María Teresa Quiroz: “La ley universitaria ha tenido un efecto importante. Estos cambios son en beneficio de los estudiantes”

Nota Informativa

16 de marzo de 2022 - 9:30 a. m.

La Superintendencia Nacional de Educación Superior (SUNEDU) ha presentado el Tercer Informe Bienal sobre la Realidad Universitaria en el Perú, un estudio que presentan un diagnóstico pormenorizado de la universidad peruana y profundiza en aspectos relacionados con la oferta universitaria, plana docente, investigación y condiciones laborales de los egresados.

En ese marco, la SUNEDU conversó con María Teresa Quiroz, directora del Instituto de Investigación de la Universidad de Lima, quien respondió algunas preguntas para profundizar la comprensión del proceso de reforma universitaria.

¿Cuáles diría que son los principales cambios organizacionales al interior de las universidades a raíz del proceso de licenciamiento y supervisión? 

Se han producido importantes cambios organizacionales, en la parte administrativa y en la parte docente, porque las exigencias que supuso el licenciamiento no estaban presentes antes en las universidades. Me parece que tanto las universidades públicas los docentes, el sistema meritocrático, de investigación, la relación con los estudiantes, el sistema académico, tenían graves problemas. La Ley Universitaria planteó un escenario diferente. En las universidades esto ha tenido un efecto muy importante. 

Digamos, cuando se eleva el número de profesores a tiempo completo. Hay una elevación de tiempo completo y una necesidad urgente por invertir mucho más en investigación, por organizar concursos de investigación, por dotar a sus profesores. Para efecto de las universidades privadas, a pesar de las dificultades para adecuarse a una cantidad de exigencias de la Sunedu, los más beneficiados son los docentes y los estudiantes. Estos cambios importantes en el campo de la gestión académica y la investigación son en beneficio del estudiante.

Como directora de un centro de investigación, ¿qué procesos de mejora se han tenido en la universidad a raíz del proceso de licenciamiento?

Hemos logrado cosas muy significativas en materia de investigación. Primero, plantear que la investigación tenía que estar muy vinculada a la realidad del país y por ello aumentan los proyectos de fondos concursables.

En segundo lugar, se otorga un lugar especifico al profesor investigador, que antes no existía. Se le reduce el tiempo de educación lectiva y se le dan medios para investigar. La investigación pasó de ser la patita a ser un elemento que atraviesa la preocupación de toda la gestión universitaria, pero también de las facultades.

Según su experiencia, ¿qué cree que necesitaría una universidad licenciada para seguir un proceso de mejora?

En primer lugar, el compromiso de sus autoridades. Se necesita que la investigación no sea un recurso, una herramienta adicional, sino que sea el tronco sobre el cual se organizan los conocimientos en la formación de los estudiantes.

Desde tu especialización en temas de sociedad y comunicación, ¿cuál cree que ha sido el rol de los medios de comunicación en este proceso de reforma universitaria?

Los niños y los jóvenes no son una prioridad en materia de política pública, porque si lo fueran la universidad sería esencial para pensar en el tema laboral. Aquí el debate de los medios está centrado en cuestiones administrativas, los dueños de las universidades, en lo que hacen y cómo lo hacen. Pero preocupación de lo que es el valor de la educación para el futuro de este país, preocupación de lo que significa cómo se debate, cómo las universidades pueden contribuir a la mejora económica pospandemia, cómo las universidades pueden contribuir con el empleo, con las políticas públicas, esos temas los medios no los plantean y ni siquiera asoman en el debate público. Me parece gravísimo y penoso.

Estamos en una coyuntura en la cual desde el legislativo se plantean cambios sustanciales en la Ley Universitaria. ¿Por qué cree que esto sucede? 

Todavía la escasa madurez democrática no permite que se interpongan los intereses públicos sobre los intereses privados. Y lo que funciona en este país lamentablemente aún son estos intereses privados, particulares, de instituciones, de algunos dueños, de algunos legisladores relacionados con los dueños. Es decir, tenemos un sistema político que está atravesado por intereses particulares y personales y esa es la gran tragedia sobre la cual, a mi criterio, las universidades debieran trabajar, para anteponer los intereses de los estudiantes, de los profesores, de los investigadores que pueden aportar a esa mejora del país.

¿Cuál considera que debería ser el próximo paso para el fortalecimiento de las políticas de aseguramiento de la calidad en el tercer nivel?

Indudablemente esta ha sido una primera etapa de la Sunedu. El licenciamiento es como decir que las universidades cumplen con los requisitos mínimos para funcionar. Siendo un elemento mínimo; cuesta mucho escuchar a las personas que quieren detenerlo.

Yo creo que esta segunda etapa tiene que estar mucho más dirigida a los temas de calidad. Por ejemplo, en materia de investigación la calidad no es solo producir artículos, científicos porque sabemos bien cómo esta producción está atada a los rankings y no necesariamente a la calidad y el aporte que deben dar los investigadores. Entonces, tenemos que caminar a que en materia de investigación se logre evaluar la razón de ser de los proyectos, de los resultados, con quiénes está contribuyendo la investigación, que procesos está logrando transformar la investigación. Tenemos que pasar del número de los proyectos del investigador a la calidad de los proyectos.

De lo que ha podido revisar del informe bienal, ¿qué hallazgos considera más importantes y cuál cree que es la relevancia de esto frente al proceso que se nos viene?

Me parece que aporta una cantidad de información que permitiría o debería hacer que las diferentes universidades tomen parte de esa información para autoevaluarse.

Primero, la información revela que las diferencias y desigualdades que hay entre los estudiantes que llegan a las universidades peruana son muy importantes. Hay que atender esa desigualdad.

Segundo, respecto a los docentes, las cantidades de profesores a tiempo parcial y otras cifras. El informe plantea con toda claridad esto, pero también marca la desigualdad de los docentes. Entonces, ¿cómo salvamos a estos profesores?