Discurso del Canciller César Landa Arroyo en ceremonia de asunción del cargo de Ministro de Relaciones Exteriores

Discurso

10 de febrero de 2022 - 7:20 p. m.

Señor Congresista Ernesto Bustamante Donayre, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de la República; 
Señor Embajador Luis Enrique Chávez Basagoitia, Viceministro de Relaciones Exteriores y Jefe del Servicio Diplomático de la República; 
Señora Embajadora Ana Rosa Valdivieso Santa María, Secretaria General del Ministerio de Relaciones Exteriores; 
Señor excanciller Embajador Oscar Maúrtua de Romaña; 
Señoras y señores excancilleres, ex Viceministros y ex Secretarios Generales; 
Señor Decano del Cuerpo Diplomático; 
Señores miembros del cuerpo diplomático acreditado en el Perú; 
Señoras y señores Directores Generales del Ministerio de Relaciones Exteriores; 
Señores miembros del Servicio Diplomático de la República; 
Señoras y señores servidores administrativos del Ministerio de Relaciones Exteriores; 
Señoras y señores; 

Agradezco al señor Presidente de la República, Pedro Castillo, por el honor y la responsabilidad conferidos para llevar adelante la política exterior peruana, de conformidad con la Constitución Política, la Política General de Gobierno, y los intereses permanentes del país. 

Encomio la labor que el excanciller, Embajador Oscar Maúrtua de Romaña, ha cumplido al mando del Ministerio de Relaciones Exteriores. Su distinguida trayectoria sin duda ha dado lustre a la política exterior peruana. 

Su profesional labor a la cabeza de Torre Tagle, ha permitido posicionar en el plano internacional a este Gobierno democrático. 

Al reafirmar mi compromiso con la Constitución Política del Perú, Ley fundamental que refleja el pacto social y el mandato del pueblo peruano, expreso mi plena identificación con los principios fundamentales que definieron a la Cancillería desde sus orígenes, hace más de 200 años; y con los valores de una política exterior al servicio de la paz, la democracia y el desarrollo, que promueva una adecuada inserción del país en la economía y el comercio globales, a través de una estrecha vinculación entre la acción externa y las prioridades de desarrollo, en beneficio de los más necesitados. 

En la evolución institucional del Ministerio de Relaciones Exteriores, entre 1821 y 2022, pasando por los distintos períodos de su historia bicentenaria, el largo siglo XIX y el corto siglo XX, nos encontramos en un punto histórico, de inflexión, caracterizado por un mundo post-pandemia. 

En ese contexto, como constitucionalista, velaré militantemente por la firme adhesión del Perú a los principios y normas del derecho, incluyendo el derecho internacional, con énfasis en los derechos humanos, la Carta de las Naciones Unidas y los instrumentos que forman parte del Sistema Interamericano. 

Buscaré garantizar una política exterior basada en el diálogo activo, no sólo al interior de las instituciones del Estado, sino también con las organizaciones políticas y sociales, la sociedad civil, la academia, y los medios de comunicación. 

Dicha política exterior, reflejada en la Política General de Gobierno 2021–2026, continuará desplegando una diplomacia nacional, autónoma, democrática, social y descentralizada; bajo las directrices del presidente de la República, quien en virtud del artículo 118, numeral 11, dirige la política exterior y las relaciones internacionales del Estado. 

Señoras y señores; 

En el marco de la recuperación económica y social post Covid-19, quisiera renovar la convicción del Perú en apoyo al multilateralismo y al respeto irrestricto del derecho internacional, así como nuestro posicionamiento estratégico bajo el esquema de no alineamiento activo en el actual escenario de retorno a la bipolaridad. 

En tal sentido, continuaré las acciones de mi predecesor, el Embajador Maúrtua, priorizando el aseguramiento del suministro de vacunas, a través de nuestros órganos del servicio exterior -principalmente Embajadas y Representaciones Permanentes-, y en estrecha coordinación con el Ministerio de Salud y las autoridades nacionales concernidas, desarrollando nuestra “diplomacia sanitaria”. En ese esfuerzo institucional, continuaremos apoyando la labor que dirige el Viceministro de Relaciones Exteriores, Embajador Luis Enrique Chávez. 

Una segunda prioridad será el servicio consular, es decir la atención, protección y asistencia a los más de 3 millones de peruanos y peruanas que viven en el extranjero. Redoblaremos esfuerzos para lograr que la acción de nuestro Ministerio tenga impacto en los ciudadanos que más la necesitan, robusteciendo la relación entre el Estado y los peruanos en el exterior. 

