Mujeres del Bicentenario: Señora Rosa Montoya Negrillo

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26 de julio de 2021

 “La capacitación y la experiencia representan la base para tener éxito en el ámbito laboral, ya que la práctica contable se integra y consolida a través de aplicativos informáticos que día a día van evolucionando”

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Con más de 28 años al servicio del Estado, Rosa Montoya Negrillo, es contadora pública colegiada, con una maestría en gerencia pública, así como diplomados y especializaciones vinculadas a su carrera profesional. Inició sus labores en la Dirección de Proyectos del Ministerio de Relaciones Exteriores, el 16 de abril de 1993, teniendo como jefe al ahora Embajador Carlos Zapata, un muy buen gestor que fomentó la autonomía de los miembros de su equipo.

Posteriormente, pasó a formar parte de la Dirección de Contabilidad, donde tuvo la suerte de trabajar hasta 1999 con el señor Humberto Rojas. “A él le siguieron otros jefes muy destacados, de quienes también aprendí mucho, como Moisés Flores Konja (1999-2000), Gaby Villanueva (2000-2002), Armando Zúñiga (2002-2004) y José Reque (2004-2006), con quienes compartí conocimientos y experiencias, ya que la contabilidad es una labor de equipo”, afirma la contadora Montoya.

Es así como el 1 de setiembre de 2006, con la experiencia de 13 años de trabajo en el área de contabilidad, fue designada en el puesto equivalente de Contadora General del Ministerio de Relaciones Exteriores, actualmente jefa de la Unidad de Contabilidad. “Asumir esta gran responsabilidad es un compromiso ético y moral que implica el desarrollo de acciones permanentes y continuas, sin horarios, para mantener las cuentas en orden y cumplir con el ordenamiento normativo y los principios de legalidad y transparencia, así como responder a la confianza que los jefes depositan y delegan en mí”, señala y enfatiza: “Es una tarea que requiere minuciosidad y cumplimiento escrupuloso de plazos, pero también conlleva el afán de mejorar los procedimientos y mantener el liderazgo de un equipo que trabaje en conjunto para conseguir un objetivo común”.

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Su labor como servidora pública
Para la señora Montoya, la contabilidad busca contribuir a una mejor toma de decisiones, ya que su práctica disciplinada y oportuna para registrar y procesar la información contable representa el sustento de la transparencia en la gestión de recursos públicos y en el cumplimiento de los objetivos de la institución.

“El área contable revela en los estados financieros la situación financiera, patrimonial y económica del Ministerio de Relaciones Exteriores, así como la ejecución de su presupuesto, destinado a atender las obligaciones del MRE a nivel nacional e internacional. En este trabajo se sigue incorporando mejoras en el SIAF (Sistema Integrado de Administración Financiera) y el SIGA (Sistema Integrado de Gestión Administrativa), que se interrelacionan con todos los sistemas (presupuestal, financiero, planeamiento, recursos humanos, logístico y patrimonial). Nuestro proyecto actual es identificar qué procesos podemos adecuar a la norma de calidad ISO 9001”, nos comenta. Asimismo, su trabajo se vincula estrechamente con la Dirección General de Contabilidad Pública del Ministerio de Economía y Finanzas, lo cual -sostiene- “fue especialmente intenso en 2000 durante la implementación del SIAF, herramienta necesaria para tener registradas todas las operaciones del sector público y poder presentar los estados financieros en la fecha y la forma correcta, en cumplimiento de las instrucciones del MEF”.

Hoy se encuentran sujetos a un mayor control, casi permanente, con auditorías internas (a cargo de Órganos de Control) y externas (a través de la Contraloría). Ante ello, se siente orgullosa de que el equipo de la Unidad de Contabilidad esté en capacidad de responder adecuadamente a estos retos.

“La labor contable requiere a veces muchas horas de trabajo para cumplir con los plazos, ya que dependemos de información proporcionada por otras áreas, que puede llegar tarde o incompleta. A veces hay imprevistos del sistema, entre otros hechos fortuitos, que nos llevan a extender nuestras horas de trabajo”, señala.

En estos años de servicio le han ocurrido muchas anécdotas, dentro de las cuales recuerda especialmente “cuando en el año 2010 el entonces director general de Administración, señor Manuel Cox, reunió a todos los integrantes de la Unidad de Contabilidad y de manera muy gentil, en un gesto que lo ennoblece, señaló que en toda su larga experiencia en el sector público era la primera vez que veía que los Estados Financieros habían sido auditados y dictaminados sin ninguna observación. Este estatus que se ha mantenido en los siguientes periodos gracias a una labor conjunta del equipo de contabilidad y a la acertada gerencia del jefe de la Oficina General de Administración, actualmente a cargo del señor José Corbera Tenorio”.

Cambios favorables
“Pienso que las mujeres siempre hemos sido capaces de asumir una jefatura y las grandes responsabilidades que vienen con ella. La capacitación y la experiencia representan la base para tener éxito en el ámbito laboral, ya que la práctica contable se integra y consolida a través de aplicativos informáticos que día a día van evolucionando, por lo que es imprescindible estar permanentemente actualizada en las normas y el manejo de sistemas. Además, la experiencia es muy importante para ser una buena profesional: hay que saber trabajar y liderar un equipo, ya que como jefa no puedes hacer todo, sin imponer, sino dando el ejemplo”, sentencia.

Asimismo, siente que una innovación beneficiosa podría ser la rotación del personal en Lima y en el exterior, extendida a otros regímenes laborales, ya que el manejo de documentos e información de confianza requiere personal comprometido con la institución.

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Estas casi tres décadas al servicio del Ministerio de Relaciones Exteriores, en el área contable, representan para ella toda una vida de ejercicio profesional y se siente identificada con la Cancillería, la cual considera como su segunda casa. “Siempre mantendré el vínculo con el MRE por ser aquí donde desarrollé mis actividades profesionales y adquirí responsabilidades, dando lo mejor con mucho profesionalismo”, nos comenta.

A pocos días de celebrar nuestro bicentenario como país y como institución, expresa su gratitud a la Cancillería, la cual la ha visto crecer. “Mantengo la esperanza de que nuestro Perú se enrumbe por el camino del progreso que nos corresponde a los peruanos y las peruanas, quienes  disponemos de grandes capacidades y fortalezas para afrontar dificultades y desafíos”, finaliza. 

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