Más de una tonelada de residuos fueron retirados durante la campaña “Deja huellas, no residuos” en el Parque Nacional Huascarán

Con el objetivo de promover una cultura ambiental responsable y mantener las áreas naturales protegidas libres de contaminación, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), organismo adscrito al Ministerio del Ambiente, realizó la jornada de sensibilización y limpieza “Deja huellas no residuos”, en la que se recolectaron más de una tonelada de desechos inorgánicos en el Parque Nacional Huascarán.

La actividad, liderada por la jefatura del parque, se desarrolló entre la laguna Querococha y el túnel de Cahuish, y reunió a más de 100 voluntarios, entre universitarios de la Universidad César Vallejo y la Universidad Santiago Antúnez de Mayolo, socios de la Asociación de Prestadores de Servicios Turísticos de Querococha, guardaparques y especialistas del Sernanp—, todos comprometidos con la protección activa de los ecosistemas del Huascarán.

La jornada permitió recolectar botellas de plástico y vidrio, latas, bolsas, pañales, papel higiénico y envases de tecnopor, además de restos de aceite y llantas arrojadas en la vía. De manera paralela, un equipo de sensibilización exhortó a los visitantes, transportistas y pobladores locales a no arrojar residuos durante su recorrido y trasladarlos hasta los puntos de acopio adecuados, con el apoyo de la Unidad de Patrullaje y Control de Carreteras de la Policía Nacional del Perú del distrito de Cátac.

“Esta campaña busca involucrar y sensibilizar a la población local y a los visitantes sobre el manejo responsable de los residuos. Todos estamos llamados a conservar este espacio natural que nos pertenece a todos los peruanos”, afirmó Abdías Villoslada Taipe, jefe del Parque Nacional Huascarán.

La campaña forma parte del cumplimiento de la Ley N.° 30884, que promueve la reducción del plástico de un solo uso, y refuerza el mensaje de que la conservación empieza con responsabilidad individual.

El Parque Nacional Huascarán, patrimonio natural del mundo y símbolo de la biodiversidad andina, vuelve a recordarnos que la verdadera huella del visitante debe ser la del respeto por la naturaleza.