Palabras del Canciller Néstor Popolizio por el Día del Ministerio de Relaciones Exteriores

Discurso

3 de agosto de 2018 - 1:58 p. m.

En primer lugar, agradezco la asistencia del señor Presidente de la República a esta ceremonia institucional. Su presencia es un honor para todos nosotros y nos alienta a continuar esforzándonos para contribuir a la consecución de los objetivos nacionales del Gobierno peruano.

Valoro en especial el respaldo que su presencia significa para una institución ligada a la historia del Perú desde la fundación de la República. Reafirmamos ante usted, señor Presidente, nuestro permanente compromiso de cumplir el deber de defender y promover los intereses nacionales, en beneficio de todos nuestros conciudadanos.

Saludo a todos los funcionarios diplomáticos, administrativos y contratados que trabajan en la Cancillería, en el Perú y el extranjero, así como a los colegas que ahora se encuentran en situación de retiro, hoy que conmemoramos el 197 aniversario del Ministerio de Relaciones Exteriores y celebramos también el Día del Diplomático. Espero que disfruten de este día de conmemoración y confraternidad institucional.

Rememorar la creación del Ministerio de Relaciones Exteriores es una ocasión oportuna para evaluar nuestro papel en la tarea de fortalecer la gobernabilidad democrática y la institucionalidad nacional. Las circunstancias actuales nos obligan a abordar este tema, sin minimizar los desafíos que implica.

En ese sentido, quisiera recordar lo que mencioné hace un año en esta ceremonia que es cada vez más vigente. Hace más de veinte años, se planteaba la relativización de la diplomacia como el ejercicio profesional de la política exterior de los estados. Hoy en día, en un contexto internacional cambiante, convulsionado e incierto, la revaloración de la diplomacia no sólo ha significado el fin de las voces que proclamaban su desaparición, sino que se ha constituido en un concepto en expansión, transversal y multifacético. Ello presenta un reto no solo para la formación y capacitación de calidad de los nuevos diplomáticos en la Academia Diplomática, sino también para todos los integrantes del Servicio Diplomático, que estamos llamados a dar nuestro mejor esfuerzo, siempre buscando la excelencia, con visión moderna y con la clara orientación de contribuir al desarrollo sostenible y cada vez más inclusivo de nuestro país.

En consecuencia, en la actual coyuntura es necesario priorizar la reforma y modernización del estado para recobrar la confianza de la ciudadanía en la administración pública y promover el crecimiento equitativo, la mejora de la calidad de vida, la estabilidad institucional, la lucha contra la corrupción y la descentralización.

El Perú requiere entidades públicas sólidas y respetadas. La solidez de toda institución radica en la firmeza de sus valores y normas. En consecuencia, tenemos que asegurarnos de impedir su debilitamiento. Por eso reafirmo el compromiso institucional de mantener una política de tolerancia cero frente a actos de corrupción, abusos de autoridad o cualquier otra conducta que menoscaben nuestros valores o contravengan las normas del Ministerio. Esta es la única manera de preservar la imagen del Ministerio, la confianza pública y la seguridad de pertenecer a una institución sólida, estable y respetable.

La Cancillería adquirió una serie de responsabilidades desde que el Presidente Martín Vizcarra asumió la conducción del Gobierno. La primera de ellas fue llevar a cabo con éxito la Cumbre de las Américas celebrada en Lima en abril pasado, que expresó el sólido respaldo regional a la solución constitucional de la crisis política que nuestro país superó en marzo pasado con el apoyo pleno de la ciudadanía y las agrupaciones políticas.

En esa ocasión quedó en evidencia la capacidad organizativa del Ministerio y la eficacia de su gestión. La aprobación del “Compromiso de Lima”, con más de medio centenar de acciones anticorrupción, fue un logro que merece ser destacado. Ahora estamos empeñados en hacer el seguimiento de su implementación a través de toda la región.

El Perú también participa activamente en la defensa y promoción de la democracia y los derechos humanos en la región mediante el Grupo de Lima y la OEA. Gracias a la efectividad lograda por el Grupo de Lima para encarar conjuntamente la profunda crisis política, económica y humanitaria de Venezuela, hemos intensificado la presión internacional en respaldo a los esfuerzos del pueblo venezolano en su lucha para recuperar la democracia.

