Discurso del señor viceministro de Relaciones Exteriores, embajador Félix Denegri Boza, en su juramentación

Discurso
Vice Denegri

31 de marzo de 2025 - 10:16 a. m.

SEÑOR PRESIDENTE DEL CONSEJO DE MINISTROS, GUSTAVO ADRIANZÉN OLAYA;

SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES, EMBAJADOR ELMER SCHIALER SALCEDO;

SEÑOR EX VICEMINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES, EMBAJADOR PETER CAMINO CANNOCK;

EXCELENTÍSIMO SEÑOR NUNCIO APOSTÓLICO DE LA SANTA SEDE, MONSEÑOR PAOLO ROCCO GUALTIERI;

SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA, GENERAL WALTER ASTUDILLO CHÁVEZ;

EXCELENTÍSIMOS SEÑORES JEFES DE MISIÓN Y REPRESENTANTES DE ORGANISMOS INTERNACIONALES ACREDITADOS ANTE EL PERÚ;

ALTAS AUTORIDADES MILITARES Y POLICIALES;

SEÑOR SECRETARIO GENERAL DE RELACIONES EXTERIORES, EMBAJADOR ERIC ANDERSON MACHADO;

SEÑORES EXCANCILLERES, EXVICEMINISTROS Y EX SECRETARIOS GENERALES;

SEÑORES PRESIDENTES DE LAS ASOCIACIONES DE FUNCIONARIOS DIPLOMÁTICOS;

SEÑORES FUNCIONARIOS DEL SERVICIO DIPLOMÁTICO, FUNCIONARIOS ADMINISTRATIVOS Y DE SERVICIO DEL MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES;

SEÑORAS Y SEÑORES.

Estimados colegas;

En primer lugar, quisiera agradecer a la señora Presidenta de la República, doña Dina Ercilia Boluarte Zegarra, por haberme permitido ejercer este cargo; y al Ministro de Relaciones Exteriores, Embajador Elmer Schialer Salcedo, por haber confiado en mi esta responsabilidad.

Quisiera también reconocer la incansable labor de mi predecesor, el Embajador Peter Camino Cannock, en el despacho Viceministerial y su indeclinable promoción y defensa del Servicio Diplomático de la República.

Querido Peter, Te deseamos lo mejor en el nuevo reto que Torre Tagle tiene para ti.

Señoras y señores,

Recibo el honor de asumir el cargo de Viceministro de Relaciones Exteriores y la Jefatura del Servicio Diplomático, con humildad y compromiso institucional. Lo hago 41 años luego de haber juramentado en este mismo lugar, cuando ingresé al Servicio Diplomático de la República bajo la firme convicción de que la diplomacia es la primera línea de defensa de los intereses nacionales en el mundo y que hoy nos confronta con un momento crítico en la historia del orden internacional.

Es así, que las prioridades de una diplomacia al servicio de la ciudadanía deben adaptarse creativamente a los cambios globales, para poder cosechar las mayores oportunidades para el Perú y asegurar el desarrollo de nuestro país y sus ciudadanos.

ANÁLISIS DEL SISTEMA INTERNACIONAL CONVULSO

Al ingresar al Servicio Diplomático, junto con mis entonces jóvenes compañeros y amigos, los embajadores Peter Camino, quien me antecedió en el cargo, Eric Anderson, Secretario General y un año después el Canciller Elmer Schialer, el sistema internacional era más previsible y se componía de un orden claramente bipolar, con dos potencias predominantes, que trataban de expandir y mantener su influencia en distintas regiones del Mundo. La política exterior del Perú, en ese momento, se sostenía al mantener relaciones fluidas y dinámicas con ambas potencias, abocados a reafirmar nuestra independencia en la proyección exterior y apoyados en la vocación multilateral que siempre nos ha caracterizado.

Hoy, enfrentamos un escenario externo diferente, en el cual los principios y valores de este sistema, que fueron conocidos durante toda mi carrera como diplomático, están siendo cuestionados y hasta atacados, lo cual generará, 3 inevitablemente, cambios estructurales internacionales. El sistema liberal democrático enfrenta un cuestionamiento por distintos países y el multilateralismo que lo soporta viene siendo permeado por el cambio de paradigmas en las relaciones internacionales.

En este panorama convulso, nuestro país no puede ser un espectador pasivo; y su diplomacia debe redoblar esfuerzos para garantizar la continuidad de los beneficios del sistema global y regional para sus ciudadanos. El Perú, como potencia regional emergente, ha basado su crecimiento en tres pilares fundamentales: la estabilidad democrática, la integración y el respeto del derecho internacional y nuestra intervención en el sistema multilateral.

Nuestra participación diligente en la creación de la Liga de las Naciones y posteriormente la Organización de Estado Americanos y la Organización de Naciones Unidas fue la consecuencia lógica del permanente interés multilateral de nuestro país, el cual debemos rescatar hoy más que nunca.

Tenemos que ser fieles a nuestra vocación multilateralista, que es el instrumento de política exterior que ha sido clave para consolidar nuestra presencia activa en el sistema internacional. Pero esto nos obliga a ser coherentes y tener una presencia dinámica en los organismos internacionales.

