Crece producción orgánica en Perú con más de 460 mil hectáreas certificadas

Nota de prensa

Fotos: Senasa

3 de diciembre de 2021 - 9:12 a. m.

En el marco del día de la promoción de la agricultura orgánica y el no uso de agroquímicos’, el SENASA, como autoridad nacional de fiscalización de la producción orgánica, anunció que el Perú cuenta actualmente con 464 546.85 hectáreas dedicadas a la producción orgánica y 95 157.84 hectáreas en proceso de transición, certificados por organismos autorizados por el SENASA.

Se estima que son más de 107 367 productores que se dedican a este rubro, de los cuales, el 94% son pequeños agricultores que están asociados con operadores grupales, cumpliendo las normas orgánicas nacionales y de los exigentes mercados internacionales.

Entre los principales cultivos orgánicos destacan el café con 124 132 hectáreas, castaña con 210 609 ha, cacao con 52 191 ha, quinua con 10 625 y el banano con 7 419, siendo la Unión Europea, Estados Unidos y Asia los principales mercados destino de estos productos.

Los cultivos emergentes que se suman al desarrollo de las agroexportaciones son los arándanos, el kion, la palta, el mango, la uva y la granada que están teniendo una buena aceptación de los consumidores a nivel internacional. 

Para mantener estos cultivos como ‘orgánicos’, el SENASA realiza la fiscalización oportuna a los operadores con campos certificados y continúa trabajando de manera articulada con 982 operadores certificados, a fin de impulsar el crecimiento de la producción orgánica y su competitividad internacional.

 ‘Buenas prácticas agrícolas y control biológico”

Como parte de las acciones contempladas en la Segunda reforma agraria, enfocados en la seguridad alimentaria, el SENASA viene trabajando con más de 23 000 productores de todas las regiones del país, a través de las Escuelas de Campo – ECAs, para la adopción de buenas prácticas agrícolas con énfasis en el uso del control biológico (medio natural para el control de plagas agrícolas) como alternativa al control químico, a efectos de evitar  residuos de contaminantes en alimentos frescos, que pongan en riesgo la salud humana, animal y el ambiente.