Igualmente, el Perú renueva su solidaridad con el pueblo de Nicaragua y ha urgido al Gobierno nicaragüense a garantizar el cese de los actos de violencia, el restablecimiento de la paz y la reanudación del diálogo que permita una solución a la crisis política y social y la celebración de elecciones libres, justas y oportunas. Ayer el Consejo Permanente de la OEA aprobó una nueva resolución sobre Nicaragua presentada por Perú y otros nueve países, en la que se establece un grupo de seguimiento de la situación en ese país.

Como ustedes saben, también nuestro país ha asumido las presidencias de la Alianza del Pacífico y de la Comunidad Andina hasta mediados del próximo año. Mientras tanto, el Perú continuará siendo miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hasta fines del año 2019.

En mayo de este año recibimos las importantes visitas oficiales del Canciller del Reino Unido, después de 52 años de la última visita de ese nivel al Perú, y de la Ministra de Relaciones Exteriores de Indonesia, la primera en 42 años de nuestras relaciones bilaterales. De otro lado, en julio pasado participé en Bruselas en el Encuentro de Cancilleres ALC-UE y este mes tendré el honor de recibir en Lima a mi homólogo japonés, así como de efectuar una visita oficial a China. Dichas actividades responden al objetivo estratégico de estrechar más los lazos con Europa y la región Asia Pacífico.

Este semestre también llevaremos a cabo reuniones de gabinete binacional con Bolivia, Ecuador y Chile, luego del realizado con Colombia a inicios de este año. Cabe señalar que el Encuentro Presidencial y Gabinete Ministerial con Ecuador coincidirá con la conmemoración del vigésimo aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz de Brasilia, trascendental logro de política exterior para ambos países.

Asimismo, en septiembre acompañaré al Presidente Martín Vizcarra a la Asamblea General de las Naciones Unidas y, en noviembre, a la Cumbre de Líderes de APEC. En ambas ocasiones el Mandatario peruano sostendrá encuentros bilaterales con jefes de estado y altas autoridades de otros países participantes.

Por otra parte, en el marco de una política de estado, continuaremos realizando gestiones para ser invitados a ingresar a la OCDE.

Menciono estas iniciativas porque confío que al ejecutarlas confirmamos la eficacia de la labor de la Cancillería y la dinámica de nuestra política exterior en un mundo incierto, en el que debemos reforzar el multilateralismo y el libre comercio. Considero que demostrar la efectividad de la gestión del Ministerio es una contribución significativa para robustecer la confianza pública en la capacidad de las entidades estatales y apoyar de manera decidida el proceso de reformas política y de la administración de justicia, liderado por el señor Presidente de la República. En este contexto, quiero expresar un especial y merecido reconocimiento a un prestigioso miembro del Servicio Diplomático de la República, el Embajador Allan Wagner Tizón, quien presidió la Comisión Consultiva para la Reforma del Sistema de Justicia y presentó propuestas con miras a lograr un sistema de justicia honesto y eficiente. Pido un gran aplauso para él y la doctora Ana Teresa Revilla, Directora de Asuntos Legales de nuestro Ministerio, quien también formó parte de esta comisión.

Estamos a tres años de celebrar el Bicentenario de la Independencia Nacional. Creo que la manera más valiosa de conmemorar ese aniversario es asegurar que continuemos contribuyendo al reafianzamiento y la estabilidad de las instituciones democráticas del Perú.

La Cancillería tiene un papel clave en la consecución de ese objetivo gubernamental y nacional. El Ministerio de Relaciones Exteriores es una institución fundacional de la República que está entrelazada a su historia. Ahora tiene, por tanto, la responsabilidad de cumplir la tarea de promover la institucionalización, tanto a través de su gestión externa como mediante el ejemplo.

Estoy seguro que sabremos estar a la altura de las circunstancias y que encararemos, con convicción, el actual desafío nacional de recomponer la fortaleza de la institucionalidad para impulsar el desarrollo político, económico y social del Perú.

Deseo agradecer la valiosa colaboración de todos los trabajadores del Ministerio de Relaciones Exteriores y enfatizar que gracias al abnegado esfuerzo, el trabajo en equipo y la vocación de servicios de cada uno de ustedes podemos ejecutar una política exterior dinámica y coherente con los intereses nacionales.

Muchas gracias.