Ello supone, entre otras medidas, culminar con el proceso de reforma del reglamento consular, actualmente en curso, y continuar nuestros avances en la digitalización de los servicios. Evaluaremos, asimismo, en algunos casos, la implementación de un carnet de matrícula consular para connacionales indocumentados, como un posible medio de identificación que pueda suplir al DNI electrónico y/o a los pasaportes.

Lo anterior es particularmente relevante si tomamos en cuenta, además, el impacto positivo en nuestra economía de las remesas de los peruanos en el exterior, que en 2021 -según cifras preliminares del BCR- habrían ascendido a más de 3 mil millones de dólares. 

Pero la acción de la Cancillería hacia nuestros ciudadanos va más allá de las labores de nuestros agentes consulares en todo el mundo. Ella se manifestará concretamente en servicios a ciudadanos en el territorio nacional, quienes tienen a disposición una gama de procedimientos consulares a través de nuestras oficinas desconcentradas y en la sede central. 

En ese sentido, buscaremos proyectar una verdadera “Cancillería de los ciudadanos”, mediante la optimización de los servicios consulares, el acercamiento a las necesidades prácticas de las personas, y también una mayor apertura a los medios de prensa, como intermediarios entre la ciudadanía y las instituciones gubernamentales. En consecuencia, reanudaremos las reuniones periódicas con los comunicadores sociales. 

Bajo ese mismo espíritu de acercamiento de la Cancillería a la ciudadanía - en una suerte de “diplomacia hacia adentro”-, en la medida que la situación sanitaria lo permita, reabriremos el Palacio de Torre Tagle para que pueda ser visitado por el público en general, dado su valor monumental como patrimonio cultural de todos los peruanos. 

Señoras y señores; 

El Perú hasta hace pocos años era un país emisor de migrantes. Sin embargo, hoy -en una situación sin precedentes- acogemos a más de un millón de migrantes y refugiados venezolanos. Ante ello, continuaremos nuestros esfuerzos solidarios y humanitarios en favor de esa población migrante, que en su mayoría es respetuosa de la ley y el orden, y  cuya integración cultural y económica aporta positivamente a nuestra sociedad. 

Asimismo, en la relación con nuestro vecindario -que es otra de mis prioridades-, deseo igualmente desplegar una “diplomacia andina” dirigida a fortalecer los vínculos históricos, sociales y culturales que tenemos con los pueblos hermanos de Chile, Bolivia, Colombia, Ecuador, así como de Venezuela; haciendo hincapié en los mecanismos e instrumentos sobre los cuales se vienen fortaleciendo las relaciones del Perú en las zonas de frontera. En efecto, durante mi gestión promoveré también la adecuada protección de nuestras poblaciones en áreas fronterizas. 

En ese espíritu, continuaremos la coordinación cercana con países vecinos a través de los Gabinetes Binacionales y demás mecanismos existentes, los que se realizarán también a lo largo de este año 2022. 

El Perú no es sólo un país andino. Su realidad geográfica lo caracteriza también como un país amazónico, marítimo, con presencia en la Cuenca del Pacífico y en la Antártida, y con proyección geopolítica bioceánica. 

En consecuencia, buscaré complementar la denominada “diplomacia andina” con una “diplomacia amazónica”, teniendo en cuenta nuestras relaciones con el Brasil y los demás países de la cuenca del rio Amazonas, con el objetivo primordial de preservar el medio ambiente y el uso racional de los recursos naturales, al tiempo de bregar por el desarrollo sostenible de esa región. 

En este punto, destaco los resultados de la reciente reunión presidencial entre el presidente Castillo y el presidente Bolsonaro, en la que se reafirmó nuestra alianza estratégica, basada en lazos históricos y la extensa frontera amazónica; y se acordó tratar el Acuerdo de Profundización Económico Comercial que promueva la integridad y el combate a la corrupción; así como cooperar para combatir actividades ilícitas transfronterizas, el narcotráfico, la trata de personas, entre otros. 

Fomentaré, del mismo modo, nuestra política exterior con los demás países latinoamericanos, en particular México y Centroamérica, e impulsaré aún más el relacionamiento con los países del Caribe, en especial el Caribe anglófono. En efecto, venimos incluso examinando un mayor acercamiento hacia la comunidad de Países del CARICOM. 