En este orden de ideas, es necesario que esta Cancillería tenga una política activa sobre su acción en las organizaciones internacionales. Se deben impulsar iniciativas como la creación de un programa específico de formación y postulación estratégica a organismos, acompañado de un mecanismo de financiamiento y apoyo para la candidatura de diplomáticos y profesionales peruanos a altos cargos clave en estos foros.

ANÁLISIS DE SITUACIÓN REGIONAL

En el ámbito regional, si vemos con detenimiento a nuestro vecindario, observamos una dispersión en el interés del relacionamiento con el exterior, que tiene como consecuencia la falta de posiciones regionales comunes y la existencia de una fragmentación, hasta contraposición de las mismas, en temas como: el crimen organizado, migración, minería ilegal, deforestación, contrabando y el tráfico de estupefacientes, temas que nos afectan a todos porque no son problemas nacionales que se detienen en las fronteras.

Esto nos presenta un escenario regional desafiante para consolidar iniciativas de integración comprehensivas y complejas orientadas a hacer frente a esos flagelos. Adicionalmente, con un claro sentido de realismo clásico, las grandes potencias buscan mejorar su posición en el exterior de manera individual sobre la colectiva. Lo cual me lleva a reflexionar respecto a la necesidad de invertir mayores esfuerzos en los procesos de integración pragmáticos, orientados por intereses específicos comunes, que tienden a tener mejores resultados y decantan con mayor agilidad sus beneficios a los ciudadanos.

No podemos desaprovechar, en este contexto, la posición estratégica de nuestro país en Sudamérica. Somos andinos, pacíficos y amazónicos, con una historia profunda, cuna de civilizaciones y, en su momento, centro del poder español sudamericano y donde culminó la independencia. Ello nos hace un actor central en la región y nos otorga una densidad histórica y posicionamiento geográfico regional e internacional que debemos aprovechar.

FORTALECIMIENTO INSTITUCIONAL ANTE ESCENARIO INTERNACIONAL

En la diplomacia, para un país como el nuestro, la estabilidad a nivel internacional es lo más favorable. Sin embargo, las nuevas circunstancias nos obligan a prepararnos como institución para enfrentar un escenario internacional cambiante, desconocido y crispado.

Es por eso que hoy, al asumir la Jefatura del Servicio Diplomático, estoy convencido que la mejor manera de enfrentar el cambio es fortaleciendo nuestra casa. Somos herederos de una diplomacia que se ganó el respeto regional e internacional, justamente, por haber aprovechado con inteligencia los contextos internacionales complejos, que nos permitieron hace 200 años lograr la consolidación de nuestra República. También, fue esta diplomacia la que consolidó nuestros límites y fronteras; expandió la presencia del Perú en el exterior y ha sido una herramienta invaluable en el desarrollo de nuestro país.

El Ministerio de Relaciones Exteriores, ha sido, es y será, una institución sólida, que siempre ha enfrentado con firmeza y templanza los momentos críticos del contexto internacional que afectaron a nuestra Nación. Esta actitud es la que ha marcado nuestra historia institucional.

Uno de los tantos ejemplos de respuesta institucional de nuestra Cancillería, se dio en ocasión del fallido intento de quiebre democrático en el Perú, el 7 de diciembre de 2022, cuando el Servicio Diplomático de la República respondió con vocación democrática, desconociendo el intento de romper el orden constitucional y estado de derecho, aplicando la cláusula democrática de nuestra Ley. Esta respuesta institucional es parte de la coherencia que debemos impulsar, tanto en nuestra política exterior como en la política de fortalecimiento institucional.

Enfrentar esta nueva realidad internacional requiere de un Servicio Diplomático pragmático, ágil, creativo, con capacidad de proponer nuevas iniciativas y al servicio permanente de los intereses nacionales y que redunden siempre en la mejora de la calidad de vida y el desarrollo de su ciudadanía.

En este orden de ideas, estimo necesario impulsar un proceso de fortalecimiento de la acción externa en el nuevo contexto internacional, cuyo objetivo principal será brindar herramientas estructurales al Servicio Diplomático, para enfrentar las desafiantes coyunturas que nos plantee el sistema en proceso de cambio. En tanto el fin último del repotenciamiento de nuestra labor radica en mejorar la calidad de vida y desarrollo de nuestros compatriotas, es preciso robustecer el rol rector que tiene nuestra entidad en materia de cooperación internacional, desarrollo fronterizo y asistencia consular.

Siendo el Perú un país de renta media que busca mejorar su posición e influenciar en la región, es necesario invertir y asignar recursos en una política activa de cooperación en temas de alta relevancia para nuestra política exterior, a través de la cual podamos tener un liderazgo natural y ser fuente cooperante. Asimismo, debemos usar el potencial cultural de nuestro país, como instrumento de posicionamiento externo, no solo en lo que se refiere a la promoción cultural, sino en la cooperación que podemos brindar sobre este tema.

En relación con las políticas de desarrollo fronterizo, hemos logrado consolidar en los últimos años una presencia en nuestras regiones de frontera, con diversos instrumentos que fueron los que originaron el establecimiento de las oficinas desconcentradas. Las mismas, que, por la necesidad de brindar mayores servicios de calidad a nuestros ciudadanos, se han extendido a varias regiones 6 de nuestro país. La labor de estas oficinas debe potenciarse, tanto en materia de recursos humanos como de un trabajo articulado de gestión política y cooperación descentralizada donde este Ministerio tiene mucho que aportar.

Hoy más que nunca, la creación de una estrategia de política exterior tiene que contemplar intereses nacionales y regionales, que en conjunto puedan proyectar un país cohesionado, coherente y con una mirada clara sobre su desarrollo.

Finalmente, en el tema consular las políticas migratorias de los principales países receptores de nuestros connacionales han variado, creando nuevos desafíos para los peruanos en el exterior y para nuestra red de atención consular. Este escenario no parece ser coyuntural y debemos prepararnos para absolver las necesidades de los connacionales en el exterior de una forma efectiva, con sensibilidad y empatía; con una gestión consular que no se restrinja a la sola atención de trámites, sino que logre, a través de una gestión diplomática coordinada, mejores condiciones para la movilidad internacional de los peruanos.

En este proceso de fortalecimiento de la Cancillería es imperativo resaltar la alta especialidad que nos caracteriza dentro de la función pública, la misma que nos ha amparado desde nuestra creación. No debemos perder de vista que la única forma de influir en un sistema internacional es fortaleciendo las capacidades internas del Estado y, en especial, de su servicio civil a cargo de la acción externa.

AGRADECIMIENTO A RETIRADOS Y MENTORÍAS

Queridos colegas,

Aprovecho este espacio para expresar mi profundo agradecimiento a los colegas que nos antecedieron en esta profesión, y fueron claves en la consolidación institucional de Torre Tagle. Ellos nos recuerdan que asumir la tarea de ser diplomático peruano, conlleva un alto grado de responsabilidad y sacrificio, que debemos asumir todos nosotros, pensando siempre que nuestro trabajo tiene un impacto directo en el desarrollo y crecimiento de nuestro país, así como en nuestras comunidades en el exterior; y que, sobre todo, llevamos el nombre del Perú a los lugares donde nos toca servir. Nos recuerdan también que la vocación 7 de servicio es el hilo conductor de nuestra profesión y que la defensa de los intereses nacionales es nuestra razón de existir.

Esta casa tiene profundas raíces republicanas porque es producto de la independencia, que se consolidó y creció en base al trabajo de importantes diplomáticos y cancilleres. Alcanzó un reconocimiento nacional e internacional, porque su fundamento siempre ha sido el amor al Perú.

En ese sentido, la diplomacia ha sido y es una manifestación de cariño por nuestra tierra, esa fue nuestra génesis y siempre será nuestra motivación. Por ello, la labor del diplomático se nutre de los sentimientos hacia la patria, que se expresa en el compromiso, la dedicación y el entusiasmo por servir al Perú, representándolo en el exterior, promoviendo nuestros intereses y, cuando las circunstancias lo demanden, defenderlos con entereza y coraje. Es este impulso el que me motiva a trabajar por esta mi casa: Torre Tagle.

La diplomacia es una de aquellas profesiones que no solo requiere rigurosidad académica, sino que se nutren de la práctica y los años de servicio, enfrentando diversas situaciones, en culturas diferentes que son las que forman finalmente a un experimentado diplomático de carrera.

Es por ello que la experiencia de nuestros colegas en retiro es clave para coadyuvar al esfuerzo de constante perfeccionamiento del Servicio Diplomático. Templar la mística de Torre Tagle en las nuevas generaciones, no solo es necesario, sino urgente, así como adaptarnos a las nuevas inquietudes que traen los jóvenes diplomáticos, que tienen mucho que aportar en esta carrera.

Por este motivo, veo con el mayor entusiasmo el liderazgo que ejerce el Canciller de la República, Embajador Elmer Schialer, siguiendo las tradiciones más importantes de nuestra historia institucional. En ese contexto, se ha desarrollado la iniciativa del Secretario General de crear el primer programa de mentorías institucionales en Cancillería, donde complementaremos la experiencia de los colegas mayores con el ímpetu y energía de las nuevas generaciones.

A los colegas de las nuevas generaciones y aquellos que en los próximos años liderarán esta Cancillería, los invito a abrazar esta profesión con la pasión, responsabilidad y el honor que significa representar a nuestra patria. En mi caso 8 particular, Torre Tagle me dio la posibilidad de representar en diversos países a esta patria grande y hermosa. Qué más podría haber pedido como proyecto de vida, aparte del cariño a mi familia, quienes siempre me acompañaron y apoyaron en estos años.

Deseo terminar estas palabras, resumiendo lo que creo yo que debe ser el trabajo de un servidor público y, en especial, de un funcionario diplomático peruano. Nuestro trabajo radica, como dice el proverbio hindú, en plantar árboles, sabiendo que nunca disfrutaremos de su sombra, pues serán las futuras generaciones las que, como dice nuestro himno nacional vivirán a su sombra tranquilos y verán un Perú cada vez más sólido, próspero y armonioso.

Muchas gracias.