caribe (CERLAC) de la Universidad de York (Canadá). 

Dicho proyecto se enfocó en el examen de la situación de la territorialidad Ese Eja, e incluyó un estudio complementario con observaciones de campo por parte de la FENAMAD para el caso de los matsigenka del PNM. El autor formó parte del  equipo técnico movilizado por la federación para realizar estudios socioeconómicos que buscaron sustentar el reconocimiento como comunidades nativas a los asentamientos matsigenka Maizal y Cacaotal. 

Sobre la base de los registros antropológicos citados en el estudio, el autor distingue tres condiciones para los pueblos indígenas que habitan el PNM. La primera de ellas, relativo a pueblos indígenas aislados, señala su condición de autónomos, no  articulados o integrados a la sociedad nacional. Una segunda condición se refiere a los pueblos indígenas en contacto inicial, que ocurre mayormente con otros paisanos suyos, en comunidades con cierta articulación  con la sociedad nacional; y una tercera condición se refiere a los asentamientos locales indígenas articulados a la sociedad nacional.

El autor concluye que existe un mosaico de situaciones socioculturales de los  pueblos indígenas, desde comunidades articuladas a la sociedad occidental hasta pueblos indígenas aislados, cuya adecuada caracterización es relevante para comprender y orientar el trabajo con o sobre ellos.  

De igual modo, señala que los planes antropológicos han provisto políticas,  pautas, diagnósticos, planes de trabajo y otras provisiones para apoyar a los  pueblos indígenas del PNM respetando sus derechos y su organicidad mediante FENAMAD.  Advierte, sin  embargo, que salvo la experiencia de 1989, el resto de  planes antropológicos nunca fueron oficialmente aprobados, menos financiados y, por tanto, no ejecutados.