Todo ello, a la luz del origen histórico y la cualidad geográfica que compartimos, lo que nos proyecta al futuro enfrentando coordinadamente los desafíos comunes en beneficio de todos, en particular de nuestras poblaciones originarias y demás grupos vulnerables. 

Al respecto, promoveré -en el marco del derecho internacional y nacional de los derechos humanos, tal como están consagrados en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos- nuestra diplomacia social basada en la libertad, la igualdad, la libertad de expresión, la igualdad de género, la protección de poblaciones y grupos vulnerables, entre otros; tomando en cuenta la interdependencia existente entre los derechos civiles y políticos, con los derechos económicos, sociales, ambientales y culturales, ya que los derechos humanos deben ser entendidos integralmente. 

Uno de los ámbitos en los que la necesidad de cooperar a nivel global es también urgente es el medio ambiente y el medio marino. En ese contexto, además de las diversas acciones reseñadas por mi antecesor, tales como la lucha contra el cambio climático y la cooperación para la preparación frente a eventos climáticos extremos –cuya senda continuaré–, impulsaré igualmente -con base en la cualidad marítima peruana y en los históricos aportes del Perú al desarrollo del derecho del mar- una diplomacia oceánica, con el fin fortalecer nuestra presencia en los principales foros mundiales para la protección de los océanos y sus recursos. 

En tal sentido, participaremos activamente en los diversos esfuerzos multilaterales y de países afines para combatir las amenazas que pesan sobre los océanos, incluyendo la sobrepesca y la pesca ilegal, no declarada, y no reglamentada (pesca INDNR), la contaminación marina y los riesgos para la biodiversidad de los mares. 

En cuanto a nuestra proyección en la Cuenca del Pacífico, como ha manifestado el excanciller Oscar Maúrtua, continuaremos afianzando nuestro relacionamiento con los países de esa región en el marco del Foro Económico Asia Pacífico (APEC) -cuya presidencia ejercerá el Perú en el 2024-, y los esquemas regionales a través de la Alianza del Pacífico, bloque que recientemente ha suscrito un innovador acuerdo de libre comercio con Singapur. 

Señoras y señores; 

En el ámbito económico y de las políticas públicas, afianzaremos igualmente los esfuerzos del Estado peruano para consolidar y culminar con éxito el proceso de adhesión a la Organización de la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Se trata, en efecto, de una tarea en la que el gobierno, la sociedad peruana en su conjunto, tienen un rol que cumplir, y nos corresponde ser los articuladores de esta misión nacional de largo plazo. 

Retomaremos, asimismo, la agenda para la participación del señor presidente en la Asamblea Anual del Foro Económico Mundial (WEF), que se llevará a cabo en mayo en Davos, Suiza, y que nos permitirá promover la inversión privada con responsabilidad social. 

Estas y otras acciones que espero llevar a cabo requerirán también del concurso de otros actores que puedan contribuir con esta labor, incluyendo a la Comisión Consultiva de Relaciones Exteriores, que es parte de la mejor tradición jurídica de Torre Tagle. A ella recurriré cuando sea necesario adoptar decisiones en temas de política exterior que involucren altos intereses nacionales. 

Estoy convencido que todos los que integran la Cancillería del Perú, institución republicana que ha aportado tanto al país y se ha ganado una merecida reputación a nivel internacional, continuarán redoblando esfuerzos y trabajando con el mismo espíritu, en favor de los intereses permanentes del Estado peruano y en beneficio de los más necesitados. 

Para lograr todo lo anterior, será fundamental trabajar de manera coordinada, no solamente con los demás sectores involucrados del Poder Ejecutivo, sino sobre todo a través de una fluida relación con el Congreso de la República, en particular la Comisión de Relaciones Exteriores. En ese extremo, resalto igualmente el especial significado de contar por primera vez en el Parlamento con dos representantes elegidos por el Distrito Electoral de los peruanos residentes en el exterior. 

Señoras y señores; 

Concluyo reiterando que es para mí un alto honor el haber recibido la responsabilidad democrática y constitucional de dirigir la Cancillería del Perú, bicentenaria institución de nuestra República. 

Estoy seguro que contaré con el compromiso y decidido concurso de todo el personal diplomático y administrativo de este Ministerio, teniendo siempre como norte el logro de los objetivos de nuestra política exterior, con base en los intereses nacionales y en beneficio de todos los peruanos y peruanas. 

Muchas